Yo jugué con Marc Gasol: “Llegaban los veranos y le ponían recto, el pobre sólo comía sandía”

Jorge Garbajosa, Rodrigo de la Fuente, Pablo Aguilar, Javier Beirán y Rodrigo San Miguel recuerdan para ‘Infobae España’ su tiempo junto a la leyenda del baloncesto español, a quien los Memphis Grizzlies retiran el número 33 este 6 de abril en la NBA

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Marc Gasol a lo largo de su carrera (Montaje Infobae)
Marc Gasol a lo largo de su carrera (Montaje Infobae)

“Un verano, dio la casualidad de que veraneamos los dos juntos en el mismo camping. O ellos iban donde yo veraneaba a jugar a las canchas que teníamos ahí en el camping. Marc Gasol y yo sí que nos conocíamos un poco, pero igual no habíamos entablado relación del todo. Me acuerdo de estar allí. Dio la casualidad de que estaba su hermano Pau también. Yo tenía 11-12 años y Pau me parecía gigante. Y aún no era lo que llegó a ser, que aún estaba empezando. Puede ser uno de mis primeros recuerdos. Haber jugado y compartido un 3x3 en verano”. Quién le iba a decir a Rodrigo San Miguel que aquellos chavales con los que disfrutaba de una pachanga estival lograrían que su apellido pasara a la posteridad gracias al baloncesto. Pero los Gasol, entonces simplemente Pau y Marc, lo consiguieron.

Ahora es el turno de aplaudir las hazañas del mediano de la saga, que anunció su retirada del deporte de la canasta el pasado 31 de enero, a los 39 años, y a día de hoy sigue recogiendo los frutos de su extraordinaria carrera. Este sábado 6 de abril, los Memphis Grizzlies, uno de los equipos de su vida, retirarán la camiseta con el número 33 de Marc Gasol. Todo un mito viviente de la franquicia, donde el pívot español forjó el grueso de su legado estadounidense durante 11 temporadas (de 2008 a 2019). La enumeración de hitos que firmó es magistral: Mejor Defensor de la NBA en la 2012-2013; tres veces All-Star; incluido en el primer y segundo Mejor Quinteto de la liga; finalista de la Conferencia Oeste en 2013; más veces titular que nadie (762); máximo reboteador (5.952 capturas) y un largo etcétera.

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Fue precisamente en Tennessee donde Marc empezó a apuntar maneras. En el instituto Lausanne Collegiate School de Memphis, fue tan importante como acabaría siéndolo en el equipo NBA de la ciudad. Aterrizó allí en 2001, un año en el que ya se colgó un bronce sub-16 europeo con España. Junto a un San Miguel que no duda en reconocer: “Nadie pensaba que Marc iba a continuar la evolución de su hermano”.

El otrora base aragonés, que colgó su propia camiseta el pasado verano, se explica. “No era un jugador que destacara mucho en categorías inferiores. Era grande, tenía muy buena mano, pero no era el más importante de su equipo. Ni el más bueno o el que más balón asumía. Se veía que iba a ser muy grande, pero le faltaba mucho por desarrollarse. Físicamente, aún estaba en un proceso. Era uno más”, confiesa a este periódico.

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“Le costó llegar a ser un jugador top en categorías inferiores. Su desarrollo fue lento. Recuerdo que en la U20 era nuestro mejor jugador, sobre el que se fijaban las defensas, pero hasta entonces no terminamos de darnos cuenta de lo que podía llegar a ser Marc Gasol. Sí que había otros compañeros, como Rudy Fernández, que ya con 15 o 16 años empezaban a despuntar y veíamos que iban a ser la bomba. Pero Marc no era ese perfil. De hecho, había varios de la generación del 85 que fuimos con la del 84, y Marc no estaba entre esos: Rudy, yo, Miquel Feliu… Marc aún tardó otro año más. Hasta la U18, que creo que sí que ya estuvo con nosotros”, recuerda también.

Marc Gasol en la actualidad (Europa Press)
Marc Gasol en la actualidad (Europa Press)

Un tocayo suyo, Rodrigo de la Fuente, compartió vestuario con Marc, después de haberlo hecho con Pau, durante tres temporadas, las primeras del de Sant Boi como profesional. El destino fue idéntico al de su hermano mayor: el Barça. A este otro director de juego célebre en nuestro panorama baloncestístico no se le olvida lo que hizo su compañero en el primer curso que completó como azulgrana (lo sería entre 2003 y 2006): “Nos puso en la pizarra una frase. ‘En un tiempo, me veréis jugar por la tele’. Dijo la verdad. Fue curioso porque lo escribió muy joven”.

