Rafa Benítez, que contaba con el peor porcentaje de victorias de los últimos 80 años y únicamente dos puntos de ventaja sobre la zona de descenso, ha sido destituido este martes como entrenador del RC Celta, con el que aún le restaban dos años y medio de contrato. Así, la etapa de Benítez, una apuesta personal de la presidenta del club, Marian Mouriño, apenas ha durado ocho meses en Balaídos.
La forma de entender el fútbol del técnico nunca casó con el celtismo y, en las últimas semanas, su distanciamiento de los pesos pesados del vestuario ha acelerado su salida, pedida por un sector del celtismo en los últimos partidos. Benítez, el entrenador mejor pagado de la historia de la entidad celeste, deja al Celta con 24 puntos en la tabla, dos más que el Cádiz, que cierra la zona de descenso.
Te puede interesar: El millonario finiquito que el Celta deberá pagar a Rafa Benítez que pone en riesgo la planificación del club
Bajo su dirección, el equipo gallego únicamente ha ganado 5 partidos en 28 jornadas. El nuevo entrenador del equipo vigués debutará el próximo domingo en el Sánchez Pizjuán contra el Sevilla. El sustituto de Benítez será Claudio Giráldez, hasta ahora entrenador del filial. Giráldez dirigirá su primer entrenamiento este miércoles a partir de las once de la mañana en la ciudad deportiva Afouteza, donde estará acompañado por el cuerpo técnico que trabajó con él en el filial.
El entrenador porriñés saltó desde el equipo juvenil al filial en la campaña 2022-23, en la que logró la clasificación para el ‘playoff’ de ascenso, en el que fue derrotado por el Eldense. En la actual temporada, y tras 27 jornadas disputadas, el Celta Fortuna es quinto con 47 puntos. El entrenador del Celta C–Gran Peña, Fredi Álvarez, sustituirá a Giráldez en el filial céltico.
Una goleada del Madrid, el último partido con Benítez al frente
Enterrando cualquier atisbo de duda tras su racha de empates, con la autoridad que otorgan los tantos, aunque tres llegasen en la recta final del duelo, el Real Madrid regresó a la firmeza del líder lanzado al título. Con sensaciones mejoradas desde el dominio en el primer acto y el gol en el segundo, para hacer sentir más cerca del abismo al Celta (4-0).
Te puede interesar: “LaLiga facilitará a los operadores las direcciones IP que transmitan el contenido ilegal”
Recuperó fortaleza el Real Madrid en su firme camino a LaLiga, enterrando sin derrota su momento de irregularidad —tres empates en las cinco últimas jornadas—, y con una sensación de frescura recuperada. Demandó de retoques de Ancelotti. Rotaciones para enterrar desde la frescura física el clima de inseguridad que se respiró en la Liga de Campeones, cuando manejó de la peor manera posible la ventaja ante el Leipzig.
Al Celta, el día del regreso de Rafa Benítez al Bernabéu, le faltó fe para creerse la debilidad del líder. Parapetado en fase defensiva en una defensa de cinco que, en esta ocasión, no se le atragantó a un Real Madrid sin ‘9′. Con la movilidad de Vinícius, Brahim y Rodrygo arriba para no fijar marcas y con un invitado especial, Camavinga.
Tiene una forma de entender la posición de mediocentro, alejado de los estereotipos clásicos defensivos, que encandila al Bernabéu. Su físico le da para la cobertura de manual así como para soltarse en ataque con llegada. Su calidad para el inicio limpio de jugada así como para desequilibrar en los últimos metros. Hasta tres zurdazos y dos cabezazos dejó en un primer acto de partido dominado por Luka Modric. Como el maestro de orquesta que hace sonar instrumentos a su gusto. Cada centro, cada saque de esquina del croata, fue aprovechado por sus compañeros de reparto.
Un Real Madrid intenso, que jugó el balón con buen ritmo y presionó arriba, dificultó cualquier plan que Benítez hubiese diseñado en su pizarra. Al Celta le faltó balón y se fue aculando hasta recibir un gol que era cuestión de tiempo. A los intentos continuos de Camavinga se sumó un disparo al lateral de la red de Lucas Vázquez antes de la aparición decisiva de Vinícius.
Donde se relacionan con el gol los matadores apareció Vinícius. En racha. Autor de cuatro tantos en sus tres últimos encuentros. El córner con música de Modric lo cabeceó Rüdiger con todo. Guaita se lució abajo con reflejos y arriba con una mano milagrosa al primer intento de ‘Vini’. El segundo rechace ya era imposible salvarlo. En el polo opuesto se ha instalado de nuevo Rodrygo. Cinco partidos sin marcar. Perdonó la ocasión que tuvo en el primer acto para instalar la tranquilidad en el Bernabéu.
No hubo nerviosismo madridista por la falta de colmillo del Celta. Manu Sánchez disparó cruzado en un acercamiento, Bamba arriba en el segundo. Y Aspas, en una acción con mal despeje de un Nacho desconocido, fue el primero que probó a Lunin. El portero suspiró profundamente en la última acción del primer acto cuando Luca de la Torre, solo, en el segundo palo, cabeceó arriba con todo para marcar.
Tan superior se sintió el Real Madrid que en la segunda parte no mantuvo la misma intensidad. Alimentó la esperanza del Celta de sacar algo positivo del Bernabéu, protagonista de una racha pésima de once derrotas, con la de este domingo, y un empate en sus doce últimas visitas al conjunto madridista. Pero con vida hasta la recta final, como buscaba Benítez, cuando su paso al frente le costó salir goleado.
El fútbol del Real Madrid se fue apagando según se le fueron acabando las fuerzas a Modric. Los momentos del Celta, con Mingueza filtrando un gran pase a Larsen desde su nueva demarcación en el centro del campo, no encontraron el paso final deseado. Cuando pudo disponer de mayor posesión, le faltó claridad en los últimos metros para hacer sentir nerviosismo a la grada del Bernabéu, que había silbado a los suyos en la ‘Champions’.
En ese panorama, cuando el rival lo siente perdido y adelanta metros, es donde el Real Madrid no perdona. Letal en transiciones. Tardó en llegar la sentencia porque Lucas Vázquez chutó arriba, Brahim centrado, Rodrygo blando y Vinícius al cuerpo del portero. Así que tuvo que ser de nuevo Modric el que diseñase el segundo. De la misma manera que el primero. El centro medido al poderío aéreo de Rüdiger. Su testarazo lo repelió el travesaño y tras el bote el balón golpeó en la espalda de Guaita y cruzó la línea de gol.
El castigo al Celta acabó siendo mayor en los instantes finales con un segundo tanto en propia puerta, tras un centro de ‘Vini’ al que no llegó por milímetros Valverde, pero su salto despistó a Guaita, que rozó el balón, este golpeó en Carlos Domínguez y fue a la red.
El broche lo puso un jugador del que el madridismo quiere más minutos, Arda Güler. Con calidad, a pase filtrado de Ceballos, recortando de zurda la salida del portero y marcando con calma con la diestra. El primer tanto como madridista de un chico de 19 años que volará alto.
Información elaborada por EFE