Un francés pagó 1.600 euros para ir a la ceremonia de los Juegos Olímpicos y no vio nada: “Una gran estafa”

El aficionado galo exige que se le reembolse el precio de su entrada tras asistir a la ceremonia y tener que ver cuatro horas a través de una pantalla

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Los portadores de la antorcha Teddy Riner y Marie-José Pérec encienden el pebetero olímpico.  (REUTERS/Marko Djurica)
Los portadores de la antorcha Teddy Riner y Marie-José Pérec encienden el pebetero olímpico. (REUTERS/Marko Djurica)

La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos siempre es un acontecimiento que paraliza el planeta y acapara las miradas del mundo del deporte. Con actuaciones de grandes artistas, actos de elevadas prestaciones visuales y espectáculos de pirotecnia, se presenta como un evento llamativo para muchos. Sin embargo, a pesar de que el mundo quedó satisfecho con la celebración, este no es el caso de algunos aficionados presentes en París. Un ejemplo de esto es el de Jean-Christophe Seznec, ciudadano francés, que se ha mostrado descontento con ciertas problemáticas que él piensa que tuvo la apertura de cara al público.

Son muchas las personas que ante una situación de tal envergadura en su país deciden acudir para presenciar este tipo de celebraciones, ya que no se sabe con certeza cuándo podrá volver a verse en tu nación de origen. Este ha sido el caso de Jean-Christophe, que no dudó en comprar su entrada para poder asistir a la ceremonia de apertura. El francés se gastó 1.600 euros para poder situarse a orillas del río Sena, en una localidad cercana al Museo de Orsay. El hombre era consciente de que el pago de la credencial “era una suma enorme”, como así explicó al medio Ouest France. “Representa el fruto de mi deseo y de mi inversión para esta ceremonia que prometía ser extraordinaria”, añade.

No pudo ver prácticamente nada

El aficionado que pagó 1.600 euros para poder tener un sitio de privilegio en la gala de apertura eleva ahora sus quejas por lo que pudo y no pudo ver de aquel show. Un espectáculo que, a vista de televisión, impresionaba con todos los barcos con los deportistas de cada país por el río Sena. Sin embargo, la apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024 no fue de su agrado, que deja muestras evidentes de que la organización del evento y el desarrollo de este no estuvieron a la altura de como debería haber sido.

El río Sena en París durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos.  (AP Foto/Matthias Schrader)
El río Sena en París durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos. (AP Foto/Matthias Schrader)

Su protesta se basa en la limitación visual que tuvo durante toda la ceremonia de apertura que tuvo lugar por las aguas de París. A pesar de encontrarse en una zona muy cotizada, el galo argumenta que “estuvo cuatro horas mirando la pantalla”, un hecho que resulta extraño, ya que se encontraba a pie del escenario del evento. “Solo vi pasar barcos a lo lejos, en la oscuridad, sin iluminación y sin decoración”, señala. “Sin ver nada de los bailarines y el entretenimiento en los puentes o en los muelles”, añade a su queja ante lo que vivió.

Así, el hombre de origen francés tiene claro que tomará medidas ante lo que él considera “una gran estafa”, según publica Le Figaro. Por tanto, el galo ya ha comenzado los procesos, para intentar recuperar la suma pagada, ante el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos, unas acciones jurídicas en las que tiene una baja probabilidad de éxito. Aun así, el hombre va a seguir en busca del reembolso de sus 1.600 euros tras una experiencia para el olvido para él.

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