“Es una jodida broma”. Corría el año 2017 y el Real Madrid acababa de coronarse como campeón de LaLiga, tras cinco años sin alcanzar el título nacional. Unos jóvenes Luka Modric y Gareth Bale habían desembarcado en el club blanco en 2013 y todavía no sabían lo que era levantar la copa liguera ni el modus operandi a seguir. Ellos habían hecho lo propio: tratar de dar el mejor fútbol que sus botas podían ofrecer para volver a llevar al Real Madrid a lo más alto de la tabla del campeonato nacional. Un ya experimentado Cristiano Ronaldo, que había ganado el título hacía unos años, les explicó cómo funcionaban las cosas en España.
La Rosaleda fue testigo de la incredulidad de estos dos jugadores durante la celebración del título liguero del Real Madrid: no había trofeo. Con la euforia del momento, Bale y Modric comenzaron a impacientarse, querían tocar la copa, esa que tanto esfuerzo les había costado arrebatar a un Barcelona del que tan solo distaban tres puntos a la conclusión de la competición. Un trabajador del club blanco se acercó a ambos jugadores para explicarles que el título se entrega durante el primer partido de la temporada siguiente. Tras esta aclaración, Bale acudió al portugués para comentar la situación y tener confirmación de la información que acababa de recibir. “Es una jodida broma”, aseguró Cristiano Ronaldo.
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Ni Alemania, ni Inglaterra. España era el único país donde los ganadores de la competición nacional festejaban el triunfo sin la copa. Una imagen que se repitió durante muchos años en el pasado, todo el tiempo que duró el mandato de Ángel María Villar al frente de la RFEF. Hasta 1988, cuando Villar asumió el cargo como presidente de la institución, la entrega del trofeo de LaLiga era arbitraria: se llevaba a cabo cuando la agenda y el presidente consideraban. Con el inicio del nuevo mandato, se puso fin a este sinsentido, pero en vez de establecer la misma normativa que marcaba la celebración en otras grandes ligas europeas (recibir el trofeo en el partido en que el equipo se proclama campeón), se estableció otra medida.
El protocolo Villar estipulaba que el campeón de la competición recibiría la copa durante la primera jornada de la temporada siguiente, en el palco o en el césped, debido a que, según alegaba el entonces presidente, el trofeo es único y para tenerlo en propiedad es necesario ganarlo durante tres campañas seguidas o cinco alternas. A lo que también añadía que el resultado de un partido y, por tanto, el título, no es oficial hasta que se agotan los plazos para recurrirlo. Así, durante los 29 años que duró el mandato de Villar, se siguió esta especie de acto inaugural de la nueva temporada de LaLiga. A partir de la campaña de 2018-19, el trofeo comenzó a entregarse el día en que un equipo se convertía en campeón matemático, llegando incluso a situar réplicas en los estadios en los que estuvieran los aspirantes al título.
El Real Madrid lo recibirá una semana más tarde
No todo puede ser perfecto y, a pesar de que supuso un gran paso dejar atrás el protocolo Villar y, antes de ello, ese libre albedrío que seguían los presidentes, lo cierto es que todavía se siguen produciendo situaciones anecdóticas. El pasado fin de semana, el Real Madrid se convirtió en campeón matemático y oficial de la competición nacional. Sin embargo, no obtuvo copa, debido a los horarios de esa jornada. El club blanco jugó su partido ante el Cádiz justo antes que el Barcelona. Los de Ancelotti necesitaban una victoria y que el Girona ganara el derbi catalán ante los azulgranas para, matemáticamente, convertirse en campeones. Dicho y hecho. Los blancos hicieron los deberes con un 3-0, mientras que los albirrojos se impusieron al Barça con un 4-2.
Sin embargo, la celebración fue de lo más anticlimática, para lo que acostumbran jugadores y aficionados. En petit comité y con el staff del club y los familiares en el estadio Santiago Bernabéu, a puerta cerrada. Tras ello, la RFEF decretó que fuera en Los Cármenes, la siguiente cita liguera del Real Madrid en LaLiga, donde se llevaría a cabo la entrega del trofeo. Sin embargo, con un Granada que podría descender en ese encuentro, Florentino reclamó ante la institución deportiva que se retrasara. De esta forma, la entrega será el domingo en Valdebebas, a puerta cerrada, justo antes de los actos institucionales. Posteriormente, también recibirán la copa durante el encuentro ante el Alavés en el estadio de Chamartín, el próximo martes 14.
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Los conciertos y eventos ajenos al ámbito deportivo
El hecho de que los jugadores reciban el trofeo en Valdebebas y no en el Bernabéu se debe a la otra cara del estadio. Las obras del campo surgieron, entre otros motivos, para hacer del templo blanco todo un sitio en el que acoger eventos de todo tipo. Una cuestión que ahora se ha vuelto en su contra e impide que el trofeo se entregue este domingo en Chamartín. En concreto, este fin de semana hay varios conciertos programados: Reggaeton Beach Festival White Party, el viernes 10 de mayo; al día siguiente, 11 de mayo, está agendado el Premier Remember; y el domingo 12 de mayo, The Domingueros. Lo que ha llevado a que los blancos tengan que trasladar la entrega de la copa a su ciudad deportiva, donde se llevará a cabo este acto por segunda vez en la historia (la primera fue durante la pandemia).