La “humillación en toda regla” del Bayern de Múnich al Real Madrid que provocó la mayor rivalidad del fútbol europeo

Cada vez queda menos para que el balón eche a rodar en el Santiago Bernabéu y el Real Madrid busque el pase para su enésima final de la Champions League, con el Bayern de Múnich, su gran rival histórico en la máxima competición europea, al otro lado del campo. Todo quedó por decidir para el partido de vuelta de semifinales, previsto para este miércoles (21:00 horas), que llega después de que los blancos se proclamasen ya campeones de LaLiga de forma matemática. Pero las celebraciones se pospusieron hasta el domingo, debido al reto mayúsculo que espera ahora.

Estamos ante el clásico por excelencia de la Copa de Europa, ya que ha tenido lugar nada menos que 27 veces a lo largo de la historia: ningún otro duelo se ha repetido más cuando hablamos del Viejo Continente. Además, la eliminatoria entre los bávaros y los merengues es también la que más se ha dado de todos los tiempos, al haberse producido en 20 ocasiones. El Madrid cuenta con una ligera ventaja cuando ambos clubes se han visto las caras, ya que suma 12 victorias. Por su parte, el Bayern logró apuntarse 11. El resto de choques, cuatro, acabaron en empate.

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Ha habido ocho semifinales que han tenido como protagonistas a los dos, con los de Múnich avanzando en cuatro de las cinco primeras (entre 1976 y 2012), pero cayendo en las dos últimas, que tuvieron lugar en la temporada 2013-2014 y en la 2017-2018. En la eliminatoria que nos ocupa, el marcador arrojó un 2-2 en la ida que obliga a que sea el Bernabéu el escenario donde se dicte sentencia.

A pesar de que los locales salieron enchufados, el Madrid pudo golpear primero de la mano de Vinicius, que se benefició de una auténtica obra de arte de Toni Kroos en forma de pase para poner el 0-1. Ya en la segunda parte, el Bayern remontó parcialmente en apenas cuatro minutos, de la mano de Sané y Harry Kane (de penalti). Sin embargo, las tablas reinaron en última instancia. Gracias, de nuevo, a Vinicius (también desde el punto fatídico). “Ahora toca hacer una noche mágica en casa”, advertía el brasileño, la estrella indiscutible de los visitantes en Múnich.

A la hora de valorar lo que supone la rivalidad entre el Madrid y el Bayern, acudir a las leyendas está a la orden del día. Karl-Heinz Rummenigge, un mito viviente de los bávaros tanto en el terreno de juego como a nivel directivo, ha aprovechado la coyuntura para compartir el que él define como el episodio a partir del cual los encuentros entre los dos equipos adquirieron un cariz especial.

En una entrevista con AS antes del duelo a todo o nada que está por venir, Rummenigge deja caer que el hecho de que los Real Madrid - Bayern y viceversa siempre tengan morbo responde a “un error mayúsculo que cometimos nosotros”. Y se explica. “Fue un amistoso. Lo recuerdo perfectamente, porque yo también jugué aquel día. Les metimos 9-1 y me parece que llegaron a despedir a Boskov ese mismo día (se confunde con este dato). Fue una humillación en toda regla, también porque les pillamos prácticamente de vacaciones y nosotros ya llevábamos tiempo de pretemporada. Pero nos equivocamos”.

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A una de las voces más autorizadas que existen en lo referente al Bayern no se le olvida lo que ocurrió nada más producirse aquella goleada de escándalo de los alemanes. “Paul (Breitner) llegó al vestuario después de haber marcado su gol igual que yo y dijo: ‘Estamos locos. La próxima vez que juguemos en el Bernabéu, nos van a matar’. Y ese día llegó”. Además, muy pronto.

“Poco después, jugamos el Trofeo Santiago Bernabéu y me vi jugando junto a Klaus (Augenthaler) de central porque, de no haberlo hecho, Camacho me hubiese asesinado de verdad. Allí comenzó todo. Luego surgió el mito de la bestia negra, aunque he de admitir que la última vez que fuimos una bestia negra fue en las semifinales de 2012. Desde entonces, ellos se han convertido más bien en nuestra bestia blanca”, sentencia Rummenigge. El antes y el después a partir de lo ocurrido un 5 de agosto de 1980 es, a su juicio, indudable.