Las devastadoras consecuencias para el Celta si no llega a un acuerdo con Rafa Benítez por su indemnización tras el despido

Nada de lo que se imaginaban en el Celta cuando se hicieron con los servicios de Rafa Benítez se ha cumplido. En lo deportivo, el equipo no ha sido competitivo, más allá de ciertos pasajes en contados partidos, y careció de ilusión y patrón de juego ofensivo. En lo social crecieron las protestas de una afición cansada, que en cada partido hacía del “Benítez vete ya” su grito de guerra. Y en lo institucional aumentó la calma tensa de Marían Mouriño, que aguantaba al técnico en el cargo para evitar pagar el finiquito, y precisamente eso es lo que ha hecho volar todo por los aires.

Rafa Benítez llegó a Vigo con un contrato de tres años (2+1) y con el sueldo más alto que jamás ha tenido un entrenador en el club celeste. El Celta hizo un gran esfuerzo para cerrar su fichaje y él rechazó los cantos de sirena que le llegaban desde el fútbol árabe para encabezar el primer proyecto de Marián Mouriño. Romper ese vínculo a lo largo de su duración supondría un duro golpe al límite salarial de la próxima temporada, ya que el finiquito del técnico ascendería hasta los nueve millones de euros. Un mes has pasado desde que el club vigués prescindiese de los servicios del técnico y la liquidación de su contrato sigue sin cerrarse.

El pasado viernes era un día importante para acercar posturas entre el club y los abogados de Benítez, citados en el SMAC (Servicio de Mediación Arbitraje y Conciliación) al que se acude cuando hay un desencuentro en el despido. Sin embargo, la reunión concluyó sin acuerdo y las posturas de ambos aún están lejanas, con lo que al Celta le espera un arduo trabajo para resolver este asunto antes del 30 de junio. No resolver la situación de Benítez antes de esa fecha impediría al equipo vigués realizar nuevas incorporaciones de jugadores en la apertura del mercado veraniego.

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La forma y condiciones de la liquidación del contrato del técnico tendrá su incidencia en la capacidad del Celta para la próxima temporada, que verá como más de una octava parte de su límite salarial total se la comerá el finiquito de Benítez. Para esta temporada, el límite salarial del club vigués es de 80 millones de euros, cifra similar de cara al próximo curso, con lo cual, los nueve kilos de indemnización tendrán su impacto de cara a la planificación del próximo curso. El acometer fichajes de jugadores con alta ficha podría verse mermado, al igual que al asumir algunos sueldos de la actual plantilla.

El pasado mes de diciembre Rafa Benítez era ratificado por la presidenta del Club, Marián Mouriño, quien declaraba en una rueda de prensa que tenía “total confianza en Rafa, creemos que es capaz de darle la vuelta a la situación. Tiene experiencia, ha vivido situaciones como ésta por ejemplo en el Valencia y ha sido capaz de revertirlo. La confianza es plena hasta el final de temporada”. La crisis del equipo era notable, pues en los últimos diez partidos tan solo había podido sumar un triunfo y un empate.

Esto había hecho que el Celta estuviese rondando los puestos de descenso a Segunda División durante gran parte del campeonato, lo que ha terminado por precipitar la salida de Rafa Benitez. Además, el técnico madrileño había perdido a su gran valedor en la entidad viguesa. Luis Campos fue asesor deportivo del Celta y su contrato fue rescindido el pasado mes de diciembre, por lo que Benítez decía adiós a la persona que más había confiado en él desde su aterrizaje.

Rafa Benítez se marchó dejando al Celta de Vigo al borde del descenso, ya que es el equipo que marca la permanencia en la decimoséptima posición. Su bagaje en liga ha sido de cuatro victorias, nueve empates y 14 derrotas. Algo mejor le fue en la Copa del Rey, donde alcanzó los cuartos de final tras lograr cuatro triunfos y sumar un único partido perdido, frente a la Real Sociedad.