La enfermería del Real Madrid cuelga el cartel de sold out. Desde que el club blanco diera el pistoletazo de salida a la temporada con el partido de la Supercopa de Europa ante el Atalanta, las bajas por lesión en las filas blancas se han multiplicado. Brahim, Alaba, Camavinga... Con un vestuario en cuadros aterrizan los de Carlo Ancelotti en la competición europea, esa en la que son vigentes campeones tras vencer el 1 de junio al Borussia de Dortmunt. El técnico italiano tendrá que hacer malabares para presentar un equipo competitivo ante el Stuttgart este martes y conseguir la primera victoria el torneo.
El éxito estuvo del lado blanco durante la temporada pasada y con una plantilla prácticamente intacta, a excepción de la retirada de Toni Kroos y la incorporación de la nueva estrella blanca, Kylian Mbappé, todo parecía indicar que esta temporada la suerte, el destino o el éxito seguirían acompañándoles. Sin embargo, se ha cruzado en su camino un enemigo que no esperaban, pero que ni es desconocido, ni extraña a nadie que se haya colado en una plantilla como la del Real Madrid: las lesiones. Con un calendario tan apretado y sin casi tiempo para el descanso entre partidos y competiciones, los jugadores del club blanco han comenzado a caer como moscas.
La temporada pasada ya sufrieron esta epidemia de lesiones, dejando en fuera de juego para toda o casi toda la temporada a Thibaut Courtois, Eder Militao o David Alaba. Tres piezas fundamentales para el dibujo de Carlo, quien buscó nuevos protagonistas para incluir en el tablero. Fue entonces cuando descubrió una estrella inesperada: Lunin. Al portero le cayó la titularidad encima y supo ganársela con creces. Ahora la situación se torna parecida: más lesiones que el año pasado, pero de menor gravedad y, por tanto, menos tiempo de baja.
Sin embargo, los partidos se suceden y el Real Madrid continúa con una plantilla en cuadro, sumando cada vez más lesionados. David Alaba todavía continúa de baja desde la temporada pasada, mientras que durante el parón de selecciones se sumó a él Eduardo Camavinga. A la puerta de la enfermería también han llamado Dani Ceballos, Eder Militao, Aurélien Tchouaméni y Jude Bellingham. Aunque según ha confirmado este lunes en rueda de prensa el técnico del Real Madrid, estos tres últimos estará en la lista de convocados para el partido ante el Stuttgart. Mientras los centrocampistas y el defensa vuelven a la lista, Brahim Díaz les tomaba el relevo en la enfermería tras lesionarse en el partido del sábado ante la Real Sociedad, teniendo que abandonar el césped en el minuto 25.
Los malabares de Carlo Ancelotti
Ya ante la Real Sociedad, el técnico italiano tuvo que idear una estrategia innovadora para poder suplir las carencias en el centro del campo, en especial en la parte defensiva. Fede Valverde fue su comodín y, a pesar de no ser su posición ni estar acostumbrado a jugar en tal terreno, supo navegar en terreno desconocido y destacar en un encuentro donde un Real Madrid gris tirando a negro se salvó gracias a dos penaltis. Ahora, Carlo Ancelotti tendrá que vislumbrar un nuevo dibujo, esta vez con menos agujeros que cubrir, pero con carencias en ciertas posiciones y jugadores que no están para jugar los 90 minutos. Los recién llegados de la enfermería todavía no se encuentran al 100%, por lo que exponerles a estar sobre el verde todo el partido podría ser contraproducente.
En medio de esta epidemia de lesiones en la que se encuentra el club blanco, algunos jugadores no han dudado en aprovechar la coyuntura para dar un golpe en la mesa y reivindicar su puesto en el equipo. Arda Güler viene deleitando al técnico y afición desde la temporada pasada. En la Eurocopa siguió demostrando la pasta que está hecho para enamorar a los clubes y espectadores a nivel mundial y en el inicio de esta temporada, donde puede que las lesiones hayan favorecido su presencia sobre el césped, tampoco ha defraudado. El turco está ganando cada vez más peso en la plantilla y puede que el inicio del Real Madrid en Champions sea una oportunidad perfecta para seguir demostrando que el club no se equivocó al ficharle.
Lo que está claro es que el debut en la competición europea no será el ideal, pero el Real Madrid tratará surfear las olas y llegar a buen puerto en su partido ante el Stuttgart, con unos tripulantes distintos pero con el mismo objetivo: conseguir la primera victoria en Champions de la temporada.