Mucho más que una cuestión de orgullo: el ‘pico’ en primas que ganará la selección española si conquista la Eurocopa

La Eurocopa es un filón. El negocio que genera se ha multiplicado en los últimos 30 años desde los 40,9 millones de euros que ingresó en Suecia 1992 a los 2.400 millones previstos en esta edición de Alemania 2024, según datos recogidos por Statista. La de este año será una cifra récord, impulsada por los 1.440 millones de euros de la venta de los derechos audiovisuales, los 568 millones de los patrocinios, otros 300 millones por la venta de entradas y 100 más por el hospitality. Quitando los gastos -los pagos de hoteles, viajes, tecnología, árbitros y un largo etcétera-, a la UEFA le quedan más de 1.700 millones de ingresos netos. Todo un respiro para una organización que en los últimos años ha coqueteado con los números rojos.

Ese dinero, sin embargo, no se queda en las arcas de la UEFA: la gran mayoría se reparte entre los proyectos que tiene en marcha la organización y las asociaciones futbolísticas nacionales, que se quedarán -entre todas- cerca de 570 millones de euros: 331 millones para las federaciones y 240 para los clubes que ceden a los jugadores. Esta cantidad ha aumentado considerablemente desde los 43 millones que se distribuyeron los equipos en la Eurocopa 2008. Los jugadores, además, ingresan 10.000 dólares cada día que permanezcan en la competición.

En este reparto del dinero, hay una parte fija. Por ejemplo, cada una de las 24 selecciones participantes en la Eurocopa 2024 ha recibido 9,25 millones de euros simplemente por competir en el torneo. Pero luego hay otra parte ligada al éxito deportivo, y ahí es donde entran las ‘primas’, que se acuerdan entre las Federaciones y los futbolistas para motivar y premiar a los jugadores.

Según información de Relevo, “la selección española ya se ha asegurado 7,6 millones de euros en primas por llegar a la final de la Eurocopa, y la cantidad alcanzará los 11,3 millones si gana en Berlín y alza el cuarto título europeo de su historia”. Las cifras son consecuencia de las negociaciones que hace unos meses cerraron los representantes de los jugadores y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Según Relevo, “Álvaro Morata, Dani Carvajal, Rodri Hernández, Dani Olmo y Mikel Oyarzabal, como capitanes, y Albert Luque, como director de fútbol [antes de ser despedido por su implicación en el ‘caso Jenni Hermoso’] sellaron a finales de 2023 un acuerdo ratificado tiempo después por la Comisión Gestora que presidía Pedro Rocha”.

Según el pacto, los jugadores comenzarían a recibir primas solo a partir de los cuartos de final, hasta 2008 la famosa barrera infranqueable para el equipo nacional. Si la selección no alcanzaba esa ronda, no se les otorgarían primas adicionales. Además, los jugadores recibirían un 30% del premio global percibido por la RFEF por llegar a cuartos de final, semifinales y la final. En caso de ganar el torneo, este porcentaje aumentaría al 40%.

Los premios económicos de la UEFA por avanzar en el torneo son los siguientes: 9,25 millones por participar; 1 millón extra por cada victoria y 500.000 euros por empatar. 1,5 millones por clasificarse a octavos de final, 2,5 millones por pasar a cuartos, 4 millones por llegar a semifinales y 5 millones por jugar la final, más otros 8 millones por ganarla. En total: 28,25 millones de euros para el vencedor del campeonato. Un 40% de esa cifra son los 11,3 millones que tendrían que repartirse los 26 jugadores de la selección, jueguen o no jueguen.

Pero ese reparto no se hace entre 26, porque el acuerdo no solo contemplaba a los jugadores. También incluyó una prima completa para el seleccionador Luis de la Fuente, un 50% de prima para el resto del staff técnico y otra prima completa -por iniciativa de Álvaro Morata- para los demás trabajadores que acompañan a la selección en la Eurocopa, como fisioterapeutas, utilleros y personal de comunicación.

En definitiva, si España gana este domingo, ojo con las imágenes de la celebración: puede que la sonrisa más amplia que se vea en una esquina de las fotografías, casi desapercibida, sea la del utillero.