Fernando Alonso experimentó una montaña rusa de emociones en el Gran Premio de Australia, al pasar de un prometedor sexto lugar a recibir una penalización que lo relegó a la octava posición. El piloto español, quien había iniciado la carrera en décimo lugar, logró avanzar en el pelotón a pesar de un comienzo complicado en el que perdió dos posiciones. Sin embargo, su esfuerzo se vio recompensado al cruzar la meta en la sexta posición.
El giro inesperado llegó después de la carrera, cuando la FIA impuso a Alonso una penalización de 20 segundos por lo que consideraron una conducción “potencialmente peligrosa” en la última vuelta del Gran Premio. La entidad se refiere a la última vuelta, momentos antes de que Russell tuviese un accidente por el que tuviese que abandonar el GP. En la curva 6-7, el británico perseguía con neumáticos más frescos al español y perdió el control yéndose a la grava y rompiendo la suspensión.
Este incidente, según la FIA, ocurrió momentos antes de que George Russell sufriera un accidente que le obligó a abandonar la carrera. Los comisarios destacaron que Alonso frenó antes de lo normal en la curva 6-7, momento en el cual Russell, que le seguía de cerca con neumáticos más frescos, perdió el control de su vehículo, acabando en la grava y rompiendo la suspensión delantera. Alonso levantó el pie unos 100 metros antes de lo habitual, frenó ligeramente y bajó una marcha. Aceleró antes de la curva y volvió a levantar. Su plan era ralentizar antes, lo hizo demasiado pronto y debió recuperar algo de velocidad.
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Los comisarios relacionaron la frenada del asturiano en la seis con el error de Russell. La decisión de los árbitros, que llegó tres horas después de concluir la carrera, no solo añadió 20 segundos al tiempo final de Alonso, sino que también le impuso tres puntos de penalización en su licencia, los primeros en los últimos 12 meses, afectando su clasificación final y su registro de conducta.
“Es parte del arte del automovilismo”
Nada más terminar la carrera, el español confirmó que “estaba centrado en lo que tenía delante de mí y no detrás”. “Tenía algunos problemas durante las últimas 15 vueltas en el despliegue de la batería, así que, sin duda, estaba sufriendo un poco en la última parte de la carrera. No puedo centrarme en los coches que tengo detrás, él está bien, aparentemente, ya lo he visto”, añadió.
Tal era su desacuerdo que, una vez se conoció la sanción, Alonso publicó un post en sus redes sociales, en el que evidenciaba esta disconformidad: “El doble de puntos para el equipo y un mejor ritmo de carrera que el resto del fin de semana nos permitieron cruzar la línea de meta en sexta y séptima posición. Un poco sorprendido por una penalización al final de la carrera sobre cómo debemos abordar las curvas o cómo debemos conducir los coches de carrera. En ningún momento queremos hacer nada malo a estas velocidades. Creo que sin grava en esa esquina, en cualquier otro rincón del mundo nunca seremos siquiera investigados. En la F1, con más de 20 años de trayectoria, con duelos épicos como Imola 2005/2006/ Brasil 2023, cambiar de trazado, sacrificar velocidad de entrada para tener buenas salidas de curva es parte del arte del automovilismo. Nunca conducimos al 100% en cada vuelta de carrera y en cada curva, ahorramos combustible, neumáticos, frenos, por lo que ser responsable de no hacer todas las vueltas iguales es un poco sorprendente”. “Tenemos que aceptarlo y pensar en Japón, tener más ritmo y luchas por posiciones más arriba”, terminó con optimismo para el próximo GP.
“Yo creo que me he ido fuera, y eso es cosa mía. Estaba medio segundo por detrás de Fernando cien metros antes de la curva y de repente se me acercó extremadamente rápido, estaba encima de su caja de cambios. No sé si tenía un problema o no, iremos a los comisarios para ver esta situación extraña”, fueron las palabras del británico después del GP, dejando claro que no quería posicionarse.