La crisis que vive el estamento más elevado del fútbol español, la RFEF, amenaza con seguir prolongándose en el tiempo. Cuando todo apunta a que la Real Federación Española de Fútbol convocará otra vez elecciones a su presidencia este miércoles, la sombra de la sospecha se cierne sobre las mismas. Es así porque existen cuantiosas posibilidades de que estos comicios sean impugnados por el principal azote de Ángel María Villar primero y Luis Rubiales y su entorno después: Miguel Galán.
Aunque se ha pedido al presidente de CENAFE que se eche atrás “por el bien del fútbol”, lo cierto es que su intención de desarbolar el proceso electoral se mantiene. No puede ser más contundente cuando Infobae España le cuestiona directamente si sigue teniendo previsto impugnar: “En principio, sí”. Tiene sus motivos para hacerlo y puede que alguno de ellos llegue a buen puerto.
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En un mensaje al que tuvo acceso este periódico hace unos días, Galán dejaba muy claro cuál es el principal punto por el que considera que no se estaría yendo a las urnas de buena voluntad. “Les recuerdo que más de 40 personas físicas y entidades jurídicas de la actual Asamblea han perdido la condición de asambleísta. Por lo que antes de proceder a la convocatoria de elecciones a la presidencia de RFEF por parte de la Comisión Gestora, deben celebrar elecciones parciales para sustituir a esos asambleístas que han perdido tal condición”, explicaba.
“No tiene ningún sentido celebrar unas elecciones a la presidencia donde el 40% de la misma no puede asistir porque son entrenadores que están entrenando en otro país o futbolistas que han dejado el fútbol o árbitros que ya no pertenecen al Comité de Árbitros. Esto dificulta la obtención de avales para presentarse a la presidencia y además es impugnable ante el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), por lo que retrasaría aún más las elecciones. No vuelvan a cometer el mismo error de convocar unas elecciones sin antes cumplir con otras”, advertía el gran opositor al rubialismo.
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Luis Enrique y Jorge Vilda, entre los asambleístas que han perdido su condición
Hay ocho jugadores profesionales que han dejado de ser asambleístas y no podrían votar, al haberse quedado sin licencia: Alejandro Blanco (de la Reggiana de la Segunda italiana); Alberto Cifuentes (retirado y actual primer entrenador del Cádiz B en Primera RFEF); Adrián González (hijo de Míchel y segundo entrenador en el Al-Adsiadh de la primera liga saudí); Javier López (del Adelaide United de la Primera australiana); José Manuel Marrero (retirado y sin equipo); Alberto Noguera (del Mumbay City de la Primera india); Laureano Sanabria (retirado y sin equipo) y Néstor Susaeta (retirado y sin equipo).
La cifra asciende a 12 en cuanto a jugadores no profesionales. Se trata de Andrea Romero (portera del Granada CF que ahora es profesional) y, sin licencia en todos los casos que siguen, Francisco Javier Fernández (retirado), Bartomeu Riutord (retirado), Vanessa Quintana (retirada), Gerard Puigoriol (retirado), María de los Ángeles García (retirada), Sergio Santos (sin equipo), Manuel Diego Tello (retirado), Emilio José Blanco (retirado), Iván García (retirado), Álvaro Campos (sin equipo) y Mohamed Chakir Kaiouch (sin equipo).
En cuanto a los entrenadores profesionales que ya no tienen licencia, son Luis Enrique, que dirige al PSG, y Jesús Casas, seleccionador de Irak. Entre los no profesionales, están Mikel Azparren (sin equipo), Josep Barceló (sin equipo), Julen Guerrero (sin equipo), Pedro Muro (sin equipo) y Jorge Vilda, que ha pasado de estar al frente del combinado femenino español a comandar al marroquí.
Los árbitros no profesionales que no computarían ya como asambleístas son Víctor García Verdura (se hizo profesional), María Dolores Martínez Madrona (retirada) y Manuel Jesús Orellana Cid (se hizo profesional). También hay varios clubes no profesionales señalados: el CD Hispalis andaluz (ya no está en categoría nacional), el Santfeliuenc FC catalán (ya no está en categoría nacional), el UD Los Garres murciano (ya no está en categoría nacional), el Navarro CF asturiano (ya no está en categoría nacional), el CD Llamoro canario (ya no está en categoría nacional), la SD Amorebieta vasca (ahora está en Segunda, categoría nacional) y el Crevillente Deportivo de la Comunidad Valenciana (ya no está en categoría nacional).
Por último, el futbolista José Miguel Ruiz y el entrenador José Lucas Mena Pato, pertenecientes al fútbol sala, se habrían quedado igualmente sin licencia. En total, hablamos de 39 asambleístas de la Asamblea General, de los 142 miembros con los que cuenta esta, que teóricamente deberían ser renovados, al haber caducado sus cargos. Incluso el propio Reglamento Electoral lo contempla en su Disposición Adicional Única.
“Si un miembro electo de la Asamblea General o de la Comisión Delegada perdiera la condición por la que fue elegido, causará baja automáticamente en aquella. Cuando cause baja un miembro de la Asamblea General o de la Comisión Delegada antes de terminar su mandato, se procederá a la celebración de elecciones parciales en la especialidad, circunscripción y estamento en el que se produjera la baja. Tales elecciones parciales tendrán como finalidad cubrir tan solo aquellas bajas que se haya causado en la especialidad, circunscripción y estamento correspondiente. La pérdida de la condición que pueda dar lugar a dicha baja, requerirá constancia fehaciente de la notificación formal a la persona concernida de aquella pérdida o carencia y del plazo para llevar a cabo su subsanación que no podrá ser inferior a diez días naturales, así como del apercibimiento de las consecuencias en caso de incumplimiento. Si este tuviera lugar pese a ese requerimiento formal, individualizado y debidamente acreditado, se hará efectiva la baja del miembro electo afectado. La Comisión Electoral resolverá. La resolución que acuerde la pérdida de la condición de miembro electo será recurrible ante el Tribunal Administrativo del Deporte en el plazo de diez días hábiles a contar desde su notificación al afectado. Las elecciones parciales deberán convocarse en plazo no superior a dos meses desde que dicha baja se haga efectiva conforme a lo dispuesto en el apartado anterior, siguiéndose el procedimiento establecido en los capítulos II y IV de este Reglamento”, se afirma.
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La Orden EFD/42/2024, de 25 de enero, por la que se regulan los procesos electorales en las federaciones deportivas españolas, aborda el asunto en su artículo 3, sobre precisamente el Reglamento Electoral. Según la Orden ministerial, entre las cuestiones a abordar por este se encuentra la siguiente: “Sistema, procedimiento y plazos para la sustitución de las bajas o vacantes, que podrá realizarse a través de la designación de miembros suplentes en cada uno de los estamentos y circunscripciones y, de no existir suficientes suplentes, mediante la celebración de elecciones parciales”. Este galimatías es motivo suficiente para Galán a la hora de acometer la impugnación. Pero no el único.
Un voto femenino insuficiente
El otro elemento que lleva a poner el grito en el cielo es que la RFEF no cumpliría con la representación femenina mínima en su Asamblea. Contaría con apenas seis mujeres: Andrea Romero, Vanessa Quintana, María de los Ángeles García, Aintzane Gamboa, María Dolores Martínez Madrona y Patricia González. Si la cuota ya es de por sí escasa, hay que tener en cuenta que cuatro están entre los asambleístas que han perdido su condición.
La nueva Orden ministerial habla de un 10% de mujeres si el número de licencias femeninas es inferior al 10% del total de licencias vigentes, de un 25% si el número de licencias femeninas es igual o superior al 10% e inferior al 25% del total y de al menos un 40% si el número de licencias femeninas es igual o superior al 25% del total. Cabe la posibilidad de que la RFEF se agarre a la frase que acompaña la proclamación de cada uno de estos porcentajes: “En caso de no haberse registrado en el correspondiente estamento un número de candidaturas femeninas suficiente para cumplir con este mínimo de representación en el total de miembros electos, dicha representación deberá ser proporcional al número de candidaturas femeninas presentadas y elegibles y el resto del porcentaje no cubierto acrecerá al número de candidaturas masculinas”.
Galán asegura a Infobae España que lo que impugnará será “la baja de condición de asambleístas de Luis Enrique, Jorge Vilda y compañía y que con esta Asamblea no hay voto femenino”. No obstante, las actuaciones de Pedro Rocha (ya se barrunta su posible dimisión) serían un nuevo elemento de peso, teniendo en cuenta lo mucho que ha presionado el líder de CENAFE para que se le inhabilite: excederse de sus competencias al frente de la Gestora federativa, despedir a Vilda y renovar a Luis de la Fuente, entre otros asuntos, habría sido demasiado.
Por tanto, la incertidumbre continúa a la orden del día en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, donde no se consigue cerrar un capítulo tan oscuro como el de la era Rubiales. Con la organización del Mundial 2030 en el horizonte, ni siquiera es descartable que la FIFA tenga que intervenir para que la situación, por fin, se normalice. ¿Objetivo? Ganarle la batalla a unas polémicas incesantes desde el pasado verano.