Un incómodo Real Madrid se da de bruces ante un agigantado Lille en Champions

Una mano de Camavinga en el área permitía al Lille adelantarse en el marcador después de que el árbitro señalara la pena máxima y Jonathan David transformara el penalti en gol

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Los jugadores del Lille celebrando el gol ante el Real Madrid (EFE/EPA/MOHAMMED BADRA)
Los jugadores del Lille celebrando el gol ante el Real Madrid (EFE/EPA/MOHAMMED BADRA)

Al Real Madrid no le salió la estrategia. Los de Carlo Ancelotti no han sido capaces de conectarse al encuentro en Francia ante el Lille. No han sido capaces de encontrar ese ritmo que en los últimos partidos derrochaban y que tanto les había costado forjar. Enfrente se encontraron un equipo que, lejos de asumir el papel de club pequeño, elevaron el tono para mirar de tú a tú al Real Madrid. Fue un error de Camavinga lo que sentenciaba a los blancos justo antes de concluir la primera parte debido a una mano en el área. Jonathan David ejecutaba el disparo desde el punto de penalti para adelantar a los franceses en el marcador. Un único gol que fue suficiente para que los locales se llevaran los tres puntos.

El equipo blanco llegaba a la cita europea ante el Lille marcado por lo vivido el pasado domingo en el Metropolitano ante el eterno rival: el Atlético de Madrid. Un encuentro marcado por la polémica, donde el árbitro incluso tuvo que detener el partido durante unos minutos por el lanzamiento de objetos como mecheros, botellas y bolsas llenas de basura contra la portería de Courtois. Fue ahí cuando el colegiado principal, Mateo Busquets, tras avisar por megafonía, decidió detener el encuentro y mandar a los jugadores al vestuario. Finalmente, el derbi terminó con 1-1 en el marcador, reparto de puntos y la lesión de Courtois, que no ha podido saltar al verde en el Stade Pierre-Mauroy.

Quién sí llegaba al encuentro ante los franceses era Kylian Mbappé, a quien los médicos daban tres semanas de baja y tras perderse el partido ante los rojiblancos todavía restaba, al menos, una semana más sin ponerse las botas. Sin embargo, un factor provocaba que el delantero francés pidiera estar entre los convocados: su hermano juega en el Lille. Es por ello que no quería perder la cita de Champions y junto al resto de sus compañeros encaraba el duelo, pero la estrategia rápidamente comenzaba a torcerse para los blancos desde el momento en que el balón empezaba a rodar y eran conscientes de que habían subestimado a sus rivales.

El partido entre el Lille y el Real Madrid (REUTERS/Benoit Tessier)
El partido entre el Lille y el Real Madrid (REUTERS/Benoit Tessier)

A pesar de que Ancelotti sacaba el equipo de gala, a excepción de Mbappé, que volvía de lesión, y Rodrygo, a quien daba descanso, no eran capaces de encontrarse sobre el verde. Los minutos pasaban sin que el Real Madrid fuera capaz de encontrar su ritmo, su sintonía, su juego. Vinicius tenía la primera para los blancos y Endrick volvía a asustar a Chevalier sin llegar a ocasionar demasiadas complicaciones al portero del Lille. Tras las dos ocasiones desaprovechadas por los madridistas llegaban las del equipo francés de los pies de Jonathan David, que tampoco era capaz de batir a Courtois. El delantero del Lille volvía a la carga, pero no era capaz de ver portería.

Y entonces, justo en los minutos desmoralizadores, Camavinga cometía una mano en el área que el árbitro no señalaba de primera, sino que era la sala VOR quien le indicaba la acción y tras revisarlo señalaba la pena máxima. Jonathan David era el encargado de lanzarlo y no fallaba. 1-0 para el Lille en el marcador justo antes de que los 22 jugadores se marcharan al descanso. Endrick tenía la última antes de que concluyeran los primeros 45 minutos, pero fallaba por muy poco. Nada más arrancar la segunda mitad, como quien necesita hacer algo para tratar de encontrar la sintonía, el técnico italiano decidía quitar a Mendy y sacar a Fran García. Endrick seguía liderando el ataque de los blancos, pero era el Lille quien tenía las mayores ocasiones de peligro, mientras el Madrid se mostraba incómodo sobre el verde, sin saber qué hacer para remediarlo.

Ni los cambios salvan al Madrid de la derrota

Carlo Ancelotti seguía moviendo el banquillo, tratando de tocar la tecla adecuada que estructurara a su equipo sobre el césped. Modric y Mbappé saltaban al terreno de juego, mientras Endrick y Militao salían de él. El último cambio era Arda Güler, la promesa del Madrid, ese que siempre había aprovechado los minutos de juego. El partido entraba en los últimos 10 minutos. Los blancos necesitaban tirar de heroica, de esa esencia que tantas veces les ha llevado a levantarse y remontar los partidos en los últimos minutos.

Antonio Rüdiger la tenía tras un impecable remate de cabeza, pero un defensa del Lille conseguía sacar casi bajo palos. Un minuto después, de nuevo el defensa francés remata un centro, pero esta vez era Chevalier quien lo atajaba. La última de los blancos la tenía Arda Güler, pero de nuevo el portero del Lille entraba en acción vestido de santo para evitar el empate del Real Madrid y afianzar la victoria de su equipo. El tiempo añadido concluía sin demasiadas ocasiones para ninguno de los dos conjuntos. Los tres puntos se quedaban en Francia, mientras los de Ancelotti encajaban el golpe.

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