Nadal pide calma a pesar de arrollar a Blanch en su estreno en Madrid: “Me sorprendería ganar a De Miñaur”

Rafa Nadal pasó como un ciclón por el Estadio Manolo Santana de Madrid este jueves, cuando arrolló al estadounidense Darwin Blanch, un júnior de 16 años, en su regreso a la capital española (6-1, 6-0). Y, sin embargo, tiene muy claro que no es tiempo de alzar las campanas al vuelo. Todo lo contrario. “No soy muy resultadista. Soy más realista con lo que ocurre realmente. Hay que ser honesto. He jugado contra un jugador que tiene muy buen potencial, pero me ha dado muchas facilidades. Ha cometido muchos errores. El partido, al final, ha durado una hora”, aseguraba en sala de prensa.

“No cambia para nada mi perspectiva de París. Y no me va a cambiar aquí. La decisión sobre París la voy a tomar en Roma. No estemos hablando todo el día. Yo voy a hacer mi camino. Y si llego, llego. Si no llego, no llego”, dejó muy claro el jugador con más títulos en territorio madrileño (cinco). Ya en la primera cuestión que se le lanzó, aclaró que, por lo conseguido históricamente allí, sólo acudirá a la capital francesa “si yo voy a salir a la pista con la sensación de que puedo dar mi máximo y competir”. El debut no generó grandes comentarios por su parte. “Ha sido un partido cómodo. He hecho lo que tenía que hacer”, comentó en una ocasión. “He intentado jugar al cien por cien, pero no puedo darlo cada día”, añadió más adelante. “No he testado mucho mi cuerpo hoy”, se sinceró en otro momento.

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De hecho, Rafa cree que su aventura en el evento tendrá un corto recorrido. “Me sorprendería ganar a De Miñaur. No me preocupa mucho. Lo único que me cambia es a nivel emocional. A nivel personal o deportivo, no me genera nada. Para mí, son mucho más importantes otras cosas, a día de hoy. No aspiro a ganar. Si aspirara a algo grande, tendríamos otra conversación, que es la que hemos tenido durante 15 años. Estamos en otro momento. El sábado es otra oportunidad de probarme tenísticamente”, comentó al respecto.

“En Barcelona jugué un set, el segundo no se pudo. Es una oportunidad de jugar contra un rival que me pone las cosas muy difíciles. Te regala muy poco. Son partidos que para ganarlos se necesita de tiempo y esfuerzo físico en la mayoría de puntos. Hay que ver hasta qué punto estoy capacitado. Mi primera prioridad, a día de hoy, es intentar que no suceda algo más. Para poder darme la oportunidad de poder seguir. En año y medio, es la primera vez que juego dos semanas seguidas. Estoy entrenando. Para mí, eso es importante también. Días mejores, días peores. Voy a intentar salir a disfrutar y competir. No descarto nada, pero hoy no soy favorito”, se resignó Nadal.

“Tuve que esforzarme mucho para alargar mi carrera, pero he mantenido siempre la presión, la pasión, la ilusión y ese espíritu”, quiso poner en valor el campeón de 22 Grand Slam. Que, al poco, volvió a hacer gala del hambre competitiva que siempre le ha caracterizado. Sazonada, en la actualidad, con un escenario que va asimilando mejor a medida que pasa el tiempo: “No creo que en ningún caso me vaya a ir contento al cien por cien de este torneo. Si me voy sin hacerme daño, con la sensación de que he podido jugar y competir, sin que ocurra nada, y soy capaz de jugar a un nivel competitivo el sábado, podré decir que ha sido otra semana que está aprobada. Después, será el momento de dar un paso más. Pero no sé si es hoy o dentro de dos días cuando lo tengo que dar. Tengo que darme la opción. No tengo necesidad para nada de quitarme presión. Simplemente, creo que es importante darme la opción de ver cómo puedo ir adaptándome a la competición. Y aunque sea a veces difícil de entender, es que yo he jugado muy poco durante año y medio. Necesito tiempo para ver cómo se me adapta todo”.

Aun así, a Nadal le duele que la moneda haya caído así, y no de otra manera. “Me gustaría que hubiera pasado otra cosa. Que lo que está sucediendo estas semanas hubiera podido suceder en Australia, Brisbane, Doha, Indian Wells… y estar hoy en otra situación. Pero, desgraciadamente, no ha podido ser. Lo de Brisbane sucedió. Pero cuando paras tu cuerpo, es otra vez empezar de cero. Y cuando empiezas de cero, ocurren cosas en un físico como el mío. Han ocurrido y no me han permitido seguir esa evolución progresiva. Quizás en Australia me veía mejor de lo que yo estaba a nivel físico. Forcé y pasó lo que pasó. Fue un error. Me había preparado dentro de lo posible bien y me sentía mejor preparado de lo que me siento hoy. Y después, desgraciadamente, han ido pasando cosas. Me hubiera encantado jugar la temporada de tierra a mi cien por cien”.

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“Ganar o perder es parte de nuestro día a día. A veces, lo que cuesta más es salir. Y salir a tope. Pase lo que pase, hasta el final. Hoy tengo que ir con un poquito más de cuidado. Para alguien que entiende el deporte como esforzarme al máximo y luchar hasta el final, sea cual sea momento, resultado y posibilidades de ganar, es difícil estar en esta situación. A nivel mental. Pero tengo la experiencia, lo he aceptado y trabajo con ello diariamente. Momentos más y menos felices, aceptando las cosas como son e intentar cada día dar un poquito más. Pero sin ningún tipo de drama. Para nada hablo en el sentido negativo. Estar aquí significa mucho. Hace tres semanas, no sabía si volvería a jugar un partido oficial. Para mí, esto es una gran noticia. Estando aquí, pueden suceder cosas. En el deporte, las cosas cambian rápido. Hay que intentar estar donde estoy para que esto ocurra”, declaró también.

A Nadal no le queda más remedio que, en estos momentos, vivir en el presente más inmediato. “Lo estoy intentando, como siempre. Veremos. No soy negativo: soy realista. Estoy intentando explorar qué puede pasar estas dos próximas semanas”, resumió. Con olor a último baile flotando en el ambiente, la paciencia es la mejor consejera para Rafa. Y a día de hoy, como se suele decir, lo importante es participar. ¿Qué pasará más adelante en su caso? Quién sabe.