Hace un año, la selección española de fútbol certificaba la hazaña más importante de siempre para el deporte femenino español: España era campeona del mundo. El momento y la estrella movilizaron al país y dispararon a cotas máximas el interés por el fútbol femenino. Era difícil imaginar un escenario más propenso para impulsarlo. Era la primera vez que el equipo femenino conseguía un título internacional y mucho menos de tales magnitudes. Bien merecido, ya que registraron un campeonato casi perfecto si no fuera por la selección nipona. Japón consiguió pintar la cara con un 4-0 a las españolas. Un año después el destino ha querido que ambos países se volvieran a ver las caras en los Juegos Olímpicos, esta vez con un desenlace diferente.
Desde que se disputara el Mundial a la cita parisina han ocurrido muchos hechos en el equipo español, se han producido un elevado número de cambios, la selección ha evolucionado, ha crecido y sobre todo se ha sobrepuesto a todos los reveses, retos y traspiés que se le han presentado en el camino tanto en el campo como, especialmente, fuera de él. España ya no es esa selección inexperta, sin títulos a sus espaldas. La Roja ya no es esa a la que Japón consiguió endosarle un 4-0 en fase de grupos. Ahora es campeona del mundo y de la Nations League, es la mejor selección del mundo, esa a la que nadie quiere cruzarse. Ya no cuenta con Luis Rubiales en los despachos manejando los hilos de la Federación, ni con Vilda dando órdenes en el banquillo. Ahora, es Montse Tomé quien pinta en la pizarra.
España quería la revancha, quería quitarse esa espinita que lleva clavada desde el Mundial, quería redimirse y vencer a ese equipo que truncó su campeonato perfecto, esa selección que le puso los pies en la tierra y que le hizo entender que el camino hasta la gloria no sería sencillo. Este jueves 25 de julio, se presentaba la oportunidad perfecta para tomarse la revancha. El encuentro comenzaba con las niponas lanzadas al ataque, buscaban un gol rápido, buscaban ponerse por delante en los primeros minutos del partido y lo cierto es que no han tardado en hacerlo. En el minuto 13, Fujino ponía por delante a Japón.
La Roja debía remontar el partido si quería la victoria y los tres puntos. El tanto del empate no se ha hecho esperar, en el 22 de partido, Aitana Bonmatí hacía un tanto para España y ponía el partido en tablas de nuevo. A partir de ese momento, las ocasiones no han dejado de sucederse, pero el balón no entraba ni en la portería española ni en la nipona. Con 1-1 en el marcador, ha sonado el pitido que indicaba el final de los primeros 45 minutos para que las jugadoras enfilaran el túnel de vestuarios.
El gol de la remontada
Ya en la segunda parte, España ha ido encontrándose, ha ido cogiendo ritmo, moviendo el balón, encontrando huecos. La selección quería poner una marcha más, quería ese impulso que les permitiera adelantarse en el marcador, pero para ello era necesario mover el banquillo. Montse Tomé ha decidido sacar a Oihane Hernández y Jenni Hermoso y a los pocos minutos llegaba el tanto de la victoria. Mariona Caldentey a pase de Aitana ha registrado el gol que adelantaba a España en el marcador, el gol que certificaba su revancha, el gol que les daba los tres puntos y que registraba un inicio brillante de La Roja en los Juegos Olímpicos.