Un cambio físico “increíble y admirable”

Si hay algo que llama la atención sobre el primer Marc Gasol, eso es, de forma inevitable, su físico. Un tema que no tardó en intentar corregir muy seriamente, para admiración de quienes le rodeaban. “Era muy joven, pero también con las ideas muy claras. Fue consciente de sus limitaciones al inicio, sobre todo físicas, y se puso manos a la obra desde el principio para revertir eso. Trabajó superduro para ello. Hizo una supertransformación física poco a poco. Fue increíble y admirable el esfuerzo”, apunta De la Fuente.

Nada más arrancar su viaje, Marc supo qué pasos debía seguir para que las cosas le fueran bien. “Era muy respetuoso con el resto de compañeros. Sobre todo, los que eran más veteranos que él. Con muchas ganas de mejorar. Se dejaba aconsejar. Era muy amigo de Juan Carlos (Navarro), por la relación con Pau”, valora el madrileño. Esa cercanía existió desde el día uno, como también corrobora San Miguel. “Era un tío muy divertido, siempre estaba haciendo bromas. Yo creo que ni él mismo se daba cuenta del potencial que tenía. Íbamos a pasárnoslo bien. Compartimos habitación un par de años. En la Blume de Madrid, en verano. Era casi como ir de campamentos. Un tío muy cercano. Que no le daba importancia, ni mucho menos, a que cuando ya empezábamos a ser un poco más mayores (16-17 años), su hermano entró en la NBA. No se las daba nada porque su hermano era Pau Gasol. Eso le hacía mejor: que fuera un tío campechano”, detalla.

Es este último quien, entre risas, ejemplifica cómo el peso llegó a ser una obsesión, por la corrección del mismo que demandaba el juego, con Marc. “Cuando volvía de Estados Unidos, venía con sobrepeso y le tenían a dieta en la selección. No le dejaban comer nada. Mi abuela me mandaba unas bolsas con unas rosquillas. Y el jodío, como en el día a día no le dejaban comer y le tenían a dieta… Las rosquillas de mi abuela volaban en la habitación. Ella me preguntaba ‘¿qué tal las rosquillas?’. Y yo le decía ‘quedan pocas’”, bromea San Miguel, que sentencia, igualmente divertido: “Llegaban los veranos y le ponían recto. Me acuerdo de que el pobre sólo comía sandía”.

Marc Gasol en la final del Mundial 2006 (TOSHIFUMI KITAMURA/AFP/Getty Images)
Marc Gasol en la final del Mundial 2006 (TOSHIFUMI KITAMURA/AFP/Getty Images)

Ante la falta de oportunidades, Marc acabaría saliendo del Barça en verano de 2006. Un antes y un después para él gracias a su debut, prácticamente de casualidad pero pisando fuerte, en la selección española absoluta, con la que conquistó nuestro primer Mundial en Japón. “Cayó de pie por su forma de ser. Una mezcla muy curiosa de a ratos ser muy extrovertido y al rato ser muy introvertido, pero con un carisma muy especial desde jovencito. Y el carisma no tiene nada que ver con lo importante que eres para el equipo, los puntos que metes o dejas de meter”, nos cuenta Jorge Garbajosa.

El exjugador y expresidente de la Federación Española de Baloncesto (FEB), hoy al frente de FIBA Europa, saca a colación una escena de ese campeonato especialmente señalada para él. “Recuerdo una foto que tengo de cuando Pau se lesiona en la semifinal del Mundial 2006 y le estamos sacando Marc y yo a la sillita de la reina porque no puede andar el pobre. Para mí, esa imagen significa mucho. Con Marc, hemos vivido cosas también fuera de la cancha que nos han hecho ser fuertes y unirnos. Esa foto, para mí, es idiosincrásica de dos personas a las que tengo un aprecio excepcional y una admiración tremenda”, asegura a Infobae España.

