Alonso aún se agarra a Mónaco para empezar a arreglar el desastre de Aston Martin: a estas alturas de 2023, ya llevaba cuatro podios

Tras su peor Gran Premio de 2024, el bicampeón del mundo, que ve mucho más lejos a los mejores que hace un año, intenta no perder el optimismo de antemano ante la cita con más glamour de la F1: que su coche sea rápido a una vuelta quizá le sirva de ayuda el sábado

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Fernando Alonso en Imola. (Massimo
Fernando Alonso en Imola. (Massimo Pinca/Reuters)

Fernando Alonso tocó fondo en lo que respecta a su 2024 competitivo este fin de semana en Imola. En el 30 aniversario del adiós a Ayrton Senna en el Autódromo Enzo e Dino Ferrari, el bicampeón del mundo no pudo rayar al nivel sobresaliente que ha llevado a muchos a compararle en ocasiones con el mito brasileño. Desde el viernes, se vio que las mejoras introducidas por su escudería en el Gran Premio de Emilia-Romaña no iban a provocar el salto adelante que algunos esperaban y con el que otros, directamente, se ilusionaban. Tanto es así que el coche se volvió imposible de conducir por momentos, llevando al español a un sábado negro (accidente en los Libres 3, que lastró su clasificación: eliminado en la Q1) y relegándole a la decimonovena posición en la carrera del domingo.

El asturiano no tuvo más remedio que afrontar lo que venía antes de que efectivamente sucediera: en un circuito donde es bastante complicado adelantar (lo confirmó lo soporífero de un GP sólo animado a ultimísima hora por un voraz Lando Norris), los puntos no iban a ser una opción para él partiendo último en la parrilla. Para más inri, Alonso tuvo que salir desde el pit lane, al haber roto los suyos el parc fermé para cambiar la suspensión de su AMR24.

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También protagonizó la imagen más viral de la prueba, ya que el fuego hizo acto de presencia en el monoplaza cuando acababa de parar en boxes: los frenos le fallaron momentáneamente. Por si no se le había puesto ya suficiente cara de bombero en lo que va de temporada, Alonso tuvo que apagar, con un acelerón, un incendio literal. Al menos, Lance Stroll sí pudo puntuar, para que la herida no fuese tan profunda para los de Silverstone en tierras italianas.

Se suele decir que cualquier tiempo pasado fue mejor. Una gran verdad para Aston Martin a estas alturas del año, que no tiene nada que ver con la situación que se vivía en las filas verdes a estas alturas de 2023. Entonces, habían caído cuatro podios, todos gracias a un tercer lugar de Alonso: Baréin, Arabia-Saudí, Australia y Miami. Ahora, un P5, en Yeda y firmado por el ovetense, es el mayor botín, con sensaciones poco o nada dadas al optimismo. Es así porque no sólo Red Bull está a años luz. Ferrari y McLaren parecen igualmente inalcanzables para el equipo, al que Magic otorgó su confianza, en principio, hasta 2026.

Cuando todos esperaban que Aston Martin fuese a más, sobre todo por lo visto el curso pasado, la realidad es que son el quinto constructor del Mundial. Y gracias. “Hay que esperar para ver lo que dicen los números para tomar una dirección en las próximas carreras”, expuso Alonso tras la debacle, que lleva a ser más bien críticos con el rendimiento mostrado.

Alonso en el GP de
Alonso en el GP de Emilia-Romaña (REUTERS/Massimo Pinca)

“Somos conscientes de la situación. Vemos que los equipos del Top 3 están un poco lejos en este momento e incluso Alpha Tauri progresa. Ricciardo fue cuarto en el sprint, Yuki (Tsunoda) ha sido fuerte en Imola y tenemos que seguir trabajando. Todo está muy apretado. Si no mejoras las dos o tres décimas que se tienen que mejorar en cada Gran Premio, estás en la zona media”. Pero se supone que ese no es el sitio de Alonso y su marca. O, al menos, no debería.

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Todo al sábado de Mónaco

El clavo ardiendo al que agarrarse, a día de hoy, es el ritmo a una vuelta. Para muestra, el hecho de que Alonso llegó a poseer la vuelta rápida de forma provisional en Imola. Una circunstancia que le lleva a reservar un cierto optimismo para Mónaco, cita que le encanta y en la que bien pudo arrancar la tan cacareada 33 hace 12 meses. Sobre todo, a raíz de una clasificación magistral, que se resolvió en un puño y que otorgó a Fernando una segunda plaza que en carrera ya no pudo remontar (la estrategia tampoco ayudó).

Depende del coche. Si el coche no se comporta bien en Mónaco, es una tortura ir rápido en esa pista. Necesitamos reglar el coche bien en Mónaco, tenemos que concentrarnos en el sábado. El domingo será como aquí, nadie adelantará, así que todos los esfuerzos se dirigirán al sábado”, analizó Alonso.

No sería la primera vez en la que un tapado acaba brillando por sorpresa en un Gran Premio tan histórico y glamouroso como el que se disputa en Montecarlo. Para muestra, el P3 que Esteban Ocon consiguió para Alpine en la última edición. Las qualy recientes no han sido las mejores para Aston Martin y Alonso, pero no cabe duda de que en un sólo paso por meta, y cuando los neumáticos no han caído presa de la degradación, este coche sí puede brillar.

Alonso, pensativo en Miami (REUTERS/Marco
Alonso, pensativo en Miami (REUTERS/Marco Bello)

De hecho, viene diciéndose, no sin razón, que la máquina que tiene a su disposición Alonso es una más pensada para las clasificaciones que para las carreras. Por eso, marcó en rojo Mónaco de nuevo. Los rivales también corren y evolucionan, pero no ha cambiado de idea. Y así lo verbaliza. “Allí toda la carrera es el sábado y luego el domingo es una procesión de coches. Tenemos que concentrarnos en clasificación y hacer una vuelta perfecta”. Una que, de paso, sirva para empezar a arreglar el desaguisado que viene siendo el campeonato en lo que respecta a sus intereses.

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