El ‘plan antifuga’ de LaLiga para abolir la mercantilización del menor, ¿es viable?

La normativa actual permite los fichajes de niños de entre 10 y 12 años. El campeonato se plantea modificarla para evitar el “comercio de menores”

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El español de 16 años Lamine Yamal. (Ebrahim Noroozi/AP Foto)
El español de 16 años Lamine Yamal. (Ebrahim Noroozi/AP Foto)

Los clubes de LaLiga se acaban de reunir en Gijón con motivo del VIII Encuentro de Canteras. Entre los temas que se pusieron sobre la mesa, se trató el de los fichajes de niños a una edad temprana, de 10 a 12 años. Desde las entidades denuncian esta captación tan precoz, que significa en muchas ocasiones separar a los menores del núcleo familiar, en lo que muchos consideran “comerciar con niños”. Pese a la ausencia de competencias en este campo -estas pertenecen al Estado y la Federación-, desde LaLiga se quiere establecer una normativa que regule este mercado de fichajes.

A través de su departamento de proyectos deportivos, la entidad montará una mesa de trabajo con representación de clubes de distintas categorías, con el objetivo de crear un ‘plan antifuga’ -una normativa en la que todos compitan con las mismas reglas-. “Queremos trabajar junto a las instituciones para crear un nuevo sistema de transferencia de menores y un nuevo sistema de solidaridad. Que refuerce a la que ya existe tanto a nivel nacional, que es poca y se intenta bordear, como internacional”, expuso Juan Florit, responsable de proyectos deportivos de LaLiga. Pero, ¿cómo de viable sería este nuevo marco legal?

“Están en su libertad de ir donde quieran”

Alberto Palomar, abogado especializado en materia de derecho administrativo y derecho deportivo, atiende a Infobae España para explicar más en profundidad qué tan viable puede llegar a ser este nuevo marco legal y qué requisitos podrían establecerse. “En estos momentos, lo que hay es una normativa FIFA que impide ninguna transacción internacional y de menores de 16 años y pone algunas pegas entre los 16 y 18″, comienza explicando Palomar, sobre las reglas que actualmente hay en este mercado. “Ahora, (regular) las posibilidades de que eso ocurra en un país, y que, por tanto, los jugadores se vayan de un equipo a otro, es más complicado de hacer”, añade. El especialista matiza que, al no ser profesionales, los niños tienen “libertad de ir donde quieran”.

“Yo juego en el Majadahonda y me quiero ir al Pozuelo y no cobro, ¿por qué me tienen que hacer nada que evite que yo me pueda ir?”, ejemplifica Palomar al respecto. Todo lo relativo a la mercantilización está ligada a las retribuciones que perciben los jugadores y a la compra de derechos. “No es fácil de discutir que tú juegues en un equipo, yo juegue en otro, nos cambiemos y no cobremos. Hay montones de niños jugando todos los días donde quieren y cambiándose porque el entrenador les mira mal. Si yo voy comprando derechos, cláusulas... Ahí a lo mejor se puede hacer algo, en todo ese terreno adyacente”, manifiesta Alberto.

Otro punto importante a tener en cuenta en este intento de regularización es la opinión de los progenitores o tutores legales del menor, que tienen que dar su consentimiento. “Cuando un menor firma una licencia deportiva, firman sus padres o sus tutores”. En este sentido, aparecen dos partes a tener en cuenta en lo que se refiere a esa comercialización. “Yo sé, y todos sabemos, que un niño de 14 años que despunta, pues le pagan el colegio, le pagan tal, y eso es una retribución indirecta y todo lo metes en un circuito de carácter económico”, expone el asesor legal. Pero al no haber una “retribución directa” -por falta de contrato-, sino unas “prestaciones”, regularlo es más complicado, pues el jugador no es considerado profesional.

La separación de su núcleo familiar

Uno de los temas que más preocupan a los clubs es la separación del menor de su núcleo familiar a una edad temprana. Sin embargo, ¿qué tanto pueden limitar esto? “Es muy difícil cuando los padres consienten y el niño consiente”. En estos casos, ante un juez de menores, “¿quién eres tú como Estado para meterte en la libertad común?”. Así, Alberto Palomar asegura que es un “tema muy complejo, aunque no imposible”: “Me puedes decir, ‘pues adoptemos medidas, pongámonos de acuerdo, procuremos todo esto’. Yo lo compro y seguro que se pueden hacer muchas cosas y estoy convencido de que no es la mejor técnica separar al menor de su núcleo familiar. Pero claro, todo eso lucha con un padre, una madre y un niño que se quieren ir, y es su libertad”.

Podría intervenir el Estado en el caso de una discrepancia entre las dos partes, entrando en juego “la ley del menor”: Si el menor discrepa de la opinión de sus padres, a través de algunas figuras establecidas, pueden acabar en un juez diciendo si esa medida es, o no, a favor del menor. En el caso de que haya disensión”.

“Exactamente, no sé dónde quiere llegar (la regulación de LaLiga). Probablemente, (los clubes) querrán llegar a no firmar precontratos para cuando llegan a la fecha de mayor de edad, a declarar nulos los contratos, a comprometerse a no comprarse unos a otros. Es decir, tendrán que incidir en este ámbito de la comercialización que está ligada a supuestos futuros, porque lo que aún es no profesional, su libertad de jugar donde quieras, pues eso no parece que se pueda evitar. Puedes evitar que le firmen un contrato, puedes evitar que le firmen un precontrato o que le paguen el colegio, porque podrás decir que es una retribución indirecta. Pero todo eso es perifrástico, o sea, estás en la periferia de una cosa que en el fondo es la libertad de un menor no contractual, porque cuando es contractual vale lo que tú quieras, pero cuando no es contractual cambia. Un niño que juega en no sé dónde y se quiere cambiar a no sé dónde, es libre como para que digan ‘no, porque están especulando’”, concluye Alberto Palomar.

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