“Me duele muchísimo”. Esas fueron las palabras de Alexia Putellas tras perder la final de la Champions ante el Olympique de Lyon. El club francés volvía a demostrar su supremacía ante unas azulgranas incapaces de plantar cara sobre el césped por segunda vez en la competición de las estrellas. La primera fue durante la temporada 2018-19, en el debut del Barcelona en una final. Ahora, dos años más tarde y como vigentes campeonas de Europa, las de Jonatan Giráldez buscarán su revancha durante la final de este sábado. Una batalla para la que llevan tiempo preparándose.
Corría el año 2022. El club azulgrana acaba de registrar una temporada perfecta en la competición doméstica, con 30 victorias en 30 partidos, lo que le otorgó el título nacional, tras registrar 90 puntos en la tabla. Aunque la campaña todavía no había concluido, les esperaba la final de la Champions ante el Lyon y la semifinal de la Copa de la Reina ante el eterno rival, el Real Madrid. La primera gran batalla y la cita más importante del año estaba agendada ese 21 de mayo. El Barcelona defendía el título de las estrellas tras haberlo conquistado durante la campaña anterior en una final de infarto ante el Wolfsburgo por 3-2. Se trataba de la tercera final que disputaban las azulgranas: la primera la perdieron ante el Lyon durante la temporada 2018-19, con un estrepitoso 4-1.
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Era el momento de tomarse la revancha y volver a poner el contador del Barça-Lyon en tablas. Era la ocasión perfecta para conseguir que el título continuara en la ciudad condal una temporada más, pero no fue posible. Turín fue testigo de cómo las culés volvían a caer en una final ante las francesas. Nada más comenzar el partido, a los cinco minutos de juego, Amandine Henry adelantó al Lyon en el marcador. Una primera parte de escándalo permitió a las galas llegar al túnel de vestuario con una amplia ventaja de 1-3 en el luminoso, y con esa misma diferencia concluyó el partido. Una derrota que dejó a la capitana y mejor jugadora del mundo, Alexia Putellas tumbada en el verde totalmente desconsolada. Fue entonces cuando pronunció las palabras que tocarían el corazón de todos los culés: “A mí me duele muchísimo que esto haya terminado así”.
Este 25 de mayo, la historia vuelve a repetirse. Las azulgranas llegan a la final como vigentes campeonas, defendiendo el título, pero para volver a enfrentarse al Lyon, ese club que se les ha atravesado como una espina en el corazón, arrebatándole dos momentos de gloria, dos títulos, dos coronas de reinas de Europa. Lo cierto es que el club francés fue la gran dinastía durante la década de 2010. Sin embargo, la situación ahora es diferente.
Hace unos años, el Barcelona entró en el tablero de ajedrez con el fin de disputar la partida ante el Lyon. Han sido batallas arduas en las que la balanza ha tendido más al lado francés. Para ahora la situación está cambiando, las azulgranas cuentan con las protagonistas para imponerse, para acabar con esa dinastía. Ahora el Barça es uno de los mejores equipos del mundo, si no el mejor, ya que tiene en su plantilla a muchas de las jugadoras que el verano pasado se convirtieron en campeonas del mundo con la selección española.
Un Barcelona apoteósico
A pesar de que Alexia Putellas ha tenido una temporada con pocos minutos sobre el césped, tras una recaída en su rodilla mala, llega a la final de este sábado con ansias de título, ansias de revancha. El resto de la plantilla ha cumplido más que satisfactoriamente con las expectativas: Liga, Copa de la Reina y final de la Champions. De hecho, nueve de las jugadoras de la plantilla del Barcelona tocaron el cielo el pasado 20 agosto al coronarse como campeonas del mundo: Cata Coll, Laia Codina, Irene Paredes, Ona Batlle, Aitana Bonmatí, Salma Paralluelo, Alexia Putellas, Maria Pérez y Mariona Caldentey.
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Jonatan Giraldez lleva pensando tiempo en quiénes serán las jugadoras que se vestirán de gala durante la tarde del sábado. En la final de la Copa de la Reina, aseguró: “Tengo una idea de cómo voy a plantear el partido, de qué jugadoras nos pueden ayudar para este partido. No está cerrado al 100%, porque tenemos que ver cómo va toda la semana. Pero sí tengo una intuición”. Todo apunta a que bajo los tres palos estará Cata Coll; Ona Batlle y Fridolina Rolfö defenderán los laterales; y en la zaga se encontrarán Irene Paredes e Ingrid Engen. Distribuyendo juego en el centro del campo estarán Keira Walsh, Patri Guijarro y Aitana Bonmatí. Y en la zona de ataque, Mariona y Graham Hansen en los extremos y Salma Paralluelo en punta, esperando la oportunidad para mandar el balón al fondo de la red. Es decir, un once titular de oro.
A pesar de que todavía no es el definitivo, sí es el más probable, aunque se observan ciertas diferencias con la alineación de 2022. La portería estaba entonces defendida por Sandra Paños; en defensa, Marta Torrejón ostentaba el lateral y Mapi León hacía pareja de central con Paredes, quien este año es baja por lesión. En el centro del campo solo hay una diferencia: esta vez puede que Putellas no salga de titular, aunque probablemente sí lo hará a lo largo del partido. En la delantera también hay un cambio notable. En 2022, el ataque estaba protagonizado por Mariona y Graham, también de extremos, mientras que de punta se situaba Jenni Hermoso, quien actualmente viste la camiseta de un equipo mexicano.
El dibujo y las jugadoras son similares, a excepción de algún cambio. Donde realmente el Barça ha dado un giro que le ha permitido desmarcarse como uno de los mejores del mundo es en estilo de juego. Esa forma de mover el balón de lado a lado, ese pase al hueco, esa combinación de pases entre jugadoras que, desde que comienza la jugada con un balón saliendo de los pies de Bonmatí o Putellas, ya se sabe que va a acabar entre los tres palos. Esa esencia es la que actualmente distingue al Barcelona, la que les ha llevado a la final de la Champions por tercer año consecutivo. Lo que las hace diferentes. Lo que hace que el Barça sea “Més que un club”.