Las anécdotas de los Juegos Olímpicos han dado paso a las de la Vuelta a España. El pasado sábado 17 de agosto fue el pistoletazo de salida de la competición que arrancó en Lisboa. Tras su paso por Portugal, los corredores ya se encuentran enfrascados en la cuarta etapa y ya por territorio nacional. Y lo cierto es que en el transcurso de estos cuatro días, la competición ha dejado etapas interesantes, caídas y anécdotas. La última ha sido protagonizada por Mikel Landa y los vecinos de Plasencia.
Todo comenzó este lunes, cuando el autobús del equipo belga Soudal se averió en la carretera, camino a la línea de salida en Plasencia. El problema es que el recambio que necesitaban para poder reparar la avería no llegaba hasta el miércoles, por lo que rápidamente se pusieron manos a la obra a buscar una alternativa. Este imprevisto provocó que los ciclistas tuvieran que ser reubicados apresuradamente en varios vehículos para llegar a tiempo a la competición, pero iban con lo puesto.
El incidente ocurrió en una etapa crucial que culminaría en Pico Villuercas, el primer final en alto de la competición, donde se esperaba que los favoritos comenzaran a marcar diferencias destacables. Entre ellos se encontraba Mikel Landa, quien ocupa la posición de jefe de equipo de Soudal tras su notable desempeño en el Tour de Francia, donde ayudó a su colega Remco Evenepoel a subir al podio y terminó en quinta posición. El vasco aspira a entrar en el podio de esta ronda española, aunque tras la contrarreloj en Lisboa, ya cede algunos segundos a ciclistas como Primoz Roglic, quienes están también entre los favoritos.
El equipo belga Soudal tuvo que hacer frente a la avería de su autobús, una complicación significativa considerando que estos vehículos son una especie de casas rodantes. En estos vehículos, los ciclistas pueden relajarse, recibir masajes, comer, beber y conversar con sus directores, además de disponer de baños y duchas, lo que les permite prepararse adecuadamente para cada etapa.
Los vecinos de Plasencia al rescate
A pesar del percance, la comunidad local de Plasencia mostró su solidaridad al abrir sus puertas a los ciclistas para que pudieran cambiarse de ropa y asearse en las casos de los vecinos de la localidad. Al final, todos los miembros del equipo lograron estar listos para la salida y Mikel Landa consiguió mantenerse con el grupo principal de favoritos durante la etapa.
Las etapas de la Vuelta a España suelen ser memorables, no solo por las victorias y los momentos deportivos, sino también por las historias que surgen en el trayecto. Este martes quedará registrado como uno de esos días anecdóticos que, sin alterar significativamente el curso de la carrera, evidencian el espíritu de camaradería y la naturaleza imprevista del ciclismo profesional.