Pocos metros distan del box de Alpine y el de Aston Martin en Yeda. Ocho posiciones lo hacen cuando dejan de rugir los motores. Esa es la separación entre Alonso, quinto y mejor clasificado de las flechas verdes con Ocon, 13º y mejor clasificado de la escudería francesa. El galo y Gasly, su compañero de equipo, clasificaron último y penúltimo en el primer gran premio y decimoséptimo y decimoctavo en Yeda. Gasly abandonaba en la primera vuelta por problemas mecánicos y Ocon en el mencionado puesto. Alpine se ha diluido en 2024.
Dentro… y fuera del asfalto, porque entre carrera y carrera los responsables técnicos del equipo anunciaban su dimisión. El director técnico y el jefe de aerodinámica. El Grupo Renault y Alpine anunciaban el pasado diciembre la venta del 24% del equipo al fondo Otro Capital por valor de 200 millones de euros, fondos destinados al programa de la Fórmula 1. Como inversores llegaban varios famosos deportistas a través de RedBird Capital Partners, filial de Otro Capital. Patrick Mahones -quarterback de Kansas City en la NFL-, el golfista Rory McIlroy, el medallista olímpico Anthony Joshua, o el futbolista español Juan Mata.
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Mismos circuitos, diferentes sensaciones y resultados
En el capital de Otro también participa el actor americano Ryan Reynolds. Sin embargo, el equipo atraviesa el peor momento desde que el Grupo Renault recomprara el equipo de Fórmula 1 para rebautizarlo bajo la etiqueta de Alpine. Y ello coincide en tiempo en forma con la salida de Alonso rumbo a Aston Martin. Aquello de ganar en 100 carreras quedó en el cajón de los deseos. Hoy, el equipo francés parece no tener bien trazado El Plan ni clara La Misión. “Tenemos mucho que entender porque estamos muy lejos de la Q2, pero no hay ninguna varita mágica. Por ahora se trata de entender e intentar dirigir al equipo en la dirección correcta para mejorar el coche”, explica Gasly.
“Tenemos carencias en todos los aspectos. Si podemos profundizar y encontrar un poco más de rendimiento en todas las áreas, daremos un buen paso adelante, pero ahora hay una parrilla muy igualada y todavía estamos muy por detrás. No tenemos buena pinta”, relató Gasly. Por el momento no han alcanzado la Q2 ni sumado ningún punto en lo que va de curso. Situación radicalmente opuesta a la experimentada la pasada campaña cuando habían llegado a la Q3 en tres de cuatro ocasiones -dos Ocon y una Gasly- y acumulaban ocho puntos en el casillero de la escudería.
Caos dentro y fuera del asfalto
“Nos hemos abierto camino y hemos luchado y ha habido muchas batallas. Pero al final no fue suficiente. Llegamos a un punto que no pudimos mantener el ritmo. Básicamente éramos más rápidos de lo que el coche podía hacer al final, y nos fuimos hacia atrás poco a poco”, asegura un Ocon que, al menos, pudo rodar más rápido que Tsunoda y Ricciardo en Arabia. No así en Baréin. Tras las salidas de los dos altos cargos, Bruno Famin -director ejecutivo de Alpine- reorganizaba el equipo técnico con tres cargos nuevos. Joe Burnell, director técnico, David Wheater y Ciaron Pilbeam como responsables técnicos de rendimiento y aerodinámica.
Desde la marcha de Fernando Alonso, todo es provisional en el equipo francés, y la caída sigue en picado. “Como empresa, no estaban preparados para esforzarse lo suficiente”, explicaba Pat Fry, tras hacer las maletas rumbo a Williams. A su espalda dejaba equipo descabezado de golpe. Tras decisiones más propias de una empresa que de Fórmula 1. Llegaron a ser cuartos en el campeonato con Alonso, finalizaron sextos el pasado año sin el asturiano y van últimos mientras usted lee estás líneas. La curva de tendencia es claramente alarmante.