La polémica en la natación artística que podría echar a España del podio en los Juegos Olímpicos

Nueva polémica en los Juegos Olímpicos. Tras el revuelo suscitado en el boxeo femenino en torno a la argelina Imane Khelif, ahora le ha tocado el turno a la natación artística. El equipo español debutó este lunes con la rutina técnica en la cita parisina donde consiguió un segundo puesto que le serviría para entrar en el podio. Sin embargo, este posicionamiento podría verse amenazado tras un cambio de opinión por parte de los jueces sobre una penalización.

El rendimiento sobresaliente de China en esta disciplina ha sido notable, como era de esperar. Las nadadoras chinas, dirigidas con precisión y habilidad, lograron destacarse significativamente en la rutina técnica. Con una ventaja abrumadora de 26 puntos sobre el equipo español, China parece asegurarse el oro, una hazaña especialmente destacable en ausencia de Rusia, núcleo habitual de las medallas doradas en los últimos seis Juegos Olímpicos.

La actuación del equipo liderado por Anna Tarrés, cuya rutina titulada Velocidad y pasión recibió una buena valoración por parte de los jueces, obteniendo la mayor puntuación que el equipo ha registrado en esta prueba. Las expectativas están centradas en que las nadadoras españolas puedan mantener su ventaja en las siguientes pruebas: la rutina libre y la acrobática, programadas para los próximos días.

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Los equipos de Japón y Estados Unidos, considerados potencias importantes en la natación artística, tuvieron un desempeño por debajo de las expectativas iniciales, ubicándose en las posiciones sexta y séptima respectivamente tras la rutina técnica. Estas ubicaciones se debieron a penalizaciones por no completar algunos de los elementos inscritos en la coach card, un documento que detalla los movimientos que el equipo planea ejecutar.

Tras ello, ambos países decidieron presentar unas reclamaciones por las penalizaciones que les habían puesto. Una petición que acabó teniendo su efecto y los jueces decidieron eliminar esta penalización, lo que les valió para ascender a la cuarta y quinta posición. Con esto, el margen de puntos entre España y sus competidores más cercanos se ha reducido significativamente, permitiendo a Japón y Estados Unidos acercarse al podio. Las niponas se encuentran a menos de tres puntos de España, mientras que las americanas tienen una diferencia de algo más de cinco puntos.

La situación de las españolas en la natación artística se complica debido a que tanto Japón como Estados Unidos son mejores que España los próximos ejercicios. Se espera, en principio, que ambos países puedan superar en ejecución a las españolas en las rutinas libre y acrobática, disciplinas en las que históricamente han tenido mejor desempeño. En particular, el equipo estadounidense, bajo la dirección de Andrea Fuentes, cuenta con un punto fuerte en las acrobacias, supervisadas por Víctor Cano, olímpico en gimnasia en 2000 y 2004. Esta preparación especializada podría representar una ventaja significativa en la competición por las medallas.

A pesar de esto, las esperanzas y el espíritu competitivo del equipo de Anna Tarrés permanecen firmes. La estrategia del equipo español se centró en crear un “colchón” de puntos en la rutina técnica, una táctica que hasta ahora ha mantenido a España en la competencia por el podio. La disminución de este colchón, sin embargo, coloca a las nadadoras españolas en una posición donde deben realizar actuaciones impecables en las próximas rutinas para garantizar una medalla.