España en verano y especialmente en el mes de agosto es un hervidero. Con más de 40 grados, los ciudadanos buscan la forma de no derretirse evitando las horas centrales del día, con hidratación, piscinas o playas. El problema llega cuando una competición de las magnitudes de La Vuelta a España acapara las carreteras nacionales con un sol abrasador brillando sobre sus cabezas, mientras tratan de subir una montaña o recorrer cientos de kilómetros. Nada nuevo para ellos, que cada año afrontan temperaturas extremas con tal de concluir la competición y tratar de llegar al destino antes que el resto del pelotón. Es por ello que los equipos están cada vez más preparados, reinventándose cada año para hacer frente al principal enemigo de La Vuelta a España: el calor.
Los altos porcentajes de desnivel en las etapas de montaña, los cientos de kilómetros, la acumulación de ellos a lo largo de los días y el calor son una combinación que puede tener un resultado catastrófico. Tal es la situación que durante la etapa de este miércoles, se activó en Sevilla el protocolo de temperatura extrema. Es por ello que en este tipo de situaciones, los avituallamientos tienen manga ancha respecto al agua y el hielo, para evitar que surjan problemas relacionados con el calor.
Algunas de las estrategias para combatir el calor que se han visto a lo largo de la Vuelta España pasan por chalecos refrigerantes. El ciclista esloveno Bora Primoz Roglic fue el ganador de la cuarta etapa de la Vuelta a España, tras una ardua batalla en Pico de Villuercas que mantuvo en vilo hasta el último momento a los aficionados. Tras ello, después de las horas de calor, el esloveno se colgó un chaleco refrigerante para bajar la temperatura del cuerpo, dejando una de las imágenes de la competición.
A esta se suman otras estrategias que los ciclistas han empleado a lo largo de estos cinco días, aunque probablemente veremos muchas más en las próximas etapas. A los chalecos se suman también los baños de agua con hielo para combatir las altas temperaturas de ciudades como Sevilla. Filippo Baroncini tras un duro día de trabajo y cientos de kilómetros en sus piernas sorprendió a los aficionados con una imagen dentro de una bañera para combatir el calor, maillot incluido, porque cuando el sol aprieta no hay tiempo para miramientos. A él le siguieron el resto de integrantes de su equipo. Aunque no es el único equipo que improvisa una bañera para sus corredores, dado que los de Soudal también han compartido imágenes de los baños de sus deportistas.
Los auxiliares y los bidones de agua
Los auxiliares también están teniendo un papel protagonista en La Vuelta a España, dado que son ellos los que facilitan los bidones de agua a los ciclistas en plena competición. Son ellos quienes se acercan a los corredores de su equipo para proporcionarles el agua que necesitan para superar la etapa y no deshidratarse. Estos bidones sirven también para refrigerar la cabeza.
Hasta los bomberos han tenido su momento de protagonismo a lo largo de La Vuelta. Estos profesionales no dudaron en salir a la calle manguera en mano para refrescar a los ciclistas a su paso por El Ronquillo. Lo cierto es que son muchas las estrategias que se están siguiendo para poder combatir las altas temperaturas y en especial en las horas en la que se lleva a cabo la competición, que suele empezar sobre las 13 horas y concluir sobre las 17 horas, en función de los kilómetros y la complejidad del terreno serán más o menos. Lo que está claro es que esta Vuelta a España está siendo muy calurosa para los corredores y el ingenio para sobrellevarlo está siendo protagonista.