Rafa Nadal recibió su primer trofeo de campeón de Roland Garros, en 2005, de manos de todo un astro del fútbol como Zinedine Zidane. 19 años más tarde, el tenis le ha puesto frente a un compañero de profesión a quien sus padres decidieron dar, por pura admiración, el nombre del jugón galo: Zizou Bergs. Un oponente más peliagudo de lo esperado en el estreno del español en Roma. Otra capital en la que ha alcanzado la gloria más veces que nadie (10) y en la que se le atragantó un tanto la primera ronda, en su objetivo de seguir acumulando minutos en pista y sensaciones (4-6, 6-3, 6-4).
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— Tenis en Movistar Plus+ (@MovistarTenis) May 9, 2024
El número 108 del mundo, un adversario loable para Nadal este jueves, tenía ante sí la misión prácticamente imposible de convertirse en el primer jugador de la historia capaz de derrotar al balear en un Masters 1000 viniendo desde la fase previa o bajo la condición de lucky loser. Peleó duro por protagonizar un auténtico hito en el circuito, pero acabó cediendo, por lo que el récord de Rafa, ya un 41-0, continúa siendo inapelable. Con apenas 24 partidos individuales ATP en sus piernas (nueve victorias), el fuerte de Bergs son los torneos de categoría Challenger e ITF, en los que suma ocho y cuatro títulos, respectivamente.
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Curiosamente, la pandemia colocó al belga, hoy con 24 años, en una tesitura bastante inaudita, pero necesaria para su subsistencia en aquellos momentos tan complicados y llenos de incertidumbre para todos. “Cuando eres el número 530 del mundo y no puedes jugar partidos, es complicado mantenerte. Decidí trabajar en un Lidl. Luego, ayudé a mi madre a hacer mascarillas que iban a ser repartidas a las personas desde mi bicicleta. Hacía casi 8 horas diarias”, llegó a confesar Bergs en una entrevista a Suddpresse. Las adversidades las afronta con valentía y de cara, tal y como ha demostrado ahora en el Foro Itálico.
Cuando todo parecía apuntar que Nadal lo tenía más bien sencillo para clasificarse, el de Lommel tumbó cualquier tipo de pronóstico y exigió casi tres horas de esfuerzo de Rafa en uno de sus Masters 1000 fetiche. Se las prometía muy felices tras el primer break favorable del choque, pero las imprecisiones aparecieron fatalmente y llevaron a Bergs a devolverle la rotura: del 3-1 al 3-2 en un santiamén. Con un primer servicio portentoso, el tapado volvió a aprovecharse de las dudas del manacorense para protagonizar un segundo quiebre y, acto seguido, ganar el set inicial.
Nadal, obligado a remontar
Con hasta 15 errores no forzados en la primera manga, el ganador de 22 Grand Slam necesitaba recuperar la confianza cuanto antes para reengancharse al duelo. El golpe de calor sufrido por un espectador le mantuvo en frío nada más empezar la Operación Remontada, con un juego en blanco al saque y un break de entrada para renovar la ilusión. Su derecha se volvía castigadora, también buena señal, y el 3-0 para Nadal pasaba a dominar el electrónico.
Bergs no se quedó conforme y pasó a la ofensiva una vez más, poniendo en aprietos a Rafa al resto. Fue muy posible que volviese a conseguir algún break ya bien entrado el segundo parcial, pero Nadal no perdió la compostura. Y, aprovechando la gran ventaja de la que gozaba, salvó cada situación comprometida que se le puso por delante. Fue así, solventando todo tipo de zozobra que pudiese darse cuando él era el sacador, como provocó el desempate para resolver el encuentro.
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Ya en el set definitivo, el tenista más laureado en Roma siguió sudando de lo lindo para contener las arremetidas de Bergs. La valentía de este le llevó a colocarse con un 40-0 restando, con 3-2 para un Nadal que trataba de aprovechar la renta que le había otorgado un nuevo break para escaparse hacia la victoria. Era uno de esos juegos que pueden marcar un antes y un después. Sabedor de ello, Rafa lo ganó trabajosamente y sacó el puño a pasear, porque había salido airoso en una batalla realmente importante.
La guerra caería de su lado, encarnizada hasta los últimos golpes. Bergs era un dolor de muelas severo cuando Nadal sacaba, pero pudo ser contenido a tiempo. Próximamente, se presume un desafío ya de aúpa en teoría y práctica: Hubert Hurkacz, 9 del ranking. Rafa, con tesón, esquivó la sorpresa para venir, ver y vencer en tierra de emperadores.