Están separados por dos años y que entre medias hay nombres como Holger Rune, Ben Shelton o Lorenzo Mussetti, pero Carlos Alcaraz siempre ha tenido claro que la rivalidad con Jannik Sinner será lo más parecido a la que han mantenido los miembros del Big Three. “Tenemos una rivalidad muy positiva, él me va a hacer mejor jugador”, comentaba el año pasado el español en una entrevista a Tennis TV. “Voy a esforzarme para mejorar y tratar de ganarle y él hará lo mismo pensando en mí; nos vamos a empujar el uno al otro para ser mejores… como Nadal, Federer y Djokovic hacían cuando eran más jóvenes”, asegura confesando que fuera de la pista son buenos amigos.
Misma opinión tiene el italiano. “¿Una rivalidad con Alcaraz como la de Nadal y Federer? Espero que sí. Somos jóvenes, pero jugamos un tenis increíble y cuando nos enfrentamos aumentamos el nivel al máximo”. El duelo entre ambos en semifinales de Indian Wells brinda una final anticipada, que llega en buen momento para ambos tenistas. El italiano no ha cedido set alguno en lo que va de torneo, mientras que el español ha ido superando rivales a la vez que obstáculos personales.
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De la pista a las redes sociales
“Estaba nervioso antes del partido, no voy a mentir. Jugar contra alguien que te ha vencido no es fácil. Recuerdo que no tuve opciones aquella vez y afrontar este encuentro era difícil. Así que estoy realmente feliz por cómo lo hice. Empecé muy bien, imponiendo mi estilo y sabía lo que tenía que hacer, mejor que en Roma”, explicaba el prodigio de El Palmar. Antes de consumar su vendetta ante Marozsan y alcanzar los cuartos de final de Indian Wells. Alcaraz obtuvo de manera solvente su victoria número 50 en Masters 1.000. Solo Rafa Nadal acumuló más (82) antes de cumplir los 21 años. No le podrá alcanzar, porque llegará a esa edad el próximo 5 de mayo. Pero su registro ya es mejor que el de Novak Djokovic a las mismas alturas (48).
El sol aprieta en el desierto californiano y el calor hace que la pelota coja más altura, pero no importa lo prominente que esta sea, pues siempre aparece la raqueta de Carlos Alcaraz al quite. Le devuelve cada golpe a Marozsan, que con el correr de los juegos va disminuyendo su brillo hasta apagarse por completo tras encajar un doble 6-3 del murciano. El rumano, que la temporada pasada protagonizó una de las campanadas cuando, sin haber ganado partido alguno en el circuito profesional y ocupando el 135º del ranking, derrotó a Carlos Alcaraz en el Foro Itálico de Roma, se derretía bajo el sol estadounidense, que ilumina a un nuevo Alcaraz cuyo mejor versión llega tras generar dudas en torneos anteriores.
“Han sido meses difíciles para mí. Mi confianza bajó un poco. No después de Australia, sino en la gira sudamericana. Después de Buenos Aires no he jugado bien al tenis. He sufrido en los entrenamientos casi cada día. He peleado para tratar de mantener mi confianza lo más alta posible, intentando ser yo mismo cada día”, admitía él mismo tras superar a Felix Auger Aliassime en su segundo partido del torneo norteamericano. Un calvario que ha sufrido, no sólo por su juego, sino por las críticas recibidas. El tenista español admite que le afectan y se mostraba dolido por muchas de las cosas que ha leído en los últimos meses.
“Soy un tipo que ve mucho el teléfono y veo muchos de los comentarios que te hace la gente. La mayoría son muy buenos, pero algunos son malos. Ya sabes. Es difícil lidiar con ello, pero eso es lo que intento hacer, mantenerme al margen de todo, ser yo mismo y disfrutar de cada momento que paso en la pista”, señalaba Alcaraz, quien trabaja de la mano de su entrenador y psicóloga para salir del bache.
“Las redes sociales tienen un impacto muy importante en los tenistas y en los deportistas en general. Hay muchos jugadores que no piensan en ellas o a los que no les afectan negativamente, pero hay otros a los que, digamos, los comentarios negativos les afectan de forma muy mala. Yo intento no pensar en nada de eso y dar mi 100% en cada entrenamiento, estar centrado en cada bola, hablar con Juan Carlos, con mi equipo, y también con mi psicóloga. He hablado varias veces con ella y me ha ayudado mucho. Me dio varios consejos para los entrenamientos, para los partidos…”, resume el murciano, que parece haber encontrado en Indian Wells su nivel de tenis. Sinner, su siguiente obstáculo.