Lunes triste para el tenis en general y el español en particular. Rafa Nadal caía eliminado este lunes en individuales ante Novak Djokovic en un partido en el que el español no tuvo ninguna opción de llevarse el encuentro. Fue una muerte anunciada desde el primer momento, donde el serbio no dio un respiro al español y consiguió anularle por completo. Una derrota triste, aún más de lo normal, dado que ya nunca volveremos a ver a Rafa Nadal en unos Juegos Olímpicos, ya nunca veremos al de Manacor colgarse una medalla al cuello en individuales o, al menos, intentarlo.
Todos lo sabían, pero nadie quería aceptarlo: estos serían sus últimos Juegos independientemente de lo que pasara. Los más románticos pensaban que sería con un oro en dobles y, por qué no, en individual. “Ya que son sus últimos Juegos, que gane”, pensarían muchos, o todos. Y lo cierto es que Rafa nos tiene tan malacostumbrados a tirar de heroica y venirse arriba en las ocasiones importantes, que no resultaba descabellado. Pero no pudo ser. Rafa Nadal se despide para siempre del individual de los Juegos Olímpicos, dejando una leyenda de su paso por la competición en la que debutó hace años.
Corría el año 2004, Atenas era la sede de los Juegos Olímpicos. Un joven Rafa tuvo que conformarse con competir en la modalidad de dobles, dado que en individual, la puja por la plaza olímpica estaba alta, había cuatro tenistas por delante de él: Carlos Moyá, Juan Carlos Ferrero, Tommy Robredo y Feliciano López, quienes se repartieron las cuatro plazas. Fue en dobles donde encontró su oportunidad de acudir a la cita olímpica, haciendo pareja con su actual entrenador, Carlos Moyá. Sin embargo, su recorrido en la competición duró poco dado que cayeron eliminados en primera ronda ante los brasileños André Sá y Flavio Saretta.
El mundo descubrió a la nueva estrella del tenis español, aunque nadie podía imaginarse entonces la magnitud de todo lo que Rafa conseguiría. Cuatro años más tarde, en Pekín 2008, llegaba la segunda oportunidad de Nadal en los Juegos. A sus 22 años, llegaba a la cita olímpica con la corona del número uno del mundo. Llegaba a la competición con nombre y apellidos y victoria tras victoria consiguió colarse en la final, donde le esperaba el chileno Fernando González. Con un 6-3, 7-6 y 6-3, acabó con su rival. Nadal se hacía con el primer oro olímpico de su carrera y marcaba un hecho histórico para la delegación española en individuales.
La lesión en Londres 2012
Las lesiones han sido los peores enemigos de Rafa desde prácticamente que comenzara su carrera y en 2012 llegaron en el peor momento. El español tuvo que renunciar a Londres debido a una tendinitis crónica en los tendones rotulianos de sus rodillas, una afección que llevaba achacando desde esa primavera y de la que no había conseguido recuperarse. “No me encuentro en condiciones de competir y por tanto no viajaré, como estaba previsto, con la delegación española”, afirmó Rafa. “Tengo que pensar en mis compañeros, no puedo ser egoísta y tengo que pensar en el bien del deporte español”, aseguró entonces. Su lugar lo ocupó Feliciano López en los individuales. Una decisión complicada, pero justa. Así, Nadal causó baja en Londres debido a una lesión.
Del oro en Río 2016 a la ausencia en Tokio 2020
Una nueva oportunidad se presentaba para Rafa cuatro años después de renunciar a Londres y ocho desde que consiguiera el oro en Pekín. Esta vez fue en dobles junto a Marc López, donde ilusionó a los aficionados. Cada victoria, cada pase a la siguiente ronda aumentaba las esperanzas de conseguir la medalla. Y entonces llegaron a la final. Fue allí ante los rumanos Florin Mergea y Horia Tecau, ante quienes consiguieron la gloria. Con un 2-6, 6-3 y 4-6 certificaron la victoria y con ello el oro olímpico, el segundo en el palmarés de Rafa.
Con leyenda que había encumbrado a lo largo de su carrera, llegaron los juegos de Tokio. La competición olímpica tuvo que aplazarse debido a la pandemia del coronavirus y se celebraron durante el verano de 2021. Sin embargo, una vez más las lesiones obligaron al español a retirarse. Fue a través de sus redes sociales donde comunicó la noticia. “Es una decisión que nunca resulta fácil de tomar. Tras escuchar mi cuerpo y hablar con mi equipo entiendo que es la decisión acertada con el objetivo de alargar mi carrera deportiva y seguir haciendo lo que me hace feliz; competir al máximo nivel y seguir luchando. El hecho de que haya solo dos semanas entre Roland Garros y Wimbledon este año, no ha ayudado a que mi cuerpo pueda recuperar de la siempre exigente temporada de tierra batida. Han sido dos meses de un gran esfuerzo y la decisión que tomo va enfocada al medio y largo plazo”.
Adiós a París 2024
En París ha dicho adiós este mismo lunes, tras caer en segunda ronda ante Djokovic, una leyenda del tenis español se despide de la competición con los brazos vacíos. Aunque todavía queda una esperanza, una posibilidad de conseguir una medalla. Nadalcaraz todavía sigue vivo en el torneo y se desmarca como favorita en la puja por la medalla.