Garbajosa y los hermanos Gasol, al lesionarse Pau en 2006 (Reuters)
Garbajosa y los hermanos Gasol, al lesionarse Pau en 2006 (Reuters)

Ese oro planetario daría alas a Marc en la élite. Fue la antesala de una explosión definitiva en Girona, donde nació un idilio que continuaría, más tarde, para ponerle conclusión y darle nuevo principio a toda una existencia baloncestística. Los ecos de su 2007-2008, MVP de la ACB incluido, aún resuenan. “Espectacular. Fue como ‘eres capaz de hacerlo todo en la cancha’. Dio un cambio físico importante y creo que fue el año que le catapultó para ir donde tenía que ir”, resume Rodrigo San Miguel.

“Lo importante era involucrar al resto”

Ya en 2013, con un prestigio más que ganado y erigido en uno de los pilares indiscutibles del equipo nacional, Gasol marcó sobremanera a Pablo Aguilar con motivo de un Eurobasket en el que España se hizo con el bronce. “Aprendí muchísimo de él. Tanto de la manera en la que él jugaba como de su forma de comportarse dentro de un vestuario y de ser líder. A mí me enseñó muchísimo, sobre todo ese campeonato. Más allá de lo deportivo, Marc es una persona excepcional. Dentro de la superestrella que ha sido, esa humildad que tiene y esa manera de tratar a las personas, hablar y ver todo le hace especial”, destaca el ala-pívot granadino, actualmente en el Fukuoka Rizing nipón.

“Era un Eurobasket un poco diferente, porque había bajas y era una selección atípica a la que estábamos acostumbrados. Marc era un poco la luz que todos los pívots seguíamos en ese momento. El que marcaba los pasos y las vías a seguir. Me ayudó y enseñó mucho. El cómo tirarse un equipo a las espaldas en un verano complicado, en el que a lo mejor la gente tenía más dudas de la selección. La manera en la que él asumió esa responsabilidad me enseñó muchísimo y me ayudó mucho a la hora de afrontar ese campeonato”, recalca Aguilar.

“Ni él mismo se daba cuenta del potencial que tenía”

Tiene otra lección más especialmente marcada: “Hay que competir entrenando y jugando. En todo hay que intentar dar lo mejor de cada uno y predicar con el ejemplo. Era el primero en todo, el que siempre hacía el máximo e intentaba guiar al equipo sobre cómo se tenían que hacer las cosas”. A tenor de sus palabras, Marc no pudo volcarse más. “Siempre te daba consejos. ‘Oye, en la siguiente jugada intenta hacer esto y en la siguiente jugada intenta hacer aquello’. Y siempre te daba el consejo correcto y siempre te encontraba a ti o al compañero que estaba abierto. Era muy fácil jugar con él, porque siempre encontraba tanto su ventaja como la ventaja del equipo en el momento correcto y adecuado”.

Marc Gasol con los Memphis Grizzlies (AP Foto/Brandon Dill, Archivo)
Marc Gasol con los Memphis Grizzlies (AP Foto/Brandon Dill, Archivo)

Garbajosa va en la misma línea. “Pocos jugadores he visto en una cancha con la visión de juego que tenía Marc. No sólo en el poste bajo, sino también desde el poste alto y en cualquier situación. Y, a la vez, con ese altruismo. A veces, incluso demasiado. Recuerdo, estando ya de presidente o manager, decirle ‘toma más tiros’. Y dice ‘no, lo importante es que los chicos se sientan involucrados, tengan su protagonismo, sus tiros… A mí no me importa, yo no juego a eso’. Es una mentalidad de cuna de altruismo. Sólo tenía un problema: como no estuvieras muy atento, te pegaba con el balón en la cabeza, porque él veía el pase un segundo antes que los demás”, elogia.

El caso es que sus habilidades privilegiadas estuvieron ahí en todo momento. “Siempre ha sido muy fácil jugar con él. Su IQ, su talento, su visión, era impresionante. Ya veías la manera de pasar. Era un conocimiento del juego muy superior al de una persona de su edad o incluso un veterano. La manera de entender el juego, de explicar cualquier cosa, era, a esa edad, sorprendente”, asevera Rodrigo de la Fuente. Eso sí, puede que el culmen de Marc en la cancha llegase en 2019.

