Óscar Pereiro, ganador del Tour de Francia, a punto de morir ahogado en el mar: “Estuve a 30 segundos de rendirme”

El exciclista cuenta la agonía que sufrió en su Galicia natal. Durante una escapada a la costa con su mujer, una ola gigante le embistió y le arrastró a una zona de piedras en la que casi pierde la vida

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Óscar Pereiro con el maillot
Óscar Pereiro con el maillot amarillo del Tour de Francia que ganó, en 2006. (Europa Press)

Óscar Pereiro, campeón del Tour de Francia en el 2006, ha contado en El Chiringuito y El Partidazo la fatal experiencia que ha vivido y que casi le lleva a la muerte. El exciclista se encontraba en su Galicia natal junto a su mujer en una zona de acantilados que el retirado deportista profesional bien conoce: acantilados entre Samil y Baiona. Sin embargo, todo se torció con la llegada de una inesperada ola de varios metros que arremetió en el lugar donde ello se encontraban. Óscar fue arrastrado por ella hasta la profundidad del acantilado lleno de piedras, de los que finalmente pudo escapar y salvar su vida de forma casi milagrosa.

La experiencia que el ahora colaborador en medios deportivos ha sufrido es una de esas que nunca se olvidan en la vida. Es una situación que marca el porvenir del futuro de una persona, como el día en el que alguien obtuvo una segunda oportunidad en forma de “volver a nacer”, y así lo interpreta Pereiro. “La vida me dio otra oportunidad”, contaba el gallego a sus compañeros en plató. “Estuve a segundos de no estar aquí”, añade después para mostrar la gravedad del accidente sufrido.

Es más, el campeón del Tour, y seguidor del Celta de Vigo, también quiso dejar claro que estuvo muy cerca de dejar de pelear por su vida. Durante las entrevistas, el de Galicia mostró que se quedó muy cerca de dejar de luchar contra la mar. “Estuve a 30 segundos de rendirme”, añade sensiblemente emocionado en recuerdo de todo lo ocurrido en esa zona costera de su comunidad natal.

Como se desarrolló todo

Pereiro y su mujer se encontraban en una zona a priori segura que la pareja solía frecuentar; sin embargo, esta vez no tuvieron la misma suerte. Durante su expedición en los acantilados, una ola más grande de lo previsible se topó con la zona rocosa en la que ambos se encontraban. A consecuencia, el ciclista fue arrastrado hacia el agua y contra las piedras que en el acantilado se encontraban.

En esos momentos, la mujer del ciclista quería ofrecer su ayuda, pero Óscar desde el agua le pedía que no le ayudase, que se fuera de la zona por su seguridad. “Ella me intentó ayudar a salir de ahí, lo único que le grité es que se fuera.”, explica el protagonista de esta historia. “Ella estuvo a punto de tirarse al mar a por mí y ahí nos hubiéramos muerto los dos, hubiese sido una auténtica tragedia”, desarrolló posteriormente.

La agonía que el gallego sufrió se podía imaginar mientras explicaba que sintió en esos momentos cercanos a la muerte. El campeón del Tour 2006 veía que todo terminaba allí, estaba ante una situación de la que era muy complicada salir. “Yo me peleaba con todo para intentar respirar, salía un segundo y estaba debajo medio minuto”, recordaba mientras narraba la historia. “La teoría es dejarte ir, porque el mar te va a llevar hacia fuera del peligro, pero tú intentas salvarte la vida”, completa después para justificar que era conocedor de lo aconsejada en estos casos y mostrar que, a pesar de saberlo, uno siempre intenta luchar por salvarse y no se deja ir. A pesar de todo, consiguió aferrarse a una piedra que le permitió salir de la mar con heridas superficiales, por todo el cuerpo, pero con vida, que es a lo que le da más importancia.

Así es un acantilado gallego.
Así es un acantilado gallego. Acantilados de Loiba, en Galicia.

Una segunda segunda oportunidad

El ganador de una gran carrera ciclista se mostrómuy agradecido con la vida” por haber podido salvarse. Además, recuerda aquella caída en el Tour de 2008. Aquel accidente lo recuerda como la primera vez que obtuvo una segunda oportunidad en la vida. En esa caída, el gallego se precipitó por un barranco en una de las etapas más peligrosas del Tour de aquel año. No obstante, y a pesar de que se temiera por su integridad, el ciclista salió casi ileso con tan solo una fractura en el humero. Ahora, Óscar Pereiro puede contar que es un privilegiado por haber esquivado a la muerte de cerca no una, sino en dos ocasiones.

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