Final de la Champions: un hito más en la hegemonía del Real Madrid o el asalto del Dortmund al torneo más de 20 años después

El estadio de Wembley de Londres acogerá este sábado la cita de la competición europea más importante con dos equipos que tratarán de escribir una página más en sus libros de historia

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Manteo a Toni Kroos en su despedida en el Santiago Bernabéu. (Ana Beltrán/Reuters)
Manteo a Toni Kroos en su despedida en el Santiago Bernabéu. (Ana Beltrán/Reuters)

Tanto el Borussia Dortmund como el Real Madrid ya se encuentran en Londres con la vista puesta en la gloria europea: la ansiada Champions League. Para el Real Madrid, alcanzarla significaría sumar la decimoquinta orejona a su envidiable palmarés, mientras que para el Borussia Dortmund sería apenas la segunda, tras aquella resonante victoria de 1997.

Londres se ha convertido en un hervidero de aficionados, donde la hegemonía del Real Madrid en Europa es bien conocida. Los hinchas, cautivados por el glamour y la historia del cuadro merengue, están poco acostumbrados a verlos caer en esta competición. Este sábado, los blancos pisarán el mítico césped de Wembley como los grandes favoritos, un estatus ganado a pulso a lo largo de los años.

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Por el lado alemán, el Borussia Dortmund no partía como candidato al inicio del torneo, pero ha demostrado que el fútbol siempre guarda espacio para sorpresas y heroísmos. Venciendo a equipos como el Milan y el Newcastle, y eliminando rivales de la talla del PSV, el Atlético de Madrid y el Paris Saint-Germain, el Borussia ha consolidado su rumbo hacia Londres con fuerza y determinación.

El conjunto germano llega con todas sus estrellas disponibles y un subidón de moral para su entrenador y sus seguidores. En cambio, el Real Madrid deberá afrontar la baja sensible de Aurélien Tchouaméni, además de la inesperada ausencia de Lunin, héroe en las semifinales, pero que no podrá estar en Londres debido a una Gripe B. No obstante, Carlo Ancelotti había adelantado que sería Thibaut Courtois quien defendiera la portería, un lugar donde el belga ha mostrado fiabilidad y grandes actuaciones, y al que regresó hace unas semanas de la lesión que ha marcado toda su temporada. Además, para la leyenda madridista Toni Kroos este será su último partido con la camiseta del Real Madrid.

En la víspera del duelo, Sebastian Kehl, director deportivo del Borussia, no ocultó su respeto hacia el Real Madrid, al que describió como “una máquina de finales” en declaraciones recogidas por Kicker. Sin embargo, Kehl confió en tener “oportunidades de hacerles daño”.

Gareth Bale, exfutbolista del Real Madrid, también habló antes del encuentro, pues asistirá al partido en Londres. En una entrevista con The Guardian, el galés afirmó: “Incluso cuando parece que están eliminados, siempre encuentran una manera de remontar y de ganar. Es como si los otros equipos estuvieran luchando contra el escudo. Es el ‘momentum’, el Real Madrid y la Copa de Europa. Los equipos tienen miedo de enfrentarse al Madrid, y eso es muy importante”. Confiado, Bale sentenció: “Espero al 100% que el Real Madrid levante el trofeo”.

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Abonado a las remontadas

Si algo ha dejado claro el Real Madrid en cada final que ha disputado -y ya lleva 43 años sin perder una- es que ningún equipo puede permitirse relajarse ante los merengues, especialmente en la Champions League. La aureola de invencibilidad que rodea al club español se ha consolidado en base a innumerables noches gloriosas y momentos decisivos que han dejado a sus rivales desconcertados. La última: la vivida en el Santiago Bernabéu en las semifinales ante el Bayern de Múnich, cuando parecía que lo tenía todo perdido y remontó en los tres minutos finales.

Los recientes eventos en el fútbol europeo sirven como advertencia adicional para los blancos de no caer en la complacencia. Ejemplos sobran: el Leverkusen, apabullado por el Atalanta en la Europa League; el Manchester City, derrotado en la final de la FA Cup por el Manchester United; y la Fiorentina, doblegada por el Olympiakos en la Conference League. Estos desenlaces subrayan la imprevisibilidad del fútbol y la importancia de no subestimar a los oponentes.

Para el Borussia Dortmund, esta final es tan inesperada como estimulante, aunque no es un terreno completamente desconocido.

En 1997, logró su primera Copa de Europa enfrentándose a la Juventus, un equipo glorioso que jugó tres finales consecutivas. Con figuras de la talla de Zidane, Deschamps, Del Piero y Vieri, el equipo italiano era el gran favorito. Sin embargo, en una noche de infortunio para el club -con un gol anulado de forma controvertida y dos tiros estrellados en la madera-, los goles de Riedle y Ricken permitieron al Dortmund inscribir su nombre en la historia. 16 años después, intentó repetir la hazaña contra el Bayern de Múnich en otra final de la Champions. Pero, a pesar de haber eliminado al Real Madrid en semifinales, el cuadro germano no pudo superar al Bayern en aquella ocasión, dejando a la afición con un sabor agridulce.

Esta vez, el Borussia llega a Wembley con la memoria de sus gestas pasadas y la esperanza de añadir un nuevo capítulo glorioso a su historia, mientras el Real Madrid se prepara para reafirmar su dominio en el escenario europeo.

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