Mia Carol, el guía de Elena Congost en los Juegos Paralímpicos: “Se nos vino el mundo encima por la indignación... quemarías coches”

El guía de la atleta sufrió calambres antes de entrar a la meta y trastabilló, su compañera trató de ayudarlo y soltó la cuerda que les unía durante uno o dos segundos

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Mia Carol junto a Elena
Mia Carol junto a Elena Congost en la prueba de maratón T12. (Jennifer Lorenzini/REUTERS)

Los Juegos Paralímpicos de París 2024 dijeron adiós el domingo 8 de septiembre. España cumplió su objetivo de llegar a las 40 medallas, sin embargo, ese número podría haber sido 41. En la última jornada de competición, Alberto Suárez Laso logro llevarse la plata en la prueba de maratón masculino T12. Poco después, Elena Congost, junto a su guía Mia Carol, llegaron a meta en tercera posición, con más de tres minutos de ventaja respecto a la dupla china.

No obstante, su bronce no pudo subir al medallero español. La pareja de corredores iba a muy buen ritmo, completando los 42 km en poco más de tres horas. Pero, a menos de 10 metros del final de la carrera, Carol, que estaba acalambrado, tropezó. En un acto reflejo, y humano, como ella misma comentó, Congost soltó la cuerda que le unía a sus ojos, aunque fue apenas uno o dos segundos y no supuso una aventaja. Sin embargo, según el reglamento 7.9.5, el atleta no puede soltar la cuerda que le une al guía antes de llegar a la meta.

“Estoy superorgullosa y satisfecha de cómo hemos trabajado, de todo lo que he hecho. No cambiaría nada”, apuntó la catalana a Infobae España. “La carrera creo que fue espectacular”, comentó. Pese al final amargo, la valoración de la competición es buena, como lo es la relación entre guía y deportista: “Ha sido increíble. Hemos entrenado muchos días juntos, también hemos sufrido juntos, nos hemos reído. Creo que ha habido mucha complicidad”, expresó. “Se crea un vínculo muy especial. Es una relación de amistad, de compañeros de entreno. Cuando la relación con un guía es de confianza 100%, él corre para ser tus ojos. Nos convertimos en una persona y es algo muy bonito. No lo sabría describir, pero lo volvería a repetir mil veces”.

Un reto de largo recorrido

El corredor se unió a esta aventura sin saber que acabaría en París 2024. “Ha sido un reto a nivel de guía, pero agradecido de que me lo preguntaran y que confiaran en mí. Hemos estado entrenando varios meses juntos y es un placer, porque la he conocido a ella y ella me ha conocido a mí y nos lo hemos pasado bomba. Luego vino la carrera y creo que lo hemos hecho maravillosamente”, comentó Carol a Infobae España.

“Nosotros tenemos un entrenador común, él fue quien me lo propuso en noviembre. Me dijo ‘tengo un atleta que también es del club. Ella siempre tiene que entrenar acompañada, y quiere presentarse de nuevo a las Olimpiadas y necesita hacer una marca mínima en maratón. Habíamos pensado en hacerla en Sevilla, pero nos hace falta alguien como tú para ayudar’”, confesó el guía. Pese a que no había tenido buenas experiencias corriendo con un guía, Congost se sumó a esta aventura con el objetivo de volver a lo más alto del deporte. La deportista no pudo estar en Tokio 2020 por su maternidad, pero no podía faltar a la cita en Francia.

“Nos conocimos y hablamos un par de veces, pero nos presentamos en Sevilla. Ella llevaba su preparación por separado, yo no necesitaba una preparación para hacer esa marca, porque ya tenía mis propios retos y con la preparación que llevaba ya había más que suficiente. Fuimos y sacó la mínima. Luego, al cabo de un par de semanas, vinieron los dos y me dijeron ‘ahora vamos a París’ y dije ‘Pues bueno, contad conmigo’”, apuntó. “A partir de ahí, eso es otro mundo, porque son unas olimpiadas paralímpicas, es decir, más nivel. Había que entrenar más, preparar cosas que para Sevilla no hacía falta para conseguir la mínima. Repasamos referentes de atletas con disminución visual y con sus guías y cómo lo hacían ellos. Entrenábamos un par de entrenos conjuntos a la semana, uno era más de calidad y el otro era más de rodaje”, indicó a este medio.

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Imagen de archivo de la atleta española Elena Congost y su guía, Mia Carol Bruguera, en los Juegos Paralímpicos de París 2024. (Javier Etxezarreta/EFE)

No obstante, había otro reto por delante: lograr la sincronización entre guía y atleta. “Conseguimos que fuera como la sombra de ella, que no la molestara para nada y que ella pudiera correr según su forma natural, gusto y placer. Y yo como si no existiera, solo para suplir sus deficiencias visuales y en todo caso para ayudar. Si ella ponía el brazo derecho para adelante, pues mi izquierda también tenía que ir para adelante, porque si no nos tirábamos de la cuerda”. “Llega un momento que la sincronización de los dos cuerpos es de tal forma que ella va todo el rato a su ritmo y a su bola y yo tengo que ir siguiéndola a ella en todo momento”, anotó.

