Una historia llena de éxito: así ganó España sus cuatro títulos de la Eurocopa

La selección española ha hecho historia por cuarta vez en Europa. La Roja conquistó este domingo el título tras vencer a Inglaterra por 2-1 en un partido de infarto, donde la balanza estaba muy igualada y podría haberse decantado por cualquiera de los dos bandos. Finalmente, fue gracias a un tanto de Mikel Oyarzabal a falta tan solo de 5 minutos para que se cumpliera el tiempo reglamentario: en ese instante, el delantero registró el gol de la victoria para los suyos. España se alzaba con la gloria en Alemania y conquistaba su cuarta Eurocopa para culminar su obra maestra.

Este título desmarca a España del resto de selecciones del continente como la selección que más trofeos de la Eurocopa ha conseguido ganar, dado que no cuenta con una ni dos sino con cuatro, superando a Alemania, con la que compartía el liderazgo del ranking con tres títulos. Hasta ahora. Lo cierto es que en ninguna de las ediciones en las que La Roja ha conquistado la copa ha sido una competición fácil. En esta última tuvo que superar a Alemania, Italia, Francia e Inglaterra. Una hazaña que registró por primera vez en el año 1964 y que volvería a repetir tres veces más a lo largo de la historia.

La Roja comenzaba la Copa de Europa de Naciones (como entonces se conocía) con buen pie. Era la segunda edición del torneo europeo que se celebraba y España había sido elegida como sede para acoger el título. Tras superar en la semifinal a Hungría por 2-1 ya solo quedaba vencer en la gran final a la Unión Soviética. Y eso hizo. El día 21 de junio de 1964, el Estadio Santiago Bernabéu acogió el duelo final. Un encuentro que comenzó de cara para los españoles, dado que en el minuto 6, Chus Pereda marcó un gol para los españoles.

Sin embargo, la alegría duraría poco, ya que Galimzyan Khusainov pondría de nuevo el partido en tablas. Y así se mantuvo el encuentro hasta que en el minuto 84, Marcelino hizo el gol de la victoria y certificaba el primer título de la selección española. Un gol para enmarcar dado que en la potería rival se encontraba Lev Yashin, conocido como “la araña negra” y considerado el mejor guardameta del momento.

Después del primer título sería necesario esperar 44 años para volver a ver a la selección española levantar el título. Año 2008, era el equipo de Luis Aragonés, una plantilla con el centro del campo reforzado y dispuesto a probar nuevas tácticas para tratar de realizar una ejecutivo distinta a las anteriores y, sobre todo, para intentar acabar con la maldición de los cuartos de final, una fase que desde hacía años se le resistía a los españoles.

Las primeras fases había conseguido superarlas y, entonces, llegaron. Los cuartos de final e Italia como rival. Un duelo digno de una final, una lucha de titanes que necesitó de los penaltis para decidir el ganador y, por primera vez en mucho tiempo, España pasó a semifinales y dijo adiós a los fantasmas de cuartos de final. El sentir era bueno, esperanzador. Habían encontrado un nuevo estilo de juego, el tiki-taka, ese lucirían en todos los estadios y con el que consiguieron imponerse en la final. Fue ante Alemania y un niño bendecido con el donde del gol llamado Fernando Torres hizo el tanto de la victoria. España ya tenía dos Eurocopas a sus espaldas.

Con ciertos cambios en el equipo como en el entrenador y poco más, España acudía a la Eurocopa de 2012 con confianza, como esa que había ganado la anterior competición europea y el Mundial de 2010 (que ha sido la única vez que ha conquistado este título). Llegaba impulsada por esa época dorada que estaba viviendo la selección. Eran imparables y como tal realizaron la Eurocopa. Fueron pasando por las distintas fases, evidenciando un juego impecable y con ese tiki-taka que ningún equipo podía frenar. Y así se plantaron en la final.

Italia consiguió llegar también a la final, quería buscar la revancha de la anterior edición, pero fue imposible. La Roja estuvo intratable y arrasó a la Azzurra con un 4-0, con goles de Silva, Jordi Alba, Fernando Torres y Juan Mata.

Tras ello, España vivió una crisis existencial en su banquillo. Hubo un cambio generacional y esos que lo habían conquistado todo dejaban paso a las nuevas generaciones. Ese impasse supuso una caída en desgracia para la selección, que era incapaz de ganar, que no encontraba su esencia y mucho menos su estilo de juego.

Y entonces llegó. Con Luis de la Fuente a la cabeza dirigiendo al equipo y una generación de jóvenes e inexpertos, pero con una calidad y potencial intratable comenzaron a encontrarse de nuevo. Las victorias empezaban a llegar y poco fueron encontrando su estilo que ha tenido su culmen en la Eurocopa 2024. Esta edición ha sido la evidencia de que España ya no es el tiki-taka, sino que ahora cuenta con un juego más directo y vertical. Ese con que ha conseguido superar a todos sus rivales, algunos de la talla de Alemania, Francia, Italia e Inglaterra. Todo para convertirse en la reina de Europa con más títulos de la Eurocopa que ningún otro país.