Inglaterra, los fundadores del fútbol, ante la oportunidad de redimir el desastre de sus últimos 58 años

El rival de España en la final de la Eurocopa tiene una victoria muy discutida en el Mundial en el que fue anfitriona, en 1966... y nada más. Su historia está plagada de fracasos y decepciones

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Harry Kane y Ollie Watkins celebran la victoria ante Países Bajos. (Kai Pfaffenbach/Reuters)
Harry Kane y Ollie Watkins celebran la victoria ante Países Bajos. (Kai Pfaffenbach/Reuters)

Siempre nos ha gustado dar patadas a una pelota. En el siglo III a.C., en la ciudad de Lin Zi, durante la dinastía Song, los chinos ya practicaban un juego que servía para entrenar las tropas y comprobar el estado físico de los soldados. Se trataba del Cuju, llamado así por la unión de las palabras “Cu” (chutar) y “Ju” (pelota de cuero). El objetivo era meterla a patadas en un arco que se situaba a una altura de unos 10 metros y donde había un hueco de unos 30 centímetros de diámetro.

Siglos después, se popularizó en Mesoamérica -la región que hoy se extiende desde México a Costa Rica y donde prosperaron civilizaciones como la azteca y la maya- el juego de pelota. Aunque las reglas variaban según las zonas, básicamente consistía, de nuevo, en golpear una pelota de caucho con las caderas y las nalgas para colarla por un anillo situado en la parte del equipo contrario. Los aztecas utilizaban el juego como sustituto de la guerra, ganando derechos de gobierno sobre los perdedores o aliviando tensiones diplomáticas. En el caso de los mayas, la cosa era más seria: los perdedores de algunos partidos rituales eran sacrificados.

El juego maya de pelota. (AFP)
El juego maya de pelota. (AFP)

Sin embargo, a pesar de estos antecedentes, la realidad sigue siendo que el fútbol moderno lo inventaron los ingleses. En concreto, las escuelas y las universidades inglesas. El juego, como hemos visto, venía de lejos, y en las islas británicas se practicaba ya desde la Edad Media una competición parecida al rugby en la que reinaban el caos, las patadas y los puñetazos. En el siglo XIX, el juego sobre césped se puso tan de moda que los centros educativos empezaron a estandarizar las normas: en 1848 se estableció el Código Cambridge, que prohibió las acciones violentas y coger el balón con las manos, y en 1857 se firmó el Código de Sheffield, que incluyó la fundación del Sheffield Football Club, reconocido por la FIFA como el más antiguo del mundo. La mayoría de las normas que hoy siguen vigentes nacieron en ese momento.

El resto es historia: nacieron los clubes, las selecciones, las ligas, los mundiales... Y en toda esa historia, ha habido dos constantes: el fútbol inglés se ha mantenido como una de las principales referencias del planeta, a través de la Premier League, y la selección inglesa ha sido una y otra vez un desastre que en lo único que no ha fallado ha sido en saber decepcionar a sus aficionados.

La primera selección inglesa, que debutó contra Escocia
La primera selección inglesa, que debutó contra Escocia

Estos son los datos: en los mundiales, después de no participar en los tres primeros como protesta porque no se organizaron en su país -a lo que se creía con derecho como inventor del deporte-, ha competido en 16 ediciones y no se clasificó para otras tres. En esas 16, solo ha logrado pasar de cuartos de final en dos ocasiones: Rusia 2018, cuando llegó a semifinales y perdió con Croacia, e Inglaterra 1966, cuando logró la victoria.

Ese momento, hace 58 años, es el momento de gloria en el fútbol inglés de selecciones... y aún así siempre ha estado bajo sospecha. En cuartos de final se enfrentó a Argentina en un partido que demuestra que el fútbol trabado no es sólo algo de hoy: patadas y más patadas, más de 40 faltas... y un árbitro que tuvo que ser escoltado a la salida después de expulsar de forma muy polémica -y en un momento en el que todavía no existían las tarjetas- a Antonio Ubaldo Rattín por algo que supuestamente le dijo.

La Expulsión De Rattin En Argentina-inglaterra Del Mundial 66

En su informe, el árbitro afirmó: “Me miró con mala intención, por eso me di cuenta de que me había insultado”. El jugador lo ha negado siempre, y en ese momento permaneció 10 minutos en el campo negándose a marcharse, y tuvo que bajar un intérprete a aclarar la situación. Tras todo este despropósito, en el siguiente Mundial se inauguraron las tarjetas amarillas y rojas.

Pero la principal controversia del Mundial de 1966 llegó en la final entre Inglaterra y Alemania Federal. Con 2-2 y en prórroga, un disparo de Geoff Hurst dio en el larguero, rebotó en el suelo, en la línea y salió hacia fuera. El árbitro pitó gol. Un estudio de la Universidad de Oxford en 1995 concluyó que faltaron seis centímetros para que la pelota estuviera completamente dentro. En 2016, una simulación realizada por Sky Sports aseguró que el balón sí que había entrado. Fuera como fuera, Inglaterra campeón.

Revive el controvertido momento que definió el resultado de la final de la Copa del Mundo de 1966. Un momento icónico: el gol que le dio la victoria a Inglaterra en la Copa del Mundo de 1966. Crédito: FIFA / Copa Mundial de la FIFA 1966

Primera y -de momento- única vez. Porque en la Eurocopa no le ha ido mucho mejor: 11 participaciones, ninguna victoria y sólo dos finales. Eso sí, las dos seguidas: 2020 y 2024, lo que demuestra que el equipo dirigido por el muy criticado Gareth Southgate -por su tendencia claramente ‘amarrategui’- pasa por uno de los mejores momentos de su historia. Sólo la Unión Soviética (1960-1964), Alemania (1972-1976-1980 y 1992-1996) y España (2008-2012) habían logrado repetir final en el torneo europeo.

Este éxito, sin embargo, está empañado por la sensación agridulce de que el talento del equipo daba incluso para algo más. Después del empate a cero de Inglaterra contra Eslovenia en la fase de grupos, tras el cual algunos aficionados tiraron cerveza a Southgate, el columnista de The Guardian Jonathan Liew escribió: “Cuanto más tiempo Southgate permanezca en este trabajo, más se adhiere a la idea de que es una especie de calvario solemne. Después del partido habló de “no retroceder” al enfrentarse a las críticas, porque ayudaba a quitar la presión de los jugadores. Tal martirio. Tal liderazgo. Y, sin embargo, al hablar con los aficionados ingleses en las primeras horas del miércoles por la mañana, lo que más me llamó la atención no fue ningún sentido de vitriolo o animosidad personal o incluso enojo desproporcionado. El estribillo más común era una especie de decepción resignada, una oportunidad desperdiciada, una herencia dorada que se nos escapa de las manos”.

Gareth Southgate. (Wolfgang Rattay/Reuters)
Gareth Southgate. (Wolfgang Rattay/Reuters)

Sin embargo, llamémoslo suerte -un gol de Bellingham en el último segundo en octavos de final-, llamémoslo tenacidad -la victoria contra Suiza en penaltis en cuartos-, llamémoslo solidez ‘a la francesa’ -la remontada contra Holanda en semifinales-, el caso es que Inglaterra está en otra final, tras la que perdió contra Italia en la pasada edición. Los ingleses son conscientes de que están ante una oportunidad histórica. El único escollo en su camino se llama España.

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