El 25 de junio finalizó la fase de grupos para las selecciones del grupo C. No obstante, no se decidió de forma tan sencilla los lugares que ocupaba cada una. Inglaterra fue la primera de grupo y Serbia la última, pero Dinamarca y Eslovenia lo tuvieron más complicado.
Ambos combinados tuvieron que echar mano de no uno ni dos, sino hasta seis criterios de desempate. Después de cerrar los dos partidos de la tercera jornada con el marcador a cero, el segundo y tercer puesto del grupo se tuvo que decidir por las tarjetas.
Qué ha pasado entre Dinamarca y Eslovenia
La Eurocopa no para de dejar sorpresas, aunque no todas en el terreno de juego. La selección danesa y la eslovena no lograron romper el empate a puntos en su última jornada, por lo que hubo que recurrir a otros criterios para decidir quién pasaba directamente a la siguiente fase de la Eurocopa.
La UEFA había establecido hasta siete criterios para romper un empate:
- Mayor número de puntos en los partidos entre los empatados
- Mejor diferencia de goles en los partidos entre los empatados
- Mayor número de goles marcados en los partidos entre los empatados
- Mayor diferencia de goles en el grupo
- Mayor número de goles marcados en el grupo
- Número de tarjetas
- Mejor posición en la clasificación de las eliminatorias
Después de empatar sus tres partidos, los de Eriksen y Oblack se quedaron con 3 puntos, por lo que ese criterio no aplica. El partido entre las dos selecciones quedó 1-1, es decir, que ni el segundo ni el tercer criterio sirve para desempatar. Al tener el mismo resultado, la diferencia de goles y el número de goles entre ellos es igual.
La diferencia de goles en el total de los partidos igual. Ambos tienen la diferencia de goles, es decir, la resta entre los goles anotados menos los encajados, es cero. Tanto el uno como el otro ha marcado dos goles y ha recibido otros tantos. Y, precisamente por eso, el siguiente criterio tampoco es válido, porque el número de goles marcados en el grupo mantiene la igualdad.
Eso les deja con el número de tarjeta. En este caso sí se consigue desempatar, aunque por los pelos. En este caso, la UEFA asignó un valor numérico a los “puntos disciplinarios”. Las tarjetas amarillas suman un punto, las rojas valen tres punto y la doble amarilla, equivalente a una roja, también suma tres puntos. Como publicó la propia UEFA antes de los partidos del grupo, Eslovenia tenía cinco puntos y Dinamarca cuatro.
Lo más sorprendente de todo es que la tarjeta que rompía el desempate no era a ningún jugador de campo. La amarilla a Novakovic, miembros del cuerpo técnico esloveno, les arrebató el segundo puesto a los suyos, al menos antes de empezar el encuentro. Durante el partido la locura aumentó cuando Janza, esloveno, vio la cartulina, en el otro lado también recibieron amarilla Wind y Hjulmand, daneses.
El empate volvía a estar en pie. No fue hasta el minuto 72 cuando se rompió, definitivamente, la igualdad entre ambos. El jugador esloveno Bijol vio la amarilla y dejó a los suyos sin el segundo puesto del grupo. De momento, su tercer puesto les clasifica para octavos a expensas de saber qué ocurre en los partidos de los grupos E y F.