Malas noticias para la delegación española. Ray Zapata quería repetir la gesta que hace tres años logró en Tokio al obtener la plata. Sin embargo, esta vez terminó la prueba de suelo de los Juegos Olímpicos con la séptima plaza. En esta ocasión, el gimnasta español exhibió un ejercicio con menor dificultad comparado con la ronda de clasificación, lo que se vio reflejado en su puntuación final. Zapata mantuvo solidez en todas las secuencias, pero sacó un pie unos centímetros en la diagonal final, un pequeño error que pudo haber incidido significativamente en la valoración de los jueces.
Zapata, quien anteriormente se había clasificado en tercera posición, recibió una nota de 14,333 puntos. La medalla de oro fue ganada por Carlos Yulo de Filipinas con 15,000 puntos, seguido por el israelí Artem Dolgopyat con 14,966 puntos para la plata, y el británico Jake Jarman obtuvo el bronce con 14,933 puntos. El desempeño de Zapata en comparación con su ranking de clasificación muestra una pequeña diferencia, pero suficiente para relegarlo a la séptima plaza en esta ocasión.
El gimnasta español, reconocido tanto por su habilidad como por su carácter amigable y abierto, abordó cualquier posible controversia sobre la puntuación de los jueces con honestidad. “He cometido yo un error, en la segunda serie he caído muy agachado, me han ventilado el enlace del salto”, confesó, según declaraciones recogidas por distintos medios de comunicación. Asimismo, Zapata mostró su satisfacción y tranquilidad con el resultado: “No puedo decir que me han robado, que todo el mundo esté tranquilo, que estoy contento”.
A pesar de su caída en la puntuación, Zapata confirmó su intención de seguir compitiendo y también aprovechó el momento para reflexionar sobre su carrera y sus logros. “Yo voy a seguir. Ya he superado mis objetivos. De pequeño solo quería ir a unos Juegos Olímpicos y llevo tres, una medalla y un diploma”, rememoró. Además, mostró su perspectiva optimista sobre su futuro: “Los Juegos de Los Ángeles para nosotros van a ser muy buenos”. El atleta concluyó con una nota humorística, manifestando su intención de tomarse una cerveza para relajarse y recuperarse de las exigencias del evento.
La preparación de Zapata para estos juegos no fue sencilla. Después de un ciclo olímpico plagado de descansos, lesiones y preparaciones para otros aparatos, el gimnasta logró clasificarse en tercer lugar en la ronda preliminar, elevando las expectativas. Sin embargo, la diferencia entre su puntuación en la clasificación preliminar, 14,600, y su resultado final, 14,333, marcó la diferencia. Los jueces penalizaron una leve infracción, considerando que había pisado fuera del área de competición, lo que le costó 0,1 puntos cruciales. La dificultad de su rutina disminuyó ligeramente a 6,2, comparado con los 6,3 de la ronda de clasificación, y su ejecución recibió 8,233 puntos.
Los gimnastas que lo siguieron en la final, especialmente Artem Dolgopyat y Carlos Yulo, demostraron desempeños sobresalientes, relegando a Zapata y alejándolo de la posibilidad de subir al podio. Dolgopyat, quien había empatado con Zapata en Tokio, y Yulo, conocido por sus habilidades extraordinarias en el suelo y que entrena en Japón, elevaron la barra con puntuaciones de 14,966 y 15,000 respectivamente. Ningún otro competidor superó esas marcas, pero Jarman, campeón mundial de salto y debutante olímpico, también logró una acción destacada, apartando a Zapata del podio.
Una larga trayectoria a sus espaldas
A sus 31 años, y con tres Juegos Olímpicos en su historial, Zapata enfrenta la decisión sobre su futuro competitivo, una determinación que dependerá de la capacidad de sus piernas para seguir soportando la rigidez del deporte. La carrera de Ray Zapata es un testamento a su perseverancia y dedicación. Nacido en República Dominicana y criado en Lanzarote, España, Zapata se ha cimentado como una figura prominente en la gimnasia española. Su éxito en Tokio y otros logros internacionales han elevado tanto su perfil como el del deporte en España. Mientras mira hacia adelante, los Juegos de Los Ángeles representan una próxima meta en su horizonte, y su espíritu resiliente sugiere que aún tiene mucho por ofrecer en el mundo de la gimnasia.