Rafa Nadal suele ser un ejemplo de compostura y clase en las pistas de tenis. De hecho, es una de las primeras personas que a muchos se les suele venir a la cabeza cuando hay que hablar de valores en el deporte. Este sábado, volvió a darse una muestra clara de ello cuando el balear, jugador más laureado de la historia del Mutua Madrid Open, se acercó a la familia de Sergio Delgado, extrabajador del torneo, para trasladarle sus condolencias. Y, sin embargo, todos somos humanos y podemos estallar alguna vez. Como también ocurrió en esta ocasión.
El segundo hombre con más Grand Slam del tenis (22) había empezado su duelo de segunda ronda con muy buenas sensaciones ante el australiano, su verdugo en idéntica jornada en Barcelona. Tras apuntarse los dos primeros juegos del partido, break incluido y sacando a pasear su mítica derecha, llegó la imagen del choque: una discusión muy tensa, lo nunca visto en el caso de Rafa, con el juez de silla.
Te puede interesar: La pareja de dobles Nadal - Alcaraz cobra fuerza para París 2024: “Si no hay nada extraño, jugaremos”
Problemas de entendimiento
Todo ocurrió tras una bola dudosa de De Miñaur, a la línea, que acabó convirtiéndose en 15-40 para él al resto. Una vez que Fergus Murphy cantó el punto, poco o nada le importó que Nadal se pusiese hecho una furia con su decisión. El español reclamaba que había solicitado el ojo de halcón, considerando el juez que no había sido así.
Pero Nadal alegaba que sí pidió la revisión, con el código de gestos, llegando a solicitar la presencia del supervisor. Desde la grada de la central, pudo verse cómo Rafa se señalaba el ojo cuando hablaba con el árbitro, visiblemente molesto. De hecho, el ojo de halcón le daba la razón al jugador, pero no hubo rectificación.
Finalmente, De Miñaur acabó apuntándose su primera rotura del partido después del incidente. Algo que no gustó nada a Nadal, que volvió a dirigirse muy enfadado hacia el árbitro cuando se produjo el parón entre juegos. Finalmente, Rafa pudo recomponerse y la primera manga no pudo estar más igualada, con un toma y daca constante entre ambos tenistas.
Todo apunta a que este será el último baile de Nadal en Madrid, como él mismo no ha dudado en reconocer. Tras un estreno plácido contra el júnior estadounidense Darwin Blanch, prácticamente un entrenamiento, el duelo contra De Miñaur, al que gana 3-2 en sus enfrentamientos particulares, se presumía mucho más difícil.
Así lo aseguró Rafa nada más apuntarse su primera victoria en esta edición de Madrid y así lo atestiguó la duración del primer parcial, en el que la igualdad fue una constante. “Con él siempre igual”, manifestó Nadal a raíz de lo ocurrido con el juez de silla.
En los últimos días, el cinco veces ganador en la capital española ha asegurado que no tomará la decisión sobre su participación en Roland Garros hasta que no compita en Roma, próxima cita del calendario. De momento, ha vuelto al circuito tras tener que ausentarse de nuevo de él después de Brisbane. Lo cual es una gran noticia.