Caer de pie en un estadio como el Santiago Bernabéu que tanto exige a todos sus jugadores no es tarea fácil. Es un hito que se presta al alcance de muy pocos futbolistas. Tras la pasada temporada llegar Jude Bellingham a Madrid y asentarse tan rápido con la afición merengue, ahora ha sido él quien lo ha conseguido: Endrick Felipe Moreira de Sousa.
El brasileño es un recién llegado, apenas lleva unos meses en la capital de España y ya ha dejado su marca de identidad. Es un delantero centro muy versátil con un físico privilegiado que le permite dominar variedad de registros. Con su mejor virtud ha encandilado al feudo blanco y a todo Brasil: tiene un idilio con el gol. Sin embargo, no todo ha sido fácil en su vida. Más allá de lo que ya sabemos de su talento, la vida de Endrick está vinculada a muchos sacrificios en su niñez.
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Una infancia dura con el hambre presente
Las raíces del jugador brasileño proviene de Taguatina, un municipio del estado de Tocantins en Brasil. Allí desarrolló parte de su niñez en un entorno de humildad y de pobreza. La magnitud era tal que hubo momentos en los que el hambre azotó a su familia, que se vio muy ahogada por la difícil situación económica que atravesaban al estar su padre estaba en el paro. Tal y como recoge Eurosport, Endrick ha asegurado en entrevistas que “prometió ser futbolista profesional a su familia” al darse cuenta de niño de esa situación de escasez y penurias en la que vivían.
Hundidos en esa situación, Douglas, padre de Endrick y futbolista frustrado en su juventud, toma la decisión de mudarse a São Paulo en 2017 para buscar un futuro mejor e intentar dejar atrás los fantasmas de la pobreza, sin saber en ese momento que esa decisión iba a cambiar para siempre sus vidas.
En São Paulo todo cambió
Tras cambiar de aires y de hogar, Douglas encontró un trabajo como limpiador de los vestuarios de Palmeiras, un equipo de gran importancia en el país. Una vez dentro de la institución, el padre de Endrick consiguió hacerse con el cariño de la plantilla.
Ya más asentados, Douglas sabía todo el potencial que tenía su hijo, por lo que decidió tomar la cámara de vídeo y grabarle para difundir su talento. Esa acción tuvo efecto, y atrajo la mirada de algunos equipos como Corinthians, Santos y São Paulo, equipos élite en el país americano. Sin embargo, el que se hizo con sus servicios fue el Palmeiras, que aceptó pagar una pequeña prestación mensual en forma de ayuda a la familia.
Desde ese momento, el niño de 10 años que soñaba con ser una estrella comenzó a crecer hasta llegar al continente europeo de la mano de todo un Real Madrid a los 18 años. Su sueño se ha cumplido, el primero de ellos claro. Ahora, el delantero tiene muchos retos próximos por delante, aunque ya ha tirado la puerta de algunos de ellos: marcar en el Bernabéu y marcar en Champions. Además, ese primer gol en competición europea llega tras una de las mayores decisiones de su vida: contraer matrimonio. De esa forma, Endrick y Gabriely Miranda, varios años mayor que él, han decidido dejar el noviazgo para comenzar su relación como marido y mujer.
Ahora la vida de Endrick y de su familia es completamente distinta gracias al talento y esfuerzo del jugador. El brasileño es un chaval que está muy enfocado en su desarrollo personal y futbolístico, y eso le ha llevado a ser una de las mayores promesas del fútbol mundial.