Pese a que los inicios fueron fáciles, con el paso de los días aumentó la exigencia. “De buenas a primeras pareció fácil (sincronizarnos), pero llegar a lo que conseguimos el domingo (8 de septiembre), como he visto ahora en el maratón por fotos y por videos, es más complicado. Ahora digo, ‘es increíble’, es que parecemos gemelos al correr, cuando el pie está todo el rato a la par, el brazo. Llegar a eso al principio pareció fácil, pero luego hubo un par de semanas muy complicadas porque queríamos ajustarlo aún más y luego ya sale rodado”, confesó. “Es como un instinto, pero si me pones otra persona al lado ya no lo sabré hacer hasta que no nos entendamos. Lo que sí me costó más, pero eso es un tema de conocimiento, es el hecho de que no nos conocíamos y teníamos que entendernos, pero no había miradas para entendernos. Yo tenía que ver cualquier cosa que ella no podía y contársela para superarla”

“No ve nada, menos de un 5%. Una piedra, un bache, adoquines... Si viene la curva, pues tienes que decirle ‘curva a la derecha a 100 metros, curva a la derecha a 50 metros, en 25 metros’ Y también con contacto físico, si es a la derecha tiro un poco más de la cuerda, mientras que si es una curva más cerrada, pues das empujoncitos”, explicó.

La cara B del deporte

Pese a todas las cosas buenas que les ha reportado a ambos esta experiencia, la imagen final del maratón puso el toque amargo a la carrera. A escasos 10 metros de colgarse el bronce, a Carol le dieron unos calambres en las piernas. En ese momento, Congost, en pleno acto reflejo, soltó durante unos segundos la cuerda que les unía, lo que provocó su descalificación. “La descalificación fue un error de los jueces. Ellos solo aplicaron una norma, y para aplicar una norma no hace falta un juez, simplemente cualquier burócrata puede hacerlo. Diría que ahora, con la inteligencia artificial, no hace falta ni el burócrata. No hubo una interpretación, que es lo que debe hacer un juez”. La gran queja de ambos es que no se examinó el caso concreto, solo se aplicó el texto. “La norma en realidad está hecha por si algún guía está tirando, está ayudando a que su atleta corra más rápido y en ese caso era todo lo contrario”.

Mia Carol y Elena Congost
Mia Carol y Elena Congost en París 2024. (Jennifer Lorenzini/REUTERS)

La noticia les llegó unos minutos después de rozar la gloria en la capital gala. “Al llegar a celebrarlo, nos hicieron pasar por un pasillo de medios de comunicación a nivel mundial y luego a los test del doping. Cuando nos volvemos a encontrar nos lo dijeron. En ese momento, se nos cayó el mundo encima porque lo que estábamos haciendo era disfrutar y celebrar”, apuntó. “Te dicen que ya hay alguien del Comité Paralímpico Español hablando con los jueces y dices ‘bueno, lo van a resolver’. Había una reclamación de otro país, solo puede ser la cuarta. Nos vino el mundo encima en el sentido de la indignación, la rabia... quemarías coches y no sé qué más harías. Luego vienen los llantos y el dolor. Ha sido una montaña rusa de emociones”.

“Nosotros no hemos hecho nada mal, fue un carrerón. Hicimos una de las mejores marcas mundiales hasta el momento y superó su marca personal. Ese fallo fue más burocrático que nada”, se sinceró. Sin embargo, no todo ha sido malo. “Un par de horas después recibimos el apoyo incondicional no solo de tu entorno, sino de gente que no conoces, de medios, de todas las naciones. Y bueno, te desborda”.

Elena Congost confesó a este medio que hay opciones de estar en Los Ángeles 2028, pero tendrá que ser con otro acompañante. “Yo creo que ella ha visto estos meses entrenando juntos, conmigo y con el entrenador, que puede mejorar aún. Este año ha mejorado mucho su marca y con un guía puede mejorar mucho. Ella tiene que ir para arriba y yo tengo 57 años y solo voy para abajo”, indicó. “Nos llevamos 21 años, necesita a dos como yo o a otro guía. Si necesita mi ayuda, sin problema, pero creo que no sería beneficioso para ella que dentro de cuatro años fuera yo su guía”.

No obstante, eso no significa que Carol vaya a colgar las zapatillas. “Hay muchas cosas que me gustaría hacer la semana que viene ya, pero tienes que ser realista. Primero debo recuperarme y luego veré. Tenía previsto ir a los mundiales de la India. Pero va a ser que no, ahora tengo la rodilla tocada. Un maratoniano, de normal, hace una prueba, máximo dos, al año, yo llevo cuatro”.

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