Bullying, violencia machista y depresión: la increíble historia de superación de Marta Francés, medallista española de los Juegos de París

Desde la infancia, el deporte fue un refugio para el mal trato que recibió por parte de muchas personas de su entorno

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07/03/2023 La paratriatleta Marta Francés
07/03/2023 La paratriatleta Marta Francés y la profesora de música invidente Cristina Ruiz recogerán mañana, en el auditorio Pedro Almodóvar de Puertollano, el Premio por la Igualdad Diputación de Ciudad Real DEPORTES ESPAÑA EUROPA CASTILLA-LA MANCHA DIPUTACION CIUDAD REAL

Jornada para la historia del deporte español, y más en concreto, para el triatlón. Dos oros, una plata y un bronce, y los nombres de Dani Molina -oro-, Susana Rodríguez -oro-, Nil Riudavets -bronce- y Marta Francés -plata-. Esta última ha sido la que le ha puesto el broche a la jornada, en la categoría PTS4, con un tiempo de una hora, quince minutos y diez segundos solo superado por la británica Megan Richter, que alcanzó la meta poco más de medio minuto antes.

“Esta plata me sabe al premio de mi vida”, dijo la española nada más llegar a la línea de meta. “He pasado muchas cosas desde bien pequeña para tener esa oportunidad y encima la he podido aprovechar”. Finalmente, Francés ha querido acordarse de quienes la han apoyado para llegar hasta donde está: “Quiero decirlo por todos lados: se la dedico a mis padres”.

Unos primeros años muy difíciles

Los deportistas de élite como estos cuatro triatletas siempre son un ejemplo de esfuerzo y superación. Cada día, luchan por alcanzar un mejor rendimiento en sus cuerpos, que en esta competición en concreto parten además con una serie de limitaciones que podrían, para muchos, ser un obstáculo añadido muy difícil de superar. Sin embargo, en el caso de Marta Francés, hay que decir que arrastra consigo la historia de alguien que ha luchado más que la mayoría para cumplir sus sueños.

Su primera batalla fue lejos de las pistas: en el colegio, donde sufrió acoso escolar. Insultos y agresiones de las que se evadía haciendo deporte. “Era mi refugio, en ese momento me sentía libre y feliz, nadie se metía conmigo”, confiesa en una entrevista con el medio especializado Sport Life. Saldría, así, adelante, hasta que con 16 años sufriría otro duro golpe que condicionaría el resto de su vida.

A esa edad, le diagnosticaron un tumor en el cerebelo. “Tuvieron que operarme dos veces para extirparlo”, cuenta la deportista en esa misma conversación. No obstante, al despertar de la segunda intervención, solo podía mover la boca y los ojos. Tuvo, por lo tanto, que hacer un esfuerzo sobrehumano -algunos se quedarían cortos al decir un esfuerzo olímpico- para recuperar una movilidad que los médicos que le habían dicho que se podía recuperar el primer año. Puso tanto de su parte y progresó tanto, que al finalizar, pudiendo andar e incluso trotar tras unos pocos meses, que su neurocirujano solo pudo tildarlo de “milagro”.

El largo viaje hasta París

Tras mudarse a Madrid con 18 años para cursar estudios universitarios. Primero cursó Biotecnología, pero pronto decidió que el deporte era su pasión y se presentó a INEF. Para entrar en esta carrera, midieron mal su discapacidad y le hicieron pasar las mismas pruebas que el resto de aspirantes, algo que afrontó y superó como había hecho con el resto de obstáculos en su vida.

A pesar de haber logrado todo eso, la vida aún le tenía preparada una nueva dificultad. No se esconde: es algo que ha contado en numerosas entrevistas. “En tercero de carrera, sufrí un episodio de violencia machista que me hizo caer en una depresión” cuenta, por ejemplo, en el diario AS poco antes de los Juegos. “Gracias a mi psicóloga y psiquiatra, pude salir de ella, pero fue súper duro”. De hecho, siente que hasta el momento ha sido lo más difícil de superar.

Pero el deporte siempre estuvo ahí, junto a ella. Por aquel entonces, se encontraba en el equipo de natación, pero sus problemas de salud mental le privaron de competir en el campeonato de Europa. Es ahí donde descubrió el triatlón, disciplina que desde entonces ha sido el amor de su vida y en la que ahora ha logrado esa merecidísima plata. “Yo pensaba todo el rato que iba quinta”, ha comentado entre risas. “En la segunda vuelta de la carrera a pie, cuando me quedaba nada para terminar, me han dicho que iba segunda. Me he puesto a esprintar”.

El objetivo de España es superar las 36 medallas logradas en los Juegos Paralímpicos de Tokio. De momento, ya ha alcanzado 20, y queda aún casi una semana con más competiciones para batir la marca.

Sara Andrés, atleta paralímpica especializada en velocidad y salto de longitud.
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