El histórico capitán del Athletic Club, Iker Muniain, cierra un capítulo emblemático en su carrera tras anunciar su marcha del equipo rojiblanco. Con 15 temporadas defendiendo la camiseta, Muniain se despide como uno de los jugadores más icónicos del club, acumulando 557 partidos, una cifra que le sitúa como el segundo jugador con más encuentros en la historia del equipo, solo superado por los 614 de Iribar. Entre sus logros destacan dos Supercopas y el tan deseado 25º título de Copa del Athletic Club, acabando con una sequía de 40 años en esta competición. Este adiós no solo pone fin a una era de lealtad y pasión, sino que también abre las puertas a celebraciones y homenajes, con un evento en San Mamés abierto al público que promete ser tan histórico como la carrera del jugador.
Desde su llegada a Lezama a los 12 años, Muniain se distinguió por su talento y determinación. A los 16 años, dejó su marca al debutar con el primer equipo, un hito que lo ubicó en paralelo a leyendas como Piru Gainza. Su primer gol oficial lo convertiría en el jugador más joven en anotar con el Athletic, una hazaña solo superada en 1914 por Txomin Acedo. A lo largo de su trayectoria, el de la Txantrea ha engrandecido la historia del club con goles memorables y actuaciones que quedarán grabadas en la memoria colectiva de la afición zurigorri.
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Como en su día hicieron otras grandes leyendas rojiblancas, Muniain prefirió quedarse en casa y competir con los suyos, lo que refleja la elección del futbolista de permanecer fiel al equipo que lo vio crecer. Esta decisión lo convirtió en un ídolo indiscutible para la afición y en un pilar para las nuevas generaciones que ven en él un modelo de profesionalismo y pasión por el fútbol. “Su nombramiento como capitán ha estado siempre a la altura de la institución”, refleja en el comunicado que ha emitido el club.
Un adiós voluntario
El anuncio de su salida no solo marca el final de una era, sino que también celebra una carrera excepcional marcada por la dedicación y el sacrificio. Las lesiones graves de rodilla que superó son testimonio de su fortaleza y compromiso con el deporte y el club. Muniain se despide dejando un legado de entereza y amor por el Athletic, simbolizado en la final de Copa y la emblemática fiesta de La Gabarra. Marcó uno de los penaltis decisivos y levantó el trofeo junto a De Marcos, encapsulando un momento de triunfo y alegría compartidos con compañeros y afición.
El Athletic Club prepara un homenaje digno de su trayectoria, un evento que promete reunir a la comunidad del fútbol en reconocimiento a uno de sus más grandes jugadores. A lo largo de su carrera, Muniain se ha convertido en un símbolo del Athletic Club, encarnando el espíritu de lucha y la dedicación que define a la entidad.
“Llegué a Bilbao con 12 años siendo un niño, y hoy, casi dos décadas después, vengo a anunciar mi marcha al final de esta temporada, después de 15 años en el primer equipo. Me voy feliz, con el sueño de haber levantado el tan deseado vigésimo quinto título de Copa y haber sacado la Gabarra 40 años después. Ha sido algo increíble, la unión entre afición y equipo demuestra que somos únicos. Ha sido una decisión difícil, pero creo que es lo mejor tanto para el Athletic como para mí. Como dice una de las canciones que hemos cantado en las celebraciones, ‘confieso que ha sido lo mejor de mi vida, pero ahora mi amor ha llegado el momento de separarnos’. Estos partidos que nos quedan pelearemos por alcanzar ese puesto de Champions”, dice el capitán rojiblanco en el vídeo de su renuncia publicado por el club.