La ropa de calle que utilizan los jugadores de la selección española que este domingo se disputará la final de la Eurocopa contra Inglaterra hace homenaje a la indumentaria que llevaron los internacionales de España en otra Eurocopa, la de 1996. Curiosamente, ese mismo año fue la última vez que España e Inglaterra se vieron las caras en este torneo, en uno de los recuerdos más amargos del combinado nacional de las últimas décadas.
A España, como en la presente edición, le tocó jugar contra los anfitriones en un Wembley a rebosar. En La Roja había auténticas leyendas del fútbol nacional como Zubizarreta, Abelardo, Nadal, Hierro, Amor o Salinas, mientras que los británicos contaban en sus filas con Gary Neville, Gascoigne y Shearer, además de con el actual seleccionador del equipo contra el que nos enfrentamos: Gareth Southgate.
Pero lo cierto es que el partido ya llevaba jugándose desde mucho antes del pitido inicial. Si el Daily Mirror publicaba la imagen de un torero a punto de morir bajo el hacha de un guardián de la Torre de Londres, The Sun recordaba la sífilis, la gripe española, el bombardeo de Gernika, la Inquisición, Franco y la Guerra Civil como las aportaciones de España al mundo. Los españoles respondían en las ruedas de prensa, con Clemente mostrándose “sorprendido por la mala educación” y con Salinas respondiendo que “lo que tienen que hacer es devolvernos el peñón”.
Así se desarrolló el polémico encuentro
Si bien la primera parte fue igualada, en la segunda España sacó a Alfonso Pérez como revulsivo y surtió su efecto. Fue en una de sus internadas cuando los ingleses lo derribaron dentro del área. El árbitro, no obstante, no vio penalti, del mismo modo que hasta en dos ocasiones anuló los goles de España por sendos fueras de juego que, en opinión de los que allí estuvieron, no tuvieron lugar. “Si eso pasa ahora, sería un auténtico escándalo y eso apenas trascendió”, afirmó José Emilio Amavisca, jugador de La Roja por aquel entonces, en un reportaje reciente del diario Marca.
Así, pese a que los españoles jugaron mejor, el partido se mantuvo empate y acabó llegando hasta la tanda de penaltis. España contaba con grandes especialistas en los lanzamientos, pero fueron precisamente estos quienes fallaron la pena máxima. Fernando Hierro envió la pelota al larguero, mientras que Seaman, el portero inglés, detuvo el lanzamiento de Nada. Zubizarreta, el portero español, tenía fama de no parar nunca los penaltis, y no fue diferente en aquella ocasión. Los británicos marcaron los cuatro primeros y ya no hizo falta el quinto. España estaba eliminada.
Tras el partido, los jugadores y el seleccionador se mostraron muy decepcionados con el resultado, especialmente por la sensación de que la victoria, pese a jugar contra el anfitrión y pese a las decisiones arbitrales, había estado al alcance de su mano. “No puedes jugar contra 80.000, los once y los tres árbitros. Ha sido un robo, pero bueno, es lo de siempre”, declaró ante los medios Julio Salinas. No fue el único que manifestó una idea similar.
Objetivo: romper la racha
El resultado de 1996, por lo tanto, se saldó con la segunda derrota de España frente a Inglaterra en la Eurocopa, siendo la primera en 1990. De ganar la final, sería la primera vez que España venciera a los británicos en esta competición y serviría para reducir la diferencia de victorias en las 27 veces que ambas selecciones se han enfrentado: 13 para los ingleses, 10 para los hispanos.
Hay, por lo tanto, cierto espíritu de revancha en este partido, reforzado además por las buenas sensaciones del equipo, que ha logrado convertirse en el primer equipo en ganar seis partidos en una misma edición del torneo, además de vencer por primera vez a la anfitriona.
