El Roland Garros más incierto y abierto de los últimos años: Djokovic es humano, Sinner y Alcaraz peligran, Nadal no apunta a milagro...

El Grand Slam de la tierra batida se presenta sin un pronóstico claro de ganador debido, sobre todo, a las dudas existentes entre los cuatro primeros clasificados de la ATP. Si hay un curso para los ‘outsiders’, este puede ser el de 2024

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Djokovic se lamenta al perder en Roma (REUTERS/Claudia Greco)
Djokovic se lamenta al perder en Roma (REUTERS/Claudia Greco)

Hubo un tiempo en el que Roland Garros bien podía ser el torneo tenístico de pronóstico más sencillo de todo el circuito. No podía ser de otra manera en la época de máximo dominio de Rafa Nadal, el jugador que se ha impuesto más veces (14) sobre la tierra batida de París. En su día, llegó a ser una herejía no señalarle temporada tras temporada como máximo favorito para levantar la Copa de los Mosqueteros en la Philippe-Chatrier de la capital francesa. Para muestra, una entre muchas, la hombrada que protagonizó el balear en la edición de 2008: ni un solo set perdido y únicamente 41 juegos cedidos en todo el torneo.

16 años después de aquello, el segundo major del curso se enfrenta a su cita con el calendario más incierta y abierta de los últimos tiempos. Una evidencia a la que está contribuyendo el propio Nadal, que todavía no las tiene todas consigo con respecto a su participación, todo apunta a que definitiva, en el próximo Roland Garros. “Sólo jugaré si siento que puedo dar el 100% de mis posibilidades. Si eso no sirve para ganar ni un sólo partido, lo aceptaré, pero no me veo a mí mismo entrando en la pista sabiendo que no tengo ninguna opción. Si hay un 0,01 de posibilidades, quiero intentarlo, pero si no tengo absolutamente ninguna, prefiero no jugar”, ha reconocido en los últimos días a France TV Sport.

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Aunque consiguiese ser de la partida en las instalaciones que sin duda han marcado su carrera en el deporte de la raqueta, nada parece indicar que Nadal esté llamado a ser campeón. Sobre el papel, ese favoritismo no debería pertenecerle. Y, aunque Madrid dio pie al mayor optimismo reciente a su respecto, Roma supuso un cierto frenazo para Rafa. La derrota ante Hubert Hurkacz, 9 del mundo, en segunda ronda fue muy contundente y sembró de dudas el futuro. No hay nada claro: ni para bien ni para mal.

Nadal en sala de prensa en Roma (REUTERS/Guglielmo Mangiapane)
Nadal en sala de prensa en Roma (REUTERS/Guglielmo Mangiapane)

El caso de Nadal no es el único que explica el porqué de la total incógnita que arroja, deportivamente, este Roland Garros. Tan sólo hace falta echar un vistazo a las cuatro primeras posiciones del ranking de la ATP para advertir que todo está cogido con pinzas de cara al evento. Quién sabe si no podría ser la ocasión más propicia para que un tapado brille.

Los favoritos más lógicos peligran

El 2024 de Novak Djokovic no está siendo, ni mucho menos, inolvidable. Sin ningún título a estas alturas de curso y con muchos interrogantes de todo tipo (cambios de enjundia incluidos en su equipo), el número uno del mundo vive su crisis más preocupante de la época reciente. El Foro Itálico tampoco ayudó a mitigar la herida, con un botellazo fortuito de un aficionado que, el mismo serbio lo comentó, acabó lastrando sobremanera su rendimiento.

Alcaraz, en bucle con las lesiones en los últimos 18 meses: ya ha sufrido más que Nadal cuando tenía sus 21 años.

A la sonrojante derrota con Tabilo en tercera ronda de Roma, hay que unir su pobre gira de tierra: seis partidos en total. Cierto es que defiende entorchado, pero Nole, a los hechos hay que remitirse, no pasa por su mejor momento. Ese que parecía acompañar a Jannik Sinner desde que empezó la campaña y que bien ha podido quedarse en pausa por una lesión de cadera que le apeó de Madrid (cuartos), le dejó sin concurso en el Masters 1000 de casa y amenaza con provocar su baja en Roland Garros. Poco después de ser semifinalista en Montecarlo, llegaron los problemas.

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Alcaraz y Sinner (Jayne Kamin-Oncea-USA TODAY Sports)
Alcaraz y Sinner (Jayne Kamin-Oncea-USA TODAY Sports)

Dudan mucho en el entorno del italiano. Menos, aunque también, en el de Carlos Alcaraz, cuyas molestias en el antebrazo provocaron su adiós a Montecarlo, Barcelona y Roma. El murciano quiere llegar a Roland Garros y optar a ganarlo por primera vez, pero falta la confirmación de que puede jugar. Habrá que ver cómo llega su más inmediato perseguidor en la tabla, un Daniil Medvedev que se llevó un buen susto a nivel físico en tierras madrileñas (retirado en cuartos) y que ha sido eliminado en octavos de final (como en Montecarlo) de Roma, donde defendía campeonato.

Más allá de la primera fila, Stefanos Tsitsipas se impuso en Montecarlo, fue finalista en Barcelona, sólo hizo segunda ronda en Madrid y sigue en pie en Roma. ¿Puede ser su Roland Garros? Casper Ruud cayó ante él en la final monegasca y se tomó la revancha en el Godó, pero se quedó en octavos en Madrid y en segunda ronda en Roma. Andrey Rublev es otro de cal y arena: desaparecido en Montecarlo y Barcelona (fuera a las primeras de cambio), ganador, aun estando notablemente enfermo, en la Caja Mágica y derrotado en la tercera ronda de Roma.

Alexander Zverev es otro Top 10 víctima de la irregularidad: no ha pasado de cuartos desde que toca batirse en duelo con la arcilla. Fritz, De Miñaur o Dimitrov, entre otros, pueden ser outsiders perfectamente. En definitiva, cualquiera se atreve a hacer pronósticos sobre lo que puede pasar en Roland Garros a partir del 26 de mayo.

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