“Fue como ‘toma, te lo has ganado. Pero, aparte, la jerarquía manda’”

En el segundo Mundial baloncestístico que se apuntaron los nuestros, Marc, recién conquistada la NBA con los Toronto Raptors, se mostró arrollador. Aun con el inmenso tute que llevaba a cuestas. “Había jugado no sé si eran ciento y algo partidos. Entonces, venía destrozado. Era de los torneos en los que él ya era, junto a Ricky Rubio, la referencia. No éramos de los favoritos, no era un año fácil, y se le notaba ese cansancio. Pero bueno, yo aluciné con tener un compañero como Marc después de ser Mejor Defensor y campeón de la NBA. Lo cercano que era y lo involucrado que estaba con el equipo. Y cómo gestionó ese torneo. No fue fácil para él al principio, por cómo estaba jugando, a nivel de resultados, y por lo que se le exigía, pero nos llevó a una semifinal mágica. Cada vez que la recuerdo o la reviso, no se me olvidan esos cuatro tiros libres que mete y cómo juega. Nos da ese pase a la final, que era la medalla asegurada y los Juegos Olímpicos de Tokio, también”, ensalza Javier Beirán, quien triunfó junto a Gasol en China.

El alero madrileño, comentarista televisivo y jugador de 3x3 de nueva cuña, entre otros menesteres, comparte la misma visión grandiosa sobre Marc. “Hacía todo bastante sencillo. Con movimientos muy buenos, también hay que decirlo. Ese tiro de media distancia, tanto a la media vuelta como sin media vuelta. Esas continuaciones. Incluso cuando hay que ser un poco más físico para acabar, pues también serlo. Pero, sobre todo, jugar con la inteligencia para atacar y para crear. Creaba muchos mano a mano. Recuerdo muchas situaciones con Ricky. Le daba mucha ventaja. Jugar con gente así atrae a dos muchas veces, y eso facilita a otros. A (Pierre) Oriola le dio mucho, a (Víctor) Claver… Les daba jugadas, puntos un poco extras por su visión y por esa atención que siempre captaba”, relata.

“Era un tipo con un carisma dentro del vestuario que no necesitaba hablar mucho para transmitir muchísimo”, menciona Garbajosa, cuyas vivencias con Marc no merecen caer en saco roto. Para muestra, esta referente al cierre de la primera fase de aquella cita mundialista, ya con el madrileño como directivo de cabecera: “Ganamos en los últimos minutos un partido que supuestamente debes ganar fácil. Quería ver si podía ayudar en algo, si hay algo que esté pasando de lo que tú no te has dado cuenta y en lo que hay que meter mano. Y me acerqué a él en el autobús. Estaba solo. Le dije ‘oye Marc, tío, ¿pasa algo? ¿Va todo bien?’. Me miró con esa cara de tranquilidad absoluta y me dijo ‘Sí, ¿por qué?’. Digo ‘no sé, tío, estamos sufriendo para sacar partidos adelante. Nos cuesta un poquito, nos falta un poco de ritmo. ¿Pasa algo?’. Y me dice ‘no, todo va según el plan’. Y de todos mis nervios no me dijo nada. Si me lo dice cualquier otro, probablemente me hubiera puesto hasta más nervioso. Pero me dio mucha paz. Me dio tranquilidad saber que si Marc y Ricky (luego hablé también con él) estaban tranquilos, era porque teníamos motivos para estarlo”.

Marc Gasol en un partido con España en Tokio 2020 (Pool via REUTERS/Aris Messinis)
Marc Gasol en un partido con España en Tokio 2020 (Pool via REUTERS/Aris Messinis)

Cuando estaba al frente de la FEB, “una personalidad muy apasionante”, la de Gasol, le acabó de prendar por completo. “Me acuerdo de las concentraciones. Te levantabas por la mañana, le veías la cara y ya sabías que andaba torcido, que algo había pasado. O al revés: le veías y estaba contento y con un carisma brutal para trascender a lo que es un mero compañero. Yo creo que la exhibición que dieron de liderazgo personal y mental tanto Ricky como Marc en el 2019 sería para que la analizaran las universidades. No sé si de psicología o de deporte o de qué, pero fue espectacular la capacidad que tenían para mantener la calma en los momentos más complicados, motivar al compañero que está un poco más tal, mantener la ambición cuando parece que no hay muchas esperanzas. Es algo para estudiarlo”, considera Garbajosa.

