Nadal, dispuesto a “forzar” en Roma pensando en Roland Garros: “Si me rompo, me rompo. Mala suerte”

Rafa Nadal tuvo que sudar de lo lindo para doblegar a un aguerrido Zizou Bergs en su estreno en este Masters 1000 de Roma. Un torneo que ha ganado 10 veces, más que nadie, y en el que espera culminar la puesta a punto para la competición de su vida: Roland Garros. Para decidir si puede ser de la partida o no en el Grand Slam de la tierra batida, el balear ya ha dejado claro que va a ir a por todas en el Foro Itálico, sin dejarse nada en pos de ver cómo responde su cuerpo antes de que París aparezca en el calendario.

“Molestias tengo siempre, la cosa es si me limitan o no. De alguna manera me limitan, pero tengo que intentar que no. Tengo que quitarme ese miedo a romperme. Pasada esa transición de tiempo, tengo que forzar y probarme. Si me rompo, me rompo. Mala suerte. Ese es el objetivo de esta semana”, ha asegurado tras verse obligado a remontar ante el 108 del mundo en primera ronda (4-6, 6-3, 6-4). El choque no ha acabado de convencer del todo a Rafa.

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“Hoy no ha sido un buen partido. He encontrado la manera de ganar y darme la opción de jugar una vez más. Por mis entrenos, mi sensación es que puedo hacerlo mejor de lo que lo he hecho hoy”, se sinceraba. “Estoy sacando mejor que en Barcelona y me siento más rápido. A veces, me voy muy atrás de la línea y eso es algo que quiero mejorar y hacer mejor. Creo que necesito organizar mejor mi posición en pista. El primer set de mi último partido en Madrid es la referencia de cómo necesito jugar. Aquí me viene mejor porque no hay altitud”, añadía Nadal.

Concede que ha habido una progresión evidente, porque la versión que mostró en el Godó y la actual difieren bastante: en Madrid ya se sintió mejor. “Llevo queriendo hacer este progreso desde el inicio de temporada, pensando estar en mi mejor nivel en Montecarlo. No fue el caso, por mi problema abdominal. En estas últimas semanas, he hecho progresos, pero ahora tengo que ir a por todas. Tengo que ir viendo cómo avanzan las cosas. Si me puedo adaptar a todo. Roland Garros es en tres semanas y tengo que forzar mi cuerpo para prepararme de cara a lo que me viene”, se automotiva la leyenda.

“Tengo que aceptar que mi nivel va y viene. No es tan estable como era antes. Necesito encontrar esa estabilidad de nuevo”, exponía también Nadal, quien se siente “más cerca de mostrar un nivel mejor del que he mostrado hoy”. “Quizá en dos días no pueda jugar bien, es posible, pero espero hacerlo mejor”, confiaba, con el desafío de tener al otro lado de la red a Hubert Hurkacz, noveno clasificado de la ATP, en segunda ronda.

“Me siento más cerca del nivel al que quiero estar en los entrenamientos, pero luego tengo que ponerlo en los partidos y eso me está costando”, opinó Rafa. Está ante la prueba de fuego para saber si puede ser moderadamente optimista con Roland Garros. “No es ganar o perder. Es ir a la pista con la sensación de que puedo luchar, ser competitivo, soñar. Si no soy capaz de saltar a la pista y soñar, para mí no tiene sentido ir. Prefiero quedarme con los recuerdos. Si no puedo soñar con hacer cosas importantes, no estaré en la pista”, dijo al respecto cuando todavía se encontraba disputando el Mutua Madrid Open.

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Bergs, su primer rival en Roma, no cabía en sí de orgullo. “Enfrentarme a Rafa ha sido abrumador. Siento un gran respeto por él, pero salí a pista dispuesto a hacer lo necesario para ganar. Considero que he tenido la mentalidad adecuada durante todo el partido. Quizá me faltó creer en mí en algunos momentos, no lo sé”, valoraba. A pesar de su gran desempeño, no pudo con un Nadal que se mantiene invicto en los Masters 1000 ante tenistas procedentes de la fase previa o lucky losers.