Los últimos supervivientes de Rubiales dentro de la Federación: Albert Luque, su mano derecha y el heredero Pedro Rocha

La Federación Española de Fútbol (RFEF) enfrenta un nuevo escándalo tras la caída de Luis Rubiales, cuyo beso no consentido a Jenni Hermoso propició la destitución de varios miembros de su círculo cercano. La actual crisis gira en torno a acusaciones de presunta corrupción, las cuales han llevado a la detención de tres miembros relevantes por la Guardia Civil y han puesto al presidente interino, Pedro Rocha, en el centro de las críticas debido a su relación con el expresidente y su decisión de mantener en sus cargos a figuras cuestionadas.

Las raíces del problema se extienden a la gestión de Rubiales, quien había blindado su posición en la RFEF rodeándose de aliados. Sin embargo, su salida y la sucesión por Pedro Rocha no significaron un cambio radical en la estructura del ente federativo. Rocha, previamente vicepresidente económico bajo Rubiales, adquirió la presidencia interinamente y mostró resistencia a la convocatoria de nuevas elecciones. La actual situación lo encuentra en una posición complicada, dado que se aprestaba a legitimar su mandato a través de elecciones, un plan que ahora parece comprometido.

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La operación de la Unidad Central Operativa (UCO) ha revelado conexiones problemáticas dentro de la RFEF. Entre los detenidos figura personal clave como Tomás González Cueto, José Javier Jiménez, y Pedro González Segura. Estos individuos, que ocupaban puestos de asesor externo, director de Recursos Humanos y de los Servicios Jurídicos respectivamente, han sido sancionados o separados de la federación como respuesta a las pesquisas. Tales movimientos no solo arrojan dudas sobre las decisiones de Rocha, sino que también subrayan la presencia de prácticas que pueden minar la integridad del deporte.

El escándalo ha afectado igualmente a otras figuras ligadas a Rubiales, como Albert Luque y Rubén Rivera, quienes enfrentan acusaciones relacionadas con la gestión del caso de Hermoso. A pesar de las imputaciones, continúan ocupando puestos de responsabilidad dentro de la federación, lo que levanta cuestionamientos sobre el compromiso de la RFEF con la transparencia y la ética. El desmantelamiento del “Rubialismo” ha revelado una compleja red de influencias y decisiones cuestionables que han afectado tanto la imagen como la gestión de la RFEF. Personajes como Jorge Vilda, Andreu Camps y Miguel García Caba han sido movidos o despedidos de sus cargos, evidenciando los desafíos a los que se enfrenta la federación para renovar su liderazgo y restaurar su credibilidad.

Otro superviviente es Javier Gómez Matallanas, a quien Rubiales fichó como portavoz en mayo de 2022, cuando estalló el escándalo de la Supercopa de Arabia. El círculo de Rubiales fue esquilmado el pasado mes septiembre. El primero en caer fue Jorge Vilda, seleccionador con el que España conquistó su primer Mundial femenino. Le siguieron los mencionados Andreu Camps y Miguel García Caba, secretario general y asesor jurídico por aquel entonces. Pablo García Cuervo, director de comunicación al que incorporó Rubiales en 2018 y José María Mora Gordillo, director de Operaciones y Eventos, también fueron cesados.

La Federación ya ha tomado medidas en relación con supuestos contratos irregulares relativos a los últimos cinco años con Luis Rubiales en primer plano. El acuerdo que sirvió para llevar la Supercopa de España a Arabia Saudí está en el epicentro de la polémica. En él también está involucrado Gerard Piqué y ha llevado al ente federativo a reaccionar a las detenciones que tuvieron lugar este miércoles: abre expediente sancionador y aparta a los relacionados con la investigación, que hace unas horas motivó la personación de la Guardia Civil, vía UCO, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas para efectuar un registro.

Consultado por Infobae España, el presidente de la Asociación Transparencia y Democracia en el Deporte, Miguel Galán, quien se trata del querellante del caso, se mostró muy crítico con todo lo sucedido. “Yo sí les veo en un futuro en la cárcel (a Rubiales y Piqué). Porque es que está claro. Ha habido gente que ha ido a la cárcel por un millón de euros y aquí son 24″, aseguraba. “Ya que este Gobierno no interviene, porque tiene entre las armas para hacerlo una denuncia mía encima de la mesa contra Rocha (actual presidente: era el vicepresidente económico de la RFEF al producirse la querella) y no la quiere, a ver si interviene la FIFA”, añadía.

Los detenidos hasta el momento han sido Tomás González Cueto, asesor jurídico externo; Antonio Ramón Caravaca, abogado de la Federación; Pedro González Segura, director jurídico de la RFEF; Ángel González Segura, hermano del anterior e implicado en la trama de La Cartuja (al frente de la empresa que hizo las obras de remodelación del estadio sevillano), y José Jiménez ‘Jota’, director de Recursos Humanos federativo. Se espera que el propio Rubiales y su amigo Nene, que se encuentran en República Dominicana, corran la misma suerte al regresar a territorio español.