Nada más asegurarse la Copa Mundial, hubo otra anécdota digna de mención, verbalizada en la actualidad por Beirán. “Ya habíamos ganado y recuerdo que la última posesión la teníamos Quino (Colom) y yo. Se la pasé a Quino y se quedó el balón. Me acerqué en algún momento y le dije ‘Quino, si no quieres el balón, dámelo’. Tampoco soy un loco de los recuerdos, pero esto no es un recuerdo normal. Y me dijo ‘vale, vale’. Y justo llegó Marc y le hizo un gesto a Quino. En plan ‘dame el balón, que este balón me toca a mí’. Y fue como ‘toma, te lo has ganado. Pero, aparte, la jerarquía manda’. Quino y yo nos quedamos como diciendo ‘bueno, no pasa nada’. Y ya luego nos cogimos otro”, refiere a Infobae España.

“Esa humildad que tiene y esa manera de tratar a las personas, hablar y ver todo le hace especial”

“Su gran mérito es haber creado su propia leyenda”

Aquel fue el cierre del palmarés de Marc Gasol con España, uno de los más lustrosos habidos y por haber: dos Mundiales, dos Eurobasket, dos platas en los Juegos Olímpicos, otra plata más a nivel continental y dos bronces de nuevo en el Viejo Continente. A esto hay que sumarle un anillo de la NBA, una ACB y una Eurocup en lo que respecta a los clubes. Todo ello quitándose una etiqueta que podría haber sido una auténtica losa para él.

“Tiene mucho mérito. Para mí, vivir a la sombra de su hermano no es nada fácil. Y conseguir hacerse reconocible. Tú dices Marc y todo el mundo piensa en él. Nadie piensa en el pequeño de los Gasol o el hermano de Pau. Yo creo que ese es su gran mérito. El haber hecho una carrera por supuesto con un cariño con su hermano y su familia extraordinario, pero haber roto ese vínculo y haber creado su propia leyenda. Porque es una leyenda absoluta”, opina Garbajosa. De la Fuente coincide: “Ser capaz de borrar eso o quitarlo o que la gente deje de decir eso… Yo no sé qué tienes que hacer. Pues Marc lo hizo. Hizo su propio camino. Y eso es admirable, porque era una injusticia de presión que se le puso. No ayudaba para nada. Estamos hablando de Pau, el mejor jugador de la historia en España. Eran comparaciones constantes”.

No obstante, Marc se ganó un nombre propio. Y con creces. Tanto como para que Pablo Aguilar, y otros tantos, lo dejasen todo por él en cierta ocasión. “Tenía una boda por Pamplona. Mira que no era la mejor fecha para mí en ese sentido, pero cuando me llamaron para el Pau VS Marc (partido benéfico celebrado en 2018 en Girona con amigos de ambos) me hizo una ilusión tremenda. Y, obviamente, les dije que sí, porque me hacía mucha ilusión formar parte de ese partido y poder vivir con ellos esa experiencia. Y me fui directamente desde la boda, desde Pamplona a Barcelona en el coche con mi mujer, para jugar el partido”, pone en valor. “Al final, no están tan lejos de cualquiera de nosotros, que eso es lo que más impacta”, completa Beirán, también presente esa jornada.

Marc Gasol en un partido con Girona (EFE/David Borrat)
Marc Gasol en un partido con Girona (EFE/David Borrat)

Una vez retirado, Marc podrá centrarse en la Gasol Foundation y, sobre todo, en ese Basquet Girona que preside con tanto mimo. “Es un proyecto de corazón, de agradecimiento, de cariño, de devolverle un poco a Girona que cuando su carrera estaba un poquito en entredicho, fue allí y, aparte de en la selección, se hizo el jugador que es. Tiene esa parte de sentimental y pasional de Marc, pero luego la gestión que está haciendo prácticamente en cinco o seis años, colocar desde Primera Autonómica hasta la ACB a un club como Girona, habla de una capacidad mental única. Esa faceta directiva ahora combina sus dos personalidades: la sentimental-pasional y la de la inteligencia y profesionalidad”, sentencia Garbajosa. Por si cabía alguna duda, nuestro quinteto ha hablado, y a las mil maravillas: el FedExForum está aún más preparado si cabe para acoger, en un techo que hace las veces de Olimpo, la zamarra de un baloncestista legendario.

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