Carlos Alcaraz y Jan-Lennard Struff son viejos conocidos. El español se impuso al alemán de 34 años en la final del Mutua Madrid Open en 2023. Este año, destino o casualidad caían en el mismo lado del cuadro, lo que ha permitido que ambos se midan de nuevo en los octavos de final. Un duelo reñido, en el que los dos han plantado cara, pero que se ha terminado adjudicando Alcaraz por 6-3, 6-7 y 7-6, después de un intenso partido. “¡Cómo echaba de menos esto! Cuartos next”, escribía el español en la cámara después de imponerse a un valiente Struff, que no se ha dado por muerto en ningún momento del partido.
El entrenador de Alcaraz, Juan Carlos Ferrero, tenía claro antes de que comenzase el enfrentamiento que era importante no cometer demasiados errores, para no darle la comodidad al alemán de ir con ventaja en el marcador. Carlitos se ha tomado esto al pie de la letra, y ha protagonizado “desde el primer punto al último una buena pelea”, asumiendo los momentos “difíciles del partido” en los que ha llegado a desaprovechar cuatro match ball. “Un partido muy difícil que me ha recordado al del año pasado, un break arriba, cuatro bolas de partido no aprovechadas, esos momentos son difíciles de gestionar en tu cabeza”, relataba Alcaraz en los micrófonos justo después del encuentro y con los cuartos de final ante Andrey Rublev en el bolsillo.
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El público de la pista Manolo Santana rugía con Alcaraz. Cada revés cruzado, cada derecha, cada dejada... Hacía vibrar al público madrileño que animaba sin cesar al español. “El público ha sido un factor importante”, reconoce Carlitos, quien se mostraba agradecido de tener “esa multitud detrás de mí”. “El hecho de estar ahí, apoyándome en cada punto, me ha motivado para seguir fuerte, sobreponerme a los momentos difíciles y seguir luchando, poner mi mejor nivel”, se mostraba agradecido Alcaraz. Una ola de los aficionados a la que se unía el español con una sonrisa.
Alcaraz está de vuelta con su mejor nivel
El español afrontaba este partido como una puesta a prueba de medirse con las molestias físicas que había afrontado durante semanas anteriores y que lo habían apeado del torneo de Mónaco y de Barcelona. No había indicios de ellas. Para el alemán, este enfrentamiento suponía una especie de venganza después de haber dejado escapar el que pudo ser el primer Masters 1.000 de su carrera en el mismo escenario, un año antes. Venía motivado después de haber ganado el primer título ATP en Múnich, pero se topó con un Carlitos que supo solventar el encuentro.
Comenzaba sirviendo el español, y de acuerdo a las palabras de su entrenador, el pupilo de Ferrero firmó la ventaja anotándose el servicio. Llegaba la primera bola de break para Alcaraz, que no supo aprovechar, manteniendo un primer set muy igualado. Ambos controlaban las subidas de red del rival. Struff leía a la perfección las dejadas de Carlitos y no dejaba pasar una. Struff complicaba Alcaraz, y Alcaraz complicaba a Struff. El español tuvo que esperar al sexto juego del partido con un 3-2 en el luminoso, para conseguir la primera rotura y ponerse dos juegos por arriba (4-2). Acto seguido, el número tres rubricaba el break.
Después de 45 minutos jugados y de que Jan-Lennard hubiese conseguido salvar dos bolas de set, el revés paralelo de Alcaraz forzaba un error de Struff y sumaba el primer set a la cuenta personal del español. La tercera era la vencida y Carlitos lo tenía claro. Solapaba esa racha ganadora en el inicio del segundo, que comenzaba el español rompiendo el saque de Struff, y rubricando el mismo con una dejada. “¡Venga va, ánimo!”, gritaban desde el banquillo del español.
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Doble tie break para sentenciar el encuentro
Así como el primero, pese a la dificultad y la franqueza del alemán, no había sido demasiado complicado para Carlitos, el segundo se le hizo cuesta arriba. Llegó a ponerse con dos puntos de ventaja, pero Struff se armó de valor y consiguió devolver el break inicial del español, para, a partir de ese momento, mostrar solidez al servicio. Un intercambio continuo de auténticas exhibiciones en la pista, que hacían disfrutar a los espectadores, y que iban conduciendo el partido hacia el tie break.
Pese a la superioridad del español, llegando a estar dos arriba, Struff consiguió devolver cada mini break. “¡Positivo, que viene, vamos!”, trataban de motivar al español después de que el alemán consiguiese revertir la situación y adelantarse por primera vez en el tie (3-4). No sirvieron de mucho, porque con 3-6 en el marcador, Struff se colocaba con tres bolas de break, que pese a que Alcaraz consiguió solventar dos de ellas con éxito, no puedo con el último ace del alemán, que entró por milímetros, pero aquí, todo vale, y el alemán había mandado, casi sin querer, el encuentro al tercer set, último y definitivo. Ahora sí, no había margen de error.
Todo parecía apuntar a que Alcaraz iba a sentenciar el partido por la vía rápida. Llegó a colocarse tres puntos arriba con un 4-1 en el marcador, pero poco a poco, despacito y con buena letra, Struff fue recortando distancia hasta conseguir el 5-3. Servía Alcaraz para llevarse el partido, cuatro bolas de partido llegó a tener el español, y tres bolas de break el alemán, que ante un fallo del número tres le regaló la rotura de saque y volvía a meter en el partido a Struff, que rápidamente igualaba a cinco con su servicio. Con 6-5 en el luminoso, restaba Alcaraz para ganar el partido, pero el número 24 del ranking no se daba por vencido. Con otro increíble tie break consiguió sellar el partido Carlos Alcaraz y mantenerse con vida en la defensa de un título al que le tiene especial cariño.