Manchester City y Real Madrid. Real Madrid y Manchester City. Dos equipos empeñados en convertir su rivalidad en la nueva tradición del Viejo Continente. Primero vencieron los blancos en las semifinales del curso 2015/2016. Seis años más tarde volvieron a ser su bestia negra al remontar en el Bernabéu una eliminatoria imposible. Tres goles en cinco minutos que llevaron el delirio a la grada blanca. La venganza inglesa no tardó en consumarse, una sola temporada después, el equipo de Guardiola pasó por encima de los de Ancelotti en Manchester y a la postre terminó conquistando su primera Orejona. De nuevo el destino ha querido que ambos clubes se batan por una plaza en semifinales.
Cuarto capítulo entre dos de los reyes del fútbol actual, siendo el último el que más se recuerda. Por la épica remontada, por lo que se vivió en la grada y por un marcaje, el de Rüdiger a Haaland, que dio la vuelta al mundo. “Estaba absolutamente tranquilo. Sé hasta dónde puedo llegar si estoy al 100% tanto física como mentalmente. Se creó una circunstancia que me encanta. Los días previos, los medios de comunicación se preguntaban si yo iba a ser capaz de defender a Haaland. Había muchas dudas en el ambiente y si te soy sincero, me encanta esa atmósfera: brillo más cuando la gente duda de mí”, aseguró.
Flashback del trabajo bien hecho
Motivos no le faltan al central alemán, porque cuando Eder Militão vio en Stamford Bridge la tarjeta amarilla que le impedía jugar la ida de las semifinales contra el Manchester City de Erling Haaland, la inquietud agitó al madridismo. No obstante, a Rüdiger le sucedió lo contrario. Comenzó a visualizar los días previos la ocasión de medirse al noruego que aterrorizaba defensas por toda Europa. Llegado el momento, lo secó. Y lo desesperó. Desde que supo que iba a ser titular se metió en la mente del noruego, que lo notó a los dos minutos de partido. Se descolgó para recibir y Rüdiger se le echó encima y evitó que se girara.
Fue el comienzo de una noche intensa, de la que queda un clip de vídeo icónico: el alemán asoma la cabeza bajo la axila derecha del noruego, luego bajo la izquierda, no se despega de él con una colección de maniobras desconcertantes mientras el noruego, paciente, sigue una jugada lejana. “Son cosas que no planifico, es el momento, lo que me surge. Puedo decir que al final, lo que haré será asumir ese duelo de forma personal, soy un jugador defensivo ante un súper delantero. Pero eso me nace en el momento”, explica un Rüdiger que le ganó la batalla psicológica.
Haaland registró esa noche el número más bajo de intervenciones de todos los jugadores, porteros incluidos: solo 21, un tercio menos que las más de 30 que promediaba en el curso. El exjugador del Manchester United, Rio Ferdinand, se rindió al alemán: “Fue la mejor defensa que he visto de un central a Haaland”. Rüdiger fue titular bajo sospecha, pero su actuación abrió el debate sobre si debía ser titular. Esta temporada, las circunstancias del Real Madrid -Militão y Alaba lesionados durante meses y Nacho en horas bajas- le han permitido emerger como el central estandarte de la zaga.
Esta temporada ha jugado el 82% de los minutos, frente al 68% del curso pasado. Y con registros históricos. Los 20 goles encajados por los blancos en Liga suponen su tercera mejor marca -0,67- de imbatibilidad de su historia. Su presencia generó dudas, las mismas que se trasladan a su rival de este martes. El año pasado había marcado nueve goles en los nueve partidos del mes anterior al cruce, mientras que este cuenta solo uno en siete. Roy Keane, exjugador del Manchester United, dejó un duro análisis del noruego. “Ante la portería es el mejor del mundo, pero como jugador en general, es tan pobre”.