Una tormenta se cierne sobre Richarlison. El delantero brasileño se encuentra envuelto en una situación legal complicada tras ser acusado por su exasistente personal, Reginaldo Pereira, de despido injustificado. Pereira, de 60 años, llevó el caso a los tribunales alegando que fue relevado de sus funciones sin previo aviso. Este despido repentino le ha traído graves consecuencias personales, incluida la disolución de su matrimonio.
Según ha publicado The Sun, Pereira, quien ha trabajado para Richarlison desde que el futbolista se mudó a Inglaterra desde Brasil, asegura que se siente utilizado y dejado de lado injustamente. A pesar de ofrecer su servicio las 24 horas del día, sostiene que no recibió ningún tipo de advertencia o explicación antes del despido. “Después de que me despidieran, tuve que buscar tratamiento médico para lidiar con los impactos negativos de este ambiente tóxico”, explicó Pereira. “Mi esposa solicitó el divorcio, estoy emocionalmente afectado y desempleado”, añadió.
En su demanda, Pereira reclama una indemnización de 95.000 libras, cifra que contrasta con las 130.000 libras semanales que Richarlison gana como jugador del Tottenham. Además, ha acusado al delantero de no registrarlo formalmente como empleado, sino que la forma de proceder era pagarle directamente 500 libras por semana en su cuenta bancaria, sin otorgarle vacaciones pagadas ni otros beneficios laborales. Los documentos presentados ante el tribunal incluyen denuncias de largas horas de trabajo, exigencias excesivas y abuso verbal, especialmente por parte del padre de Richarlison, Antonio Marcos de Andrade. Pereira también afirma que sus responsabilidades se extendían más allá de sus funciones oficiales como asistente personal, incluyendo tareas como el cuidado de las mascotas del futbolista.
“Richarlison y su familia me confiaron tareas que iban mucho más allá de lo que se espera razonablemente de un asistente personal. Me pedían que trabajara horarios interminables y que tomara decisiones por ellos en cuestiones personales y domésticas”, afirmó Pereira. Según su relato, este nivel de demanda laboral sin reconocimiento formal ni beneficios minó poco a poco su bienestar emocional y físico.
Audiencia preliminar sobre el caso
El mes que viene se celebrará en Watford una audiencia preliminar sobre el caso. Esta audiencia será crucial para determinar si la demanda de Pereira tiene suficiente fundamento para avanzar a juicio. Mientras tanto, Richarlison ha negado todas las acusaciones. Un portavoz del delantero declaró que “las acusaciones se niegan,” pero no quiso hacer más comentarios al respecto.
Hasta el momento, Richarlison no se ha pronunciado sobre la situación que actualmente atañe a su persona. Su entorno ha sido el único en salir a negar los hechos de los que se le acusan, y que asegura que ocurrió su ya exasistente. Mientras Pereira buscará que la audiencia dictamine que el caso tiene suficiente fundamento como para seguir adelante. Sin embargo, para conocer cómo avanza el caso habrá que esperar un mes, donde ambas parte expondrá su versión de los hechos. De momento, el jugador continúa con su profesión, aunque apartado del terreno de juego por lesión muscular, la cual le ha tenido apartado del verde durante los dos últimos partidos.