La presidenta de FUTPRO, sobre la tolerancia en el fútbol: “Es la zona segura del patriarcado, donde hacen insultos por temas homófobos”

La presidenta de FUTPRO habla con ‘Infobae España’ sobre el movimiento LGTBIQA+ en el fútbol y las diferentes entre el masculino y el femenino

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La defensora del Levante, Antonia Silva, disputa el balón con la centrocampista del Real Madrid, Olga Carmona, durante un partido de la Liga F (EFE/Ana Escobar)
La defensora del Levante, Antonia Silva, disputa el balón con la centrocampista del Real Madrid, Olga Carmona, durante un partido de la Liga F (EFE/Ana Escobar)

El fútbol es uno de los deportes donde más acciones, comentarios e insultos homófobos se registran. Sin embargo, en medio de este entorno hostil se encuentra un espacio tolerante, abierto y cómodo: el fútbol femenino. Los equipos que componen la Liga F y las jugadores han encontrado un espacio en el que no tener que esconderse, en el que poder ser ellas mismas, un espacio donde la orientación sexual no es motivo de insulto. “El fútbol femenino es un espacio en el que se ha permitido que hagas y dejes hacer. Tienes muchísima libertad y respeto”, explica Amanda Gutiérrez, presidenta de FUTPRO, a Infobae España.

“El fútbol masculino siempre ha sido como el sitio o la zona segura del patriarcado”, comienza Gutiérrez; y añade: “Los seres humanos siempre han tenido esa manera de vivir bajo la estructura de un patriarcado, de un machismo estructural. Los hombres y todo ese mundo machista iba, digamos, a hacer su recreo, su patio de colegio, al fútbol”. Esto ha provocado, considera la presidenta de la asociación de futbolistas femeninas, que este deporte que es “promotor de muchos valores” impida en muchas ocasiones que los jugadores puedan salir del armario cómodamente. “Se hacen muchísimos insultos por temas homófobos, aparte también de racistas o de cualquier tipo. El fútbol masculino durante muchísimas generaciones ha sido la mascota de una sociedad patriarcal típica, heteronormativa, blanca, del hombre. Y ahora que ya llevamos muchos años intentando cambiarlo, pues no es fácil porque está muy arraigado, nos cuesta mucho de cambiar”.

Pero, ¿por qué en el fútbol femenino no es así? “Porque yo creo que es un espacio en el que se ha permitido que hagas y dejes hacer”. Lo cierto es que cuando empezó el fútbol femenino, no contaba con la atención “de esa estructura patriarcal machista, de hecho, lo aborrecían, no querían verlo”. Este hecho ha permitido que “esa otra parte de la sociedad que buscaba algo mucho más abierto y más progresista, que están a favor de la igualdad, se fuera al fútbol femenino”. Otro de los motivos que han favorecido esta cuestión es que “las mujeres siempre hemos tenido una tolerancia mayor con este tema. Obviamente siempre hay excepciones, pero ha habido más tolerancia en el fútbol femenino en cuanto a que una mujer esté con otra mujer”. Una situación muy diferente a la que viven ellos en el masculino, dado apenas hay jugadores profesionales que hayan salido del armario.

Marimacho, bollera o lesbiana son algunos de los comentarios que muchas jugadoras han tenido que soportar cuando eran pequeñas. Unos gritos que, según Amanda Gutiérrez, han permitido que desarrollen esa capacidad de que les dé igual todo lo que digan. “Y yo soy así y no hay ningún problema porque yo juegue al fútbol y sea homosexual. Igual que una compañera que sea también futbolista profesional y sea heterosexual. Esos insultos y ese trato que llevamos sufriendo de manera sistemática desde que somos niñas han conseguido que nos dé absolutamente igual y por eso muchísimas jugadoras profesionales viven de una manera súper abierta su condición sexual”. Una situación de tranquilidad, ese vivir sin complejos que te da el fútbol femenino, asegura la presidenta de FUTPRO.

La centrocampista del FC Barcelona Aitana Bonmatí (EFE/Quique García)
La centrocampista del FC Barcelona Aitana Bonmatí (EFE/Quique García)

Ellas como referentes de ellos

Las jugadores no solo han acumulado un elevado número de éxitos como el Mundial de Australia del verano pasado o la Champions Femenina, donde el Barcelona es el vigente campeón, sino en términos de derechos. “Ellas han sido unas luchadoras y han demostrado que se puede ser futbolista profesional y posicionarse en algunas cosas. Ojalá, los futbolistas hombres tomaran más ejemplo de lo que ellas hacen y no solo con el tema de la homosexualidad”.

Aunque, asegura, todavía queda mucho camino por delante y prueba de ello son los mensajes que hace unos días recibieron las jugadoras Misa y Jenni Hermoso por subir varias fotos de un viaje que habían hecho juntas. “Son muy peligrosas las redes sociales, porque seguramente la mayoría de esas personas si se encontraran a Jenni o a Misa por la calle, le pedirían una foto, pero estando en redes sociales sueltan ese veneno por algún lado y es muy fácil soltarlo hacia una parte de la población que ya sistemáticamente ha sido discriminada como somos las mujeres”. En este sentido, considera que todavía faltan muchas cosas por hacer, pero también cree que es importante centrarse en las personas que apoyan el movimiento, la igualdad, el respeto.

“Nosotros tenemos la suerte en el fútbol femenino, y lo digo súper orgullosa, de que tenemos a los mejores aficionados, porque entienden ese respeto, entienden lo que son las futbolistas, lo que lideran, que ellas no solamente juegan al fútbol, sino que reivindican derechos”. Entonces, ¿qué debería hacer el fútbol masculino para parecerse en ese sentido, de tolerancia, al femenino? Amanda Gutiérrez opina que existen muchas campañas en el fútbol masculino relacionadas con el racismo, pero pocas sobre el tema de la homosexualidad o el movimiento LGTBIQA+. “Yo creo que todavía es una barrera que tienen que romper en el fútbol masculino y hacer más ese tipo de campañas”.

En este sentido, considera que ha ocurrido lo contrario, cuando algún equipo ha querido salir con el brazalete de la bandera del Orgullo, les han dicho que no, que no puedes posicionarse. “Para mí la bandera del Orgullo no es un movimiento político, no es posicionarte con nada, es reivindicar la igualdad de trato entre todos los seres humanos”. Y añade: “Creo que parte de ese cambio empieza por visibilizar”. Sin embargo, considera que si se llevaran a cabo este tipo de acciones perderían muchos aficionados, dado que si ese hincha “no va a tolerar que tu futbolista sea gay, pues no vas a hacer ningún movimiento”.

El problema que se abre ahora para el fútbol femenino es que el crecimiento que está experimenta este deporte está provocando que muchos aficionados del masculino acudan al femenino. “Lo notamos mucho tras el Mundial. Todo lo que pasó en la entrega de medallas provocó una avalancha del aficionado medio del fútbol masculino irse al femenino única y exclusivamente para insultar y para faltar al respeto. Y sigue pasando”. Y sentencia: “Tenemos ese miedo”. Lo ideal como ella misma explica es que esos nuevos aficionados “se contagien del aficionado medio del fútbol femenino y no al revés”.

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