
La falta de noticias sobre Rafa Nadal en los últimos días era más que preocupante y ahora por fin entendemos el porqué. Ha sido el propio tenista balear el que ha confirmado los peores presagios, que ya venían anunciándose esta misma semana: también renuncia a disputar el Masters 1000 de Montecarlo, primera parada de esa gira de tierra batida que tantas alegrías le ha dado a lo largo de su carrera.
¡Hola a todos! Están siendo tiempos difíciles para mí deportivamente hablando.
— Rafa Nadal (@RafaelNadal) April 4, 2024
Desgraciadamente os comunico que no voy a jugar en Montecarlo. Simplemente mi cuerpo no me deja. pic.twitter.com/oibcC4pBXo
“¡Hola a todos! Están siendo tiempos difíciles para mí deportivamente hablando. Desgraciadamente, os comunico que no voy a jugar en Montecarlo. Simplemente, mi cuerpo no me deja”, arranca el comunicado con el que la leyenda del deporte de la raqueta ha oficializado que causa baja en el Principado. Ha acompañado estas palabras en las redes sociales de un vídeo en el que se le ve entrenando en las instalaciones de su academia en Mallorca. Allí donde ha trabajado sobre el polvo de ladrillo en las últimas fechas para llegar a un evento del que finalmente, por sus problemas físicos, va a tener que apearse.
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“Y aunque sigo trabajando y esforzándome al máximo cada día con la ilusión de poder competir en torneos que han sido muy importantes para mí, la realidad es que a día de hoy no puedo”, expone Nadal con todo el realismo posible. “No os imagináis lo difícil que es para mí no tener la oportunidad de poder jugar estos eventos una vez más. No me queda más que aceptar la situación e intentar mirar hacia el futuro inmediato, manteniendo la ilusión y las ganas para darme la oportunidad de que las cosas mejoren. Un abrazo fuerte a todos y ¡gracias por el cariño y apoyo siempre!”, intenta autoanimarse, en medio del que ya es, a todas luces, el momento más comprometido de su trayectoria.

Esta decisión de Nadal no trae especialmente buenos recuerdos. Hace un año, su ausencia en Montecarlo fue replicada en Barcelona, Madrid, Roma y, aclarando que no volvería en lo que quedaba de temporada, Roland Garros. No verle en la arcilla, su superficie fetiche, da qué pensar, y no en términos precisamente positivos, sobre su estado actual, en un 2024 mucho más aciago de lo que le habría gustado.
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Apenas cuatro partidos en 2024
La lesión en el psoas ilíaco de la pierna izquierda que lastró a Nadal en 2023 (tampoco estuvo en Doha e Indian Wells, además de en los torneos sobre el albero) fue una auténtica pesadilla. Sin embargo, el tan esperado regreso del de Manacor este curso no ha sido, hasta la fecha, el soñado. Ni mucho menos.
Tanto es así que Rafa sólo ha podido disputar una competición a día de hoy: el ATP 250 de Brisbane. Las sensaciones que dejó en la cita australiana, nada más arrancar el tour, no fueron nada malas, pero todo se truncó con mayor crudeza de la prevista inicialmente cuando cayó ante Jordan Thompson en cuartos de final. En ese partido, Nadal sufrió un microdesgarro muscular que le generó molestias en la misma zona de la lesión que le apartó de las pistas la campaña pasada. No parecía nada demasiado preocupante, pero la realidad es que no ha vuelto a ser de la partida en el circuito ATP.
El ganador de 22 Grand Slam sólo volvió a comparecer de forma más o menos competitiva en el Slam de Netflix, el amistoso que le midió a Carlos Alcaraz en Las Vegas en marzo. Quitando esta exhibición y los tres choques que completó en Brisbane (dos victorias y una derrota), las bajas comienzan a acumularse: Open de Australia, Doha, Indian Wells y ahora Montecarlo. Es un hecho que el precedente más inmediato, en ese sentido, no invita al optimismo.
Número 649 del ranking en estos momentos, Nadal lleva más de 666 días, desde el 5 de junio de 2022, sin jugar en tierra. La última vez fue precisamente en la final de Roland Garros, torneo de su vida y en el que se impuso por decimocuarta vez en aquella ocasión. Es la gran competición de la que más ganas tiene de despedirse, con el añadido de que el major que ha dominado como nadie comparte instalaciones, en materia tenística, con los Juegos Olímpicos de París 2024.

A Nadal le encantaría un último baile en la icónica Philippe Chatrier, siguiendo a su cabeza y a su corazón. Pero también debe escuchar a su cuerpo, que ya le ha impedido estar en Montecarlo (11 veces campeón) y genera más incertidumbres que certezas al respecto de su participación en Barcelona (12 títulos) y Madrid (5). Aun estando inscrito, verle en la Ciudad Condal y en la capital española próximamente no está en absoluto claro.
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