El Barcelona tritura al Atlético y Joao Félix vuelve a consumar su venganza

Los azulgranas toman el Metropolitano para asaltar la segunda plaza. El portugués abre la goleada cerrada por Lewandowski y Fermín. Los de rojiblancos se diluyeron con el paso de los minutos y acabó con diez por la expulsión de Nahuel Molina

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Joao Félix celebra su gol
Joao Félix celebra su gol en el Metropolitano (EFE).

Nadie como un ex para dar donde duele. Y eso es así en todo el mundo, también en Madrid, donde se supone que no te le puedes encontrar. Es ley de vida y de fútbol. Joao Félix le quitó la razón a Isabel Díaz Ayuso -Vol.2- cuando se dejó ver por el área para rematar a placer el centro de Lewandowski, quien posteriormente puso tierra de por medio error de Rodrigo de Paul en la salida de balón mediante. Fermín cerró una goleada que permite al Barcelona asaltar la segunda plaza y apurar sus opciones de Liga y hacen caer al Atlético de los puestos Champions.

Joao Félix sólo participó diez minutos cuando su equipo se jugaba media temporada hace seis días ante el Nápoles. No estaban De Jong, Pedri ni Gavi, y Xavi decidió darle al portugués los últimos minutos de partido. Pero en el Metropolitano fue titular, que era lo único importante para él. Ya saben, un jugador de días, no de temporadas. Del mismo modo que en Montjuic, el técnico azulgrana volvió a utilizar su carta para mezclarse en la baraja del Atlético y, como en el choque de ida, desempolvar el mejor fútbol coral. Y eso que el partido inició de nalgas. Christenten sentía problemas a cinco minutos de que iniciara el choque y Fermín tuvo que prepararse a contrarreloj.

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Déjà vu de Montjuic

El Atleti salía sin Koke, sin Griezmann, con Reinildo de vuelta y la izquierda con Lino y Riquelme, el segundo por delante. En el Barcelona, Cubarsí y Fort salieron de la partida y Lamine cedió su hueco a Joao Félix, a quien su exafición o afición, uno no sabe bien como referirse con los jugadores cedidos, no pudieron silbar hasta el minuto diez. Porque literalmente no tocó balón alguno hasta el mencionado momento. Eso sí, luego se desquitó. Llamativo que de sus seis goles en Liga, un tercio hayan sido contra el Atlético. Hasta que consumara su segunda venganza, azulgranas y rojiblancos parecían haberse intercambiado los papeles.

Sergi Roberto durante el partido
Sergi Roberto durante el partido entre Barcelona y Atlético de Madrid (REUTERS).

Fueron los de Simeone los que salieron más verticales y subiendo la línea para presionar alto. El ímpetu colchonero no se tradujo en ventaja por un dedo que separó el disparo de Barrios y porque Morata estaba en posición ilegal cuando Araujo cometió penalti. Sí, de nuevo adelantado a la defensa. El fútbol es eso que pasa entre fuera de juego y fuera de juego de Morata. En ese instante el rumbo del partido sólo tenía una dirección. El Atlético mordía y el Barcelona aguantaba. Los azulgranas la pedían al pie, como si hubiesen borrado de su CPU que al fútbol también se juega atacando los espacios. Sólo Raphinha amenazaba la zaga rojiblanca con incursiones en solitario por banda derecha, pero con apenas dos córners como resultado positivo para su equipo.

Resignación rojiblanca

En el Atlético todo eran dudas tras el gol de Joao Félix. De Paul y Barrios no se imponían en el medio, los interiores no hacían daño y Morata no dejaba de ser el Morata de las últimas semanas, perdido en peleas absurdas con la pelota, con el colegiado y con el mundo. A los rojiblancos no les dio tiempo a que la entrada tras el descanso de Memphis y Griezmann tuviera efecto alguno. No habían pasado ni dos minutos cuando De Paul tuviera una de esas pérdidas groseras que le acompañan en los últimos partidos. Raphinha puso en órbita a Lewandowski y este le ganó la carrera a Reinildo. Escorado y cayéndose hizo un gol de esos delanteros que tienen la portería en la cabeza.

De inmediato a ese bofetón, Llorente pudo meter en el partido a los suyos de no haber sido por la estirada de Ter Stegen. Simeone entonó el toque de corneta dando entrada a Koke y Correa, pero aquello no daba más de sí en clave rojiblanca. Sí dio para los azulgranas, que sentenciaron vía aérea tras un remate de Fermín entre los centrales y libre de marca. Tremebundo. Con eso fue más que suficiente para que el Barcelona certificará la primera derrota liguera del Atlético en el Metropolitano en un año y medio. La última, por cierto, también la infligió el Barça el 8 de enero del año pasado. Ya saben, ley de vida y de fútbol. Como las exparejas.

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