Mikel Merino se ha ganado el título de héroe de la selección española. Entró como suplente en el partido de cuartos de final ante Alemania de la Eurocopa, pero no necesitó disputar los 90 minutos para erigirse como el hombre del partido. Un centro de Dani Olmo al área justo a la cabeza de Merino, cuando solo restaba un minuto para el final de la segunda parte de la prórroga, adelantó a La Roja en el marcador. Esta vez no hubo réplica alemana que no pudieron revertir la situación y pusieron fin a su andadura en la competición.
Pero, el fútbol siempre va un paso más allá y el gol del centrocampista de la Real Sociedad guarda todavía más valor si se remonta la historia hasta 1991. Casualidades de la vida que Merino anotase el gol de la victoria en el mismo estadio que su padre, Miguel Merino, regaló los octavos de final al Osasuna, 33 años atrás.
Era 5 de noviembre de 1991. El padre del actual internacional vestía la camiseta del conjunto navarro y el estadio de Stuttgart acogía el partido de dieciseisavos de final de la Copa de la UEFA. El tanto de Miguel Merino supuso el 2-3 para Osasuna después de que en El Sadar la vuelta hubiese acabado 0-0, lo que otorgaba el pase de ronda al conjunto navarro. Un gol acompañado de una celebración histórica -bordeando la banderilla del córner-, que bien se le atribuye ya a la familia Merino, después de que Mikel la emulase en la celebración de su gol en el partido de cuartos de final.
El idilio de Merino en Stuttgart
Sin embargo, este estadio tiene todavía más valor para el jugador de la Real Sociedad. Su debut con la selección absoluta en 2020 fue en este mismo estadio. Así, el centrocampista tiene clara su respuesta si se trata de elegir un estadio favorito: “Este estadio nos da suerte a los Merino, estadio especial para nosotros, sin duda”.
Tras la celebración con sus compañeros, el jugador de la selección española y autor del gol de la victoria, imitó la celebración de su padre dando vueltas al banderín del córner, dejando ligada esta acción a su familia. Y, para más casualidades todavía, no solo el estadio ni la celebración coinciden en estos 33 años de diferencia, sino que, el narrador del partido, Juan Carlos Rivero fue el mismo que narró el gol de su padre, en un partido que entonces televisó La 2 de TVE.
Con Mikel Merino como héroe del encuentro, La Roja conseguía superar a la selección anfitriona, una de las favoritas para levantar el título. Además, fue el encargado de poner fin a la maldición que asolaba al combinado nacional desde hacía cuatro décadas, al no ser capaces de vencer a un anfitrión en ningún partido ni de Mundial ni de Eurocopa. El último enfrentamiento fue ante Rusia en el Mundial de 2018. Seis años después, la selección española consiguió superar a una selección anfitriona.