Dos corredores salvan a la deportista Irene Sarrionandia de 75 años tras sufrir una hipotermia en la montaña: “Llamad a mi hija, que me quedo aquí a morirme”

La corredora de trails de montaña sufrió el incidente durante el 4K Trail Valle de Tena, que se celebra en el pirineo aragonés

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Irene Sarrionandia y el Valle
Irene Sarrionandia y el Valle de Tena. (@trailvalledetena/Instagram)

Irene Sarrionandia, corredora de trails de montaña, tuvo que ser rescatada durante la prueba de 4K Trail Valle de Tena, que celebraba su novena edición. La deportista, a sus 75 años, quería completar el recorrido de 42,5 kilómetros con 3.510 metros de desnivel positivo. Sin embargo, el clima casi se cobra una desagracia.

Durante la primera subida, en el Garmo Negro, que unos 3.051 metros, la guipuzcoana sufrió una indisposición tras dos horas de marcha. Esa dolencia acabó derivando en una hipotermia grave. Aproximadamente, a las 10:30 h de la mañana, la sensación térmica en la zona era inferior a los 0º.

Dos de los corredores de la prueba fueron los que la encontraron a pocos metros de la cima. Ellos fueron los encargados de socorrerla de forma improvisada, según recoge el Heraldo de Aragón. “Llamad a mi hija, que me quedo aquí a morir”, les espetó Sarrionandia. Su descendiente también se encontraba disputando el trail.

“Tú hoy no te me mueres”, respondió uno de los dos rescatadores. Trató de moverla él mismo, no obstante, viendo la dificultad, le ayudó a tumbarse y la cubrió con mantas térmicas. Gracias a la ayuda de otros participantes y de un excursionista, que era enfermero, lograron montar un puesto de primeros auxilios improvisado.

Gracias a la rápida intervención de los corredores y a la organización de la carrera, se solicitó un helicóptero de evacuación. Aun así, las dificultades meteorológicas complicaron el rescate, por lo que los rescatadores tuvieron que descender a una zona de mejor visibilidad. “Allí no se veía ni a cinco metros”, comentaron. Tras recortar 500 metros de desnivel, se pudo proceder a la evacuación. Fue trasladada a un centro médico cercano, donde se recuperó en poco tiempo.

Un milagro de altura

Los encargados de socorrerla tienen nombre y apellido. Daniel de la Iglesia y José Miguel García, dos amigos de Zaragoza, fueron los primeros en presenciar la situación. Avistaron, a unos 20 metros de la cima, a la deportista. “A medida que ascendíamos, las condiciones meteorológicas empeoraban y la temperatura bajaba. Cuando llevábamos dos horas y media de carrera, ya estábamos arriba, y las condiciones eran totalmente adversas”, comentó Daniel al Heraldo de Aragón.

La previsión del tiempo no indicaba que fuera a mejorar la situación, incluso avisaba de un 80% de probabilidades de lluvia. “A pocos metros de coronar y comenzar la bajada, estábamos con una sensación térmica de bajo cero. Una señora mayor, que es bastante famosa en el mundo del trail porque lleva muchos años corriendo carreras de montaña, estaba delante y empezó a decir que no sabía lo que le pasaba, que no estaba bien, que no podía seguir”, informó Daniel.

“Mi compañero, José, la agarró y le ayudó a seguir hacia adelante. Yo le cogí los bastones. Intentamos avanzar unos metros, pero llegó un momento en el que la mujer se paró y empezó a decir que no podía más, que se estaba viendo muy mal, muy apurada”, informó.

Fue ahí cuando empezaron las labores de rescate improvisadas: “Buscamos el sitio que pudimos para dejarla en el suelo, le sacamos la manta térmica y empezamos a envolverla. Yo me quité la braga que llevaba en el cuello para ponérsela en la cabeza y que no perdiera temperatura. También le pusimos la capucha, que se la había quitado. Hacía muchísimo aire y las mantas se volaban, y José y yo nos pusimos al lado suyo e intentamos que no perdiera más calor”. En ese momento apareció Pablo, el excursionista que resultó ser enfermero. “Nos dijo que era enfermero. Nunca había tratado una hipotermia, pero sabía más o menos qué hacer”.

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