Los banquillos de nuestro país tienen en nómina a entrenadores que han vivido muchas experiencias únicas, y no solo dentro del mundo del fútbol. Muchos son los técnicos que han desempeñado otras profesiones antes de dar el salto a la dirección deportiva. Es el caso de Julián Calero.
El actual entrenador del Levante UD ejerció como policía municipal en Madrid cuando tenía 34 años, en el 2004, justo el año en el que la tragedia del 11-M impactó la ciudad y la estación de Atocha. Las explosiones de los trenes se sucedieron durante su turno, por lo que él fue uno de los miembros policiales que se trasladó al lugar de los hechos para ayudar a tantos heridos como se pudiese.
Pasados ya veinte años de ese ataque contra la capital española en el que murieron más de 190 personas, el entrenador del Levante, con pasado reciente en Cartagena y Burgos, aún recuerda la experiencia de aquel día, que no ha podido borrar de su memoria. “Durante 20 años he tenido pesadillas”, explica en una entrevista reciente para la COPE. “Murió mucha gente pidiéndome ayuda”. Recuerda también con tristeza que mucha gente se le moría en sus brazos “al segundo”. “Cuando llegamos a la estación fuimos los primeros. Encontramos una segunda mochila: era la segunda bomba”, expone, cuando hace memoria de todo lo que recuerda del momento. “No había suficientes manos cuando llegamos nosotros y no podíamos ayudar a todos”, añade.
Fútbol al rescate: su libro que recoge la vivencia
20 años después de este suceso, Julián Calero ha querido sacar un libro con su biografía y sus vivencias, entre las que se encuentran su servicio como municipal en el 11-M. Sin embargo, este libro ha sido posible gracias a un elemento que es necesario en ciertas ocasiones y al que a muchos les da vergüenza acudir: su psicólogo.
El técnico de Parla ha reconocido en la misma entrevista de COPE que ha tenido que recurrir en los últimos tiempos a profesionales para obtener ayuda para seguir con su libro. Así, tras ese empuje psicológico, decidió escribir sobre el suceso en una obra que tiene el nombre de Fútbol al rescate. En ese documento habla de las experiencias personales que él mismo define como “joyas”. Y por supuesto, del 11-M y de todas sus reflexiones del momento que vivió. ¿Y cuál es su conclusión? Que “el fútbol es lo más importante de lo menos importante”.
¿Cómo un futbolista y entrenador ejerce de policía?
La pregunta que muchos pueden hacer tras toda la narración de Julián Calero es saber cómo ha podido llegar a ser policía municipal tras haber jugado al fútbol como profesional. La razón es simple: Calero no ganó mucho dinero. Ese motivo le hizo tener que buscarse la vida después de su carrera futbolística, y encontró una salida en el mundo de la seguridad.
Por esa razón, decidió opositar y convertirse en policía. Sin embargo, más tarde, después del atentado, regresó al mundo del fútbol, esta vez en los banquillos: en la temporada 2005-06, ocupó el cargo de segundo entrenador de Míchel González en el banquillo del Rayo Vallecano, y después fue pasando por multitud de clubes hasta llegar donde está hoy, en el Levante y en Segunda División.