Verstappen vuelve a ganar, aunque por la mínima, en Imola: Alonso es decimonoveno y Sainz, quinto

Red Bull lleva dos Grandes Premios consecutivos dando algunos ligeros síntomas de debilidad. Y eso, tal y como se viene desarrollando la Fórmula 1 en los últimos tiempos, es noticia. Cuando Max Verstappen se las prometía muy felices en Imola, donde había liderado la carrera sin mayor inconveniente, se encontró con un auténtico infierno a la hora de la verdad. Fue así porque McLaren, una vez más, se empeñó en darle emoción al Mundial. De nuevo, de la mano de un Lando Norris que, cuando se acercaba la bandera a cuadros, decidió que era buena idea reaparecer en los retrovisores del vigente campeón del mundo. Todo se quedó en un inmenso susto, pero el británico llegó a bajar del segundo con respecto a Mad Max en la última vuelta. Hacía mucho tiempo que el neerlandés no cruzaba una línea de meta pidiendo la hora, como este domingo.

Si el Gran Premio hubiese tenido 65 en lugar de 63 vueltas, quizá otro gallo habría cantado. Pero Verstappen hizo que la lógica imperase, a pesar de que en esta ocasión tuviese que lograrlo apretando los dientes. En un fin de semana en el que compaginó la gloria en pista con la virtual (ganador de las 24 Horas de Nürburgring en el simulador), logró contener a un monoplaza papaya que no para de ir a más en este Mundial. Quién sabe si Norris no podría haberse apuntado otra victoria en el campeonato en caso de que la emoción no hubiese quedado reducida al tramo final.

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“Podemos decir que estamos a la altura de Red Bull y de Ferrari. Nos estamos centrando en hacer las mismas cosas, pero peleando por ser segundos o primeros”, asegura la que ya es, sin duda alguna, la gran revelación del 2024 en el Gran Circo. Aunque Charles Leclerc terminó tercero en tierras italianas, los Ferrari pasaron más bien desapercibidos en la parte delantera. La Scuderia está yendo de más a menos debido a la mejoría de McLaren. Y, aun así, pudo arañar otro podio, el primero desde el triunfo de Michael Schumacher en 2006, de la mano del monegasco.

Quien no tuvo demasiados motivos para sonreír fue un Carlos Sainz que tuvo que conformarse con ser quinto y que no dudó en protestar por su situación vía radio: “En general, es muy difícil conducir. Algo que debemos investigar”. Con Piastri (como en Miami) y Checo Pérez como grandes adversarios mientras transcurrió la acción, el madrileño no pudo con el australiano, a diferencia de lo ocurrido en la anterior cita de la temporada.

En cuanto a Aston Martin, Lance Stroll pudo salvar los muebles de los de Silverstone al puntuar (noveno), mientras Fernando Alonso no tenía más remedio que vagar por la zona baja de la parrilla. Obligado a salir desde el pit lane, al haberse vulnerado el parque cerrado con su bólido debido a las desgracias sufridas el sábado, terminó decimonoveno, sin ver en absoluto cercana la posibilidad de sumar, por mínimo que fuera el botín.

A pesar de todo, el asturiano llegó a poseer la vuelta rápida de forma provisional. Un consuelo menor para un piloto tan competitivo como él, que sufre horrores cuando no puede estar al volante de un coche que cumpla sus estándares de calidad. Unos muy elevados por su condición de bicampeón del mundo, que están por debajo de lo esperado (se viene de hacer ocho podios en 2023) en lo que va de curso.

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Tampoco el evento central de Emilia-Romaña estuvo exento de contratiempos para Alonso. En una imagen que no pasó desapercibida, llegó a ver cómo parte del AMR24 empezaba a arder por culpa de un problema en sus frenos. El fuego hizo acto de presencia cuando acababa de efectuar una parada en boxes y, por suerte, desapareció tan rápido como vino, al acelerar. Pero no cabe duda de que las últimas horas han sido sinónimo de “tierra trágame” para Magic, lastrado sobremanera por el accidente que sufrió en los Libres 3 y, posteriormente, la salida de pista que supuso su eliminación en la Q1.

A consecuencia del GP en el que ha tocado fondo, Alonso ha pasado a ser noveno en la clasificación de pilotos, con Hamilton adelantándole. Por otro lado, Leclerc se ha colocado segundo, con todo bastante apretado desde su posición hasta la quinta que ostenta Sainz. La próxima semana, llega Mónaco. El clásico por excelencia de una F1 que ha vuelto a demostrar que es capaz de vencer a la monotonía de toda una prueba en cuestión de segundos.