El primer partido de Francia en la Eurocopa llegaba tildado de carácter político. Las palabras de Kylian Mbappé contra la ultraderecha francesa y el llamamiento a la población joven para que acudiera a las urnas han marcado el inicio de Les Bleus en la competición europea y han revolucionado toda Francia. Con este ruido político llegaba el debut de los galos en la Eurocopa, que se medían ante Austria. El pitido inicial ha dejado a un lado lo extradeportivo para centrarse únicamente en el balón y tratar de certificar la primera victoria en la competición. Un gol en propia puerta de Wober, tras una jugada de ensueño de Mbappé, certificaba su primera victoria.
“Estoy en contra de los extremismos y de las ideas que dividen”. Con el run run de estas palabras de Kylian, llegaban los jugadores franceses liderados por Mbappé (que estrena capitanía) a su primer partido en la competición. Como favorita del encuentro, de quien se sabe superior por su plantilla y su juego, comenzaba Francia el partido. En tres pases largos, Les Bleus ya pisaban zona de peligro. Una acción que se ha repetido una y otra vez. Han demostrado lo sencillo que a veces puede resultar jugar al fútbol, lo sencillo que puede resultar crear peligro. El problema es que esa amenaza quedaba en eso, una ocasión perdida que no acaba de ver portería.
Lo que tampoco se esperaban era encontrarse con una sólida Austria dispuesta a plantar cara a un equipo encabezado por jugadores de la talla de Kylian Mbappé, Griezmann, Dembélé, Kanté o Camavinga. De hecho, los austríacos también han contado con diversas ocasiones de peligro, incluso la más clamorosa ha estado en sus botas, aunque finalmente acabó saliendo por línea de fondo. Se escapa una de las ocasiones más claras para Austria para poder adelantarse a Francia, pero no fue.
Pero en el 38 llegaba el primero para la selección francesa. Mbappé coge el balón en la banda derecha y enfila portería. Al llegar a línea de fondo pone un centro que remata Wober, con tan mala fortuna que acaba entrando en su propia portería. 1-0 en el marcador. Los de Deschamps ya estaban por delante en el marcador. El primer paso hacia la victoria estaba dado, ya solo faltaba ampliar el resultado para su seguridad o, al menos, mantenerlo. Y lo cierto es que cualquiera de las dos circunstancias podría haberse dado, ya que las ocasiones no han dejado de sucederse para los dos conjuntos.
Poco acierto de cara a portería
Tanto los franceses como los austríacos han demostrado el poderío físico de sus selecciones. Con contraataques para ambos conjuntos, y vuelta a su campo para defender la portería, han ido transcurriendo los minutos. Sin embargo, si algo ha quedado también en evidencia es el poco acierto de cara a portería. En las botas de Mbappé ha estado la ocasión más clara de toda la segunda parte, quien ha metido una marcha más dirección al área para quedarse solo ante el portero de Austria. Sin embargo, ha mandado el balón fuera, dado que ni siquiera ha ido entre los tres palos. Todas las ocasiones que han tenido los galos para ampliar su ventaja en el marcador han concluido de la misma manera, al igual que las que se han producido por parte de los austríacos.
Los últimos minutos han estado marcados por Mbappé y el golpe en la cara, quien ha necesitado de la asistencia de los sanitarios para cortar la hemorragia. El capitán se ha dejado la piel en el campo de forma literal para llevar a su selección hasta la primera victoria de la competición. Ha demostrado estar a la altura de las circunstancias, a la altura de la capitanía, de la Eurocopa, pero sobre todo ha demostrado estar a la altura de Francia.