El Real Madrid empieza a ver la luz. Los de Ancelotti aterrizaban en la Champions, competición en la que son vigentes campeones, con la intención de dar un golpe en la mesa y redimirse de un inicio de temporada gris tirando a negro que ha hecho saltar todas las alarmas. Un gol de Mbappé nada más arrancar la segunda parte parecía que hacía despertar a los blancos después de una primera parte a remolque, tratando de frenar las embestidas del Stuttgart. Pero Denis Undav hacía el tanto del empate. Cuando parecía que la victoria se le escapaba al Real Madrid, ha aparecido Rüdiger para volver a adelantar a los suyos en el marcador y Endrick cerraba el encuentro con un tercer gol en el último minuto para certificar la primera victoria del equipo en Champions.
Después de que los blancos conquistaran la Supercopa de Europa ante el Atalanta no han levantado cabeza. El inicio en liguero no ha hecho más que resaltar las carencias que el equipo está viviendo, sufriendo la ausencia de un Kroos a quien no se valoró lo suficiente cuando estaba y ahora que no está se le echa en falta. A ello se suman las ausencias por lesión, donde Carlo ha tenido que surfear las olas como podía. Con dibujos totalmente fuera de lo habitual, como Carvajal de central, que es la posición en la que se estrenaba en Champions. El regreso de Militao, Bellingham y Tchouaméni apaciguaba un poco la epidemia que estaba viviendo el vestuario blanco.
Con este panorama aterrizaba el Real Madrid en Champions, donde una afición esperaba para recibir a su equipo y poder celebrar la primera victoria en la competición. Los minutos iniciales no invitaban a la esperanza. El Stuttgart saltaba al campo dispuesto a hacer una declaración de intenciones, de igualar los estatus, de demostrar que no importaba cuantas Champions tenía quien, solo el presente y el partido que se estaba disputado un martes 17 de septiembre a las 21 horas. Con tres ocasiones seguidas que casi acaban batiendo a Courtois, los de Hoeness advertían de que iban a por la victoria, mientras los de Ancelotti trataban de achicar aguas viendo como el barco empezaba a hundirse.
Los alemanes han sido dueños y señores de los primeros 45 minutos con numerosas oportunidades de gol que cerca han estado de abrir el marcador, pero que finalmente se ha quedado en un casi. Courtois se ha transformado en un muro con el que los jugadores del Stuttgar se han chocado una y otra vez, mientras se desesperaban al ver que el balón no acababa de entrar en portería. El guardameta blanco ha sido de los pocos destacados en las filas del Real Madrid, el resto de sus compañeros no han sido capaces de coger ritmo ni construir ocasiones de peligro. La única que tenían era un penalti que finalmente, tras volver a volver la ocasión a petición de la sala VOR, ha dictaminado que no era y los blancos se han quedado sin lanzar desde los 11 metros.
Con sensaciones de que la victoria estaba muy lejos para los de Ancelotti y muy cerca para los alemanes, ha llegado el descanso. No tiene por qué indicar nada, pero el Real Madrid ha sido el primer en salir del vestuario y, como suele decir, eso es porque tiene mucho que decir, tiene ganas de juego. Y así era. Kylian Mbappé hacía un gol para adelantar a los suyos en el marcador. Tchouaméni ponía un balón largo para Rodrygo, que entraba con el balón en los pies en el área y cedía la bola para que el delantero francés rematara a placer con la portería vacía. A partir de ese momento, parecía que los blancos despertaban. Las ocasiones se sucedían y el segundo tanto se aproximaba. Y justo en ese brillante momento para los blancos llegaba el gol del empate del Stuttgart.
Rüdiger y Endrick certifican la victoria blanca
Los minutos pasaban y el Real Madrid volvía a hundirse en las tinieblas mientras los alemanes metían una marcha más para intentar ponerse por delante en el marcador. Así han ido pasando los minutos hasta que el partido ha entrado en los últimos 10 minutos de juego. Y ahí, en ese momento, cuando los madridistas más le necesitaban, ha aparecido Rüdiger para poner por delante en el marcador a los blancos. Luka Modric ha sido el encargado de sacar el córner y el defensa francés se ha elevado al cielo de Madrid para rematar el balón y mandarlo al fondo de la red. Toda la plantilla acudía a celebrar el tanto con golpes en la espalda a Rüdiger, como él mismo suele hacer al resto de sus compañeros.
Tras ello, ya con la tranquilidad de quien se sabe por delante en el marcador, el Real Madrid ha comenzado a jugar de nuevo. La guinda del encuentro la ponía Endrick quien ha cerrado el partido con un tercer tanto para sentenciar el partido y seguir ampliando su cuenta. Los blancos no han terminado de agradar a los aficionados con su juego, pero han conseguido pasar la prueba ante el Stuttgart y cerrar la noche con victoria en su debut